¿Renovar el aborto?
Leo una noticia sobre un Congreso de la Unión Progresista de Fiscales que, al parecer, se ha celebrado en Cáceres. El ministro de Justicia, en la clausura de ese evento, se ha manifiestado a favor de renovar, entre otras, la ley que regula la interrupción del embarazo.
Renovar, dice el Diccionario, es “hacer como de nuevo algo, o volverlo a su primer estado”. El que renueva sustituye una cosa vieja, inservible, por otra nueva, más útil y adecuada. Yo estoy de acuerdo con el ministro: Hay que renovar la ley despenalizadora del delito de aborto en determinados supuestos. Pero disiento en lo que concierne a la dirección que debería tomar esa renovación. A mi juicio, lo viejo, lo inservible, lo caducado, es apostar por la muerte; permitiendo, empujando o consintiendo que la madre - y el padre - se hagan violencia a sí mismos matando su maternidad/paternidad y, de paso, destrozando a su hijo. Lo auténticamente nuevo sería apostar por la vida y poner las bases legales para que ese bien fundamental fuese protegido en todo caso y en toda circunstancia.
Un Congreso que se moviliza “Frente a la intolerancia y la exclusión social” no puede, coherentemente, optar por la mayor intolerancia y la más grande exclusión, que consiste en eliminar al “inoportuno”; al que causa molestia; al que, llamado a nacer, a última hora se le cierra la puerta de la vida, convirtiendo lo que tendría que ser un alumbramiento en una siniestra guillotina.
El Congreso ha premiado a un sacerdote por su labor en pro de los desfavorecidos. Es de esperar que, entre estos desfavorecidos, estén también los niños que terminan en las cubetas, la carne de cañería, los desperdicios quirúrgicos que a los que se les quiere privar hasta de la consideración de restos humanos.

La solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo es la fiesta que celebra la presencia real del Señor en el Sacramento. La Eucaristía es acción de gracias, memorial sacrificial de la Pascua de Cristo y sacramento de su presencia real: En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están “contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero”, enseña el Concilio de Trento.
Día 25: Nuestra Señora del Santísimo Sacramento
Día 24. Auxilio de los cristianos
Día 23. Salud de los enfermos












