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16.02.24

"Bajarse del guindo".

“O no”, que diría Rajoy, ínclito perdedor. Le faltaba fuste al hombre, por decir algo que no creo ofensivo. Como le pasa a Feijoo; bueno, a este le faltan hasta las ganas de ganar, si hay que incomodarse un poco; cuando las expectativas le son más favorables, va e, inquieto por la perspectiva, lanza un discursito bien pensado para rebajarlas: además, le encanta jugar al despiste, como su seña de identidad más etnográfica. Supongo que esto tampoco sonará ofensivo, pues no lo digo con esa intención. Nada más lejos de mi mejor ánimo.

En este país, antes España, “la gente subida al guindo", como su lugar habitual de morada fija, tanto en el plano físico como en el intelectual, abunda más que los gorriones en El Retiro (Madrid). Y se nota mucho, la verdad, dado el grado de mansurronería en acto que las distingue.

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13.02.24

«El culto que me dan está vacío»

Y tan vacío. De hecho, está tan arrasado que solo queda una mera ‘apariencia’ del mismo. O ni siquiera ‘apariencia’, ya que, en tantos casos, ni lo hay. Porque las ‘apariencias’ ya NO es Culto. Hablo en general, y asumo todas las excepciones: que siguen siendo muchas, gracias a Dios y a su Madre Santísima.

Porque -¡cómo estará el patio!-, ha tenido que salir a la palestra pública el Tucho Fernández, cardenal nada sospechoso de ortodoxia y disciplina litúrgica y/o eclesial en ninguno de sus horizontes, para pedir que las fórmulas que se usen a la hora de administrar los Sacramentos sean las que deben ser: que, porfa, no se cambien: que paren la “creatividad", no vaya a ser que los estemos administrando inválidamente. Que vale ya de tanto intrusismo: quien dice cómo deben ser las cosas es Roma.

Sinceramente y como no podía ser de otra manera, se ha quedado tan cortito -era de esperar: otra cosa sería impensable-, que es como si no hubiese abierto la boca. Y me explico.

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4.02.24

"La doctrina que enseñan son preceptos humanos"

Esta es la acusación permanente que lanza Jesucristo contra los pastores devenidos en mercenarios. Algo que, estando presente en la Iglesia, de un modo u otro, desde siempre, quizás nunca como en estos tiempos de una apostasía galopante, y perfectamente orquestada desde hace ya bastantes años. 

La cita es más larga, y completa a la perfección la denuncia divina. Copio:

Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos". Dejáis a un lado el Mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

Será una perogrullada sabiendo Quién está hablando; pero es que lo clava. Para entonces, en su época de vivir entre nosotros; