¿Exención de los religiosos?

El “exento” es aquel que se libra, que se desembaraza de cargas, obligaciones, cuidados o culpas. La “exención”, en el vocabulario jurídico-eclesiológico, hace referencia a “un privilegio legal por el que un sujeto, o sujetos, son puestos fuera de la jurisdicción de un superior bajo el que normalmente estarían” (“Exención”, Diccionario de Eclesiología, dir. C. O’Donnell – S. Pié Ninot, Madrid 2001, 425-426, 425). Un “privilegio” es siempre una concesión, una merced, una gracia.

En la Iglesia, históricamente, los religiosos, los que han profesado en órdenes y congregaciones, han gozado – y gozan aún – de este privilegio. Aunque al principio los religiosos estaban sujetos al Obispo, poco a poco, por sucesivas concesiones de los Papas, se fueron “independizando” de este dominio. De este tema se ocuparon, por señalar algunos hitos significativos, los concilios de Letrán – el quinto – y de Trento.

Para el Vaticano II la razón de ser de la exención está en la utilidad común de toda la Iglesia. Sólo el Papa, como primado de la Iglesia universal, puede eximir a los religiosos de la sujeción a los Obispos diocesanos. Pero no por cualquier causa, o caprichosamente, sino en orden a la “utilidad común”; es decir, al bien de la Iglesia universal. Es comprensible que la atención a las misiones o la dedicación a obras específicas de apostolado exige una agilidad y una disponibilidad que, quizá, no sea fácilmente compatible con la inserción en el programa – necesariamente local – de una diócesis.

Sin embargo, el Obispo diocesano – que no rige su diócesis como vicario del Papa, sino con potestad propia – no pierde sus atribuciones. El Código de Derecho Canónico prevé el consentimiento del Obispo diocesano para erigir una casa de un instituto religioso (c. 611); señala explícitamente que “los religiosos están sujetos a la potestad de los Obispos, a quienes han de seguir con piadosa sumisión y respeto, en aquello que se refiere a la cura de almas, al ejercicio público del culto divino y a otras obras de apostolado” (c. 678); así como que “las actividades encomendadas a religiosos por el Obispo diocesano quedan bajo la autoridad y dirección de éste” (c. 681). En teoría, todo está claro. En la práctica, puede ser más difícil, especialmente si el diálogo y el acuerdo entre los Obispos y los Superiores Mayores no es perfecto.

En una diócesis, le corresponde al Obispo coordenar las obras de apostolado. Todas ellas: las oficialmente diocesanas, las de los religiosos, las de los nuevos movimientos. En particular, en lo que se refiere a la “cura de almas”; por ejemplo, a la atención pastoral en una parroquia, los religiosos han de seguir obedientemente las indicaciones de los Obispos. Máxime cuando, si son párrocos o vicarios, no sólo les manda, sino que también les paga.

Los religiosos tienden a ser más carismáticos. Los Obispos, obviamente, más jerárquicos. Pero “carisma” y “poder” – es decir, servicio de autoridad – no pueden estar enfrentados en la Iglesia. La inmensa mayoría de los religiosos cumplen a la perfección su papel. Los que son sacerdotes y rigen parroquias, son unos sacerdotes diocesanos más – no seculares, pero sí religiosos - , con los que se puede contar para todo.

Pero pecaríamos de “políticamente correctos” si no invitásemos a reflexionar sobre el sentido y los límites de la exención. Lo que en un momento de la historia, o en unos determinados supuestos, ha estado justificado, no tiene por qué estar justificado siempre ni en cualquier supuesto. La “legitimidad” de la exención hay que ganársela día a día. Como lo hace la mayor parte de los religiosos. Quizá no siempre – se oye decir - todos.

Guillermo Juan Morado.

23 comentarios

  
Luis Fernando
Bien, salvo que no estoy de acuerdo en que la inmensa mayoría de los religiosos cumplen a la perfección su papel (tampoco diré una raquítica minoría), suscribo el artículo.
Pero yo iría más allá. Hay que empezar a retirar las exenciones cuando la realidad pastoral demuestra que son fuente de abusos por parte de quienes las disfrutan.
31/08/08 5:24 PM
  
Guillermo Juan Morado
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31/08/08 7:38 PM
  
Luis Fernando
Don Guillermo, no hace falta que eche usted a nadie. Mañana mismo hablo con los técnicos de Libertad Digital para solucionar este "problema".
31/08/08 11:10 PM
  
Guillermo Juan Morado
Agradezco el ofrecimiento de la moderación de este portal. Si pueden, solucionen el problema. Se lo agradecería mucho. Todo se puede admitir, menos los insultos, la grosería y las faltas de respeto. Gracias.
31/08/08 11:16 PM
  
paralavida
Querido Guillermo, yo le dejo en paz, pero que sepa que yo estoy perfectamente y no tengo ninguna obsesión. Simplemente que aquí son las tres de la tarde y no tengo prisa por irme a la cama y por eso le contesto. De todas formas, gracias por volver a insultar. Qué le parece si yo digo que usted parece medio rarito? Si nos ponemos a decir lo que parecemos, corremos todos el riesgo de estar equivocados. Le repito lo dicho: usted no acepta que le lleven la contraria y, como no tiene argumentos, borra y plantea otro problema sobre lo que uno parece o deja de parecer. Usted pierde los papeles, insulta y luego se arroga el derecho de poder borrar lo que a usted le da la gana.
Yo le dejo en paz, pero aquí seguiré defendiendome y defendiéndo lo que creo que es más acertado: en este caso, defendí una más correcta y certera, a mi juicio, interpretación del tema de la exención de los religiosos que usted ha borrado porque se quedó sin argumentos y porque quizá usted sea de esos que no aceptan que una monja ni un fraile le lleven la contraria en su parroquia, aunque sepan más de el objeto a debate que usted. A usted no le viene bien la exención de los religiosos, como a muchos obispos, simplemente, porque no son capaces de dar razones y entienden la diferencia de apreciación como una afrenta a su autoridad o, mejor dicho, poder mal entendido.
31/08/08 11:57 PM
  
paralavida
Ya que borras, creo que más honesto sería borrar todo.
Incluso el post de hoy...
que ofrece una respuesta a un problema planteado falsamente y desde el prejuicio hacia los religiosos, por la cigueña de la torre a cuenta de una expulsión de dos misioneros de Maryknoll de una diócesis latinoamericana. Usted, veladamente y con buenas formas, como siempre, se ha puesto del lado del obispo que actuó así. No estaría mal que investigara mejor qué pasó y si hubo un abuso de poder del obispo. Hay muchos obispos que también se equivocan y en los que anida el pecado.
Eso sí, siempre es mejor zurrar a un religioso que a un obispo. Es menos comprometedor.
01/09/08 12:01 AM
  
Guillermo Juan Morado
Mire, señor, yo no tengo nada en contra de los religiosos. No es el contenido del tema, es su estilo. Por favor, yo sí tengo mucho que hacer. No vivo en su país. Si usted desea participar en el Blog, aténgase a esos mínimos: no hacer referencias personales, no insultar, etc. Pero veo - usted se encarga de mostrarlo a cada momento - que su fin no es participar. Es sólo provocar. Y para eso habrá otros espacios en la Red, no éste. Yo no busco tener miles de lectores. Busco lectores que, estén o no de acuerdo, sean educados. Y ya me he excedido.
01/09/08 12:01 AM
  
paralavida
Usted no sé si tiene manía a los religiosos. Creo que la razón de escribir este post hoy sobre ese tema y su manera de abordarlo, aunque veladamente, es desfavorable a los religiosos. Siembra la duda sobre ellos, sobre la exención, etc...aunque diciendo que son una minoría los que están desmadrados... Repito, usted borró lo que yo dije de la exención porque le dio la gana. En mi comentario inicial no hubo ningún insulto ni nada. Usted ha hecho esto de forma airada por otros comentarios que hice en otro de sus posts sobre otro tema en el que yo reconozco que fui grosero, aunque eso, repito, no justifica su actitud. Creo que no era tan grosero como para ser tan tremendista. Simplemente, sospecho que usted se escuda en ello para no entrar al tema de fondo. Y repito, mi estilo no es menos grosero que el suyo cuando me siento airado.
01/09/08 12:07 AM
  
Guillermo Juan Morado
Como quiera... Eso sí, insultos o referencias personales NI UNA. Qué le quede muy clarito.
01/09/08 12:08 AM
  
Guillermo Juan Morado
El debate sobre la exención está en la realidad de la Iglesia... Justa o injustamente. Plantearlo racionalmente no es deslealtad a nuestros hermanos religiosos. Que ellos nos lo aclaren, si quieren.
01/09/08 12:10 AM
  
paralavida
Lo mismo espero de Usted. Insultos o referencias personales Ni UNA. Aunque me extraña que se lo tenga que recordad a usted que propone unas normas en el blog. Yo no los había propuesto.
01/09/08 12:10 AM
  
paralavida
Ahora entremos a la profundidad del tema de la exención.
Me parece bien que borre todos los comentarios del post, dejando sólo el primero de Bustamante.
01/09/08 12:11 AM
  
Guillermo Juan Morado
No, las normas están puestas por el portal, y nos obligan a todos.
01/09/08 12:12 AM
  
Guillermo Juan Morado
¿Que la exención tiene su razón de ser? Es obvio que sí. El Rey de España - y no entro en debates políticos, sólo lo uso como ejemplo - dice que cada día ha de ganarse su puesto. Con la exención pasa lo mismo: hay que mostrar, cada día, su sentido. Como hacen la mayoría de los religiosos. No todos.
01/09/08 12:13 AM
  
paralavida
Dices que el tema está en la realidad de la Iglesia y que plantearlo racionalmente no es deslealtad.
Yo no acuso de deslealtad su afirmación. Acuso de desenfoque de la cuestión y, permítame, que le acuse de tener un preconcepto sobre el tema, que le hace poner en duda la exención.
Vayamos a las razones de porqué existe la exención de los religiosos en la Iglesia.
Un planteamiento histórico-genético, nos dará la clave para comprender porqué existe y porqué se mantiene esa exención.
Creo que las razones que da usted en su comentario, no son las razones de la exención. El binomio carisma-poder no lo ha planteado bien.
01/09/08 12:15 AM
  
Guillermo Juan Morado
Bueno, usted puede disentir. La exención surge, históricamente, por el bien de la Iglesia. Y amparada en la potestad del Papa como Pastor de la Iglesia universal. No voy a discutir esas bases. Sería una caricatura de ese fundamento hacer de la exención una tapadera para trazar las bases de una especie de pastoral paralela. En mi país, existe la sospecha sobre este tema. No me atrevo a decir que sea real. Sí creo que merece la pena discutirlo.
01/09/08 12:18 AM
  
paralavida
La exención no es una dádiva que se pueda poner o quitar dependiendo de los méritos diarios de los consagrados. Si aplicáramos eso al ministerio ordenado, imagínese. Si hay que llamar la atención a un religioso en concreto, se le llame la atención, lo mismo que a un sacerdote pederasta.
Es como si a un sacerdote pederasta, que por desgracia habéis muchos (me refiero al cuerpo de sacerdotes, no a ti, dios me libre) se le generalizara y se suprimiera el contacto de todo sacerdote en la Iglesia con la Infancia por el caso particular.
No puede ser así. Es un mal planteamiento de la exención. Hay que buscar su razón de ser en la historia. No es una razón funcional la exención y no es una prebenda a quitar o poner a capricho, con posibilidad de abusar del poder de quien la da o la concede.
01/09/08 12:19 AM
  
Guillermo Juan Morado
Sí es un punto a revisar. No es de derecho divino. Lo que hoy es, en ese aspecto, mañana puede no serlo o ser de otro modo. La comparación que hace con los sacerdotes pederastas parece olvidar que muchos de ellos, lamentablemente, son religiosos. En cualquier caso, es un daño enorme a la Iglesia y a las víctimas.
01/09/08 12:22 AM
  
paralavida
Guillermo, tu país es el mío. Yo estoy en el extranjero de casualidad y temporalmente. Conozco españa y en españa ese no es más que un falso debate alimentado por un grupito de personas y de sacerdotes de cierta línea que, en el fondo, desconocen profundamente la vida consagrada y, en cierta medida la envidian. No quieras hacer de esto un falso debate que no existe. Creo que hablar de la exención, como de cualquier tema, está bien. El problema es desde dónde se habla, desde qué presupuestos, qué preconceptos, qué información o conocimiento de causa y cuál es la razón que lleva a un debate que antes pone en cuestión siempre a los religiosos que a ciertos obispos. Mi sospecha es que siempre es más fácil zurrar a un religioso que a un obispo. Y creo que algo de esto hay. Parece que un obispo, por el hecho de serlo tiene que ser más fiable que un consagrado y no veo la razón. Ambos son humanos y como tales sujetos al pecado. También a la gracia.
01/09/08 12:24 AM
  
Guillermo Juan Morado
Por otra parte, mi texto está escrito. Al texto puede usted remitirse para añadir, corregir, completar, criticar... Pero, al texto. Si no, en vez de un post habría de escribir 500 y mi tiempo, se lo aseguro, es muy limitado.
01/09/08 12:24 AM
  
Guillermo Juan Morado
Sobre su último comentario, de acuerdo. Si no estoy haciendo la guerra contra los religiosos. Si da esa imprensión, me he explicado mal.
01/09/08 12:25 AM
  
paralavida
Bueno, otro día seguimos. Que descanse. Ya es hora para usted.
01/09/08 12:26 AM
  
Guillermo Juan Morado
Ay, menos mal, aún queda - hasta en los comentaristas más "adversos", permítame el calificativo - un bagaje de caridad. Estoy cansado. Es domingo. Qué descanse.
01/09/08 12:28 AM

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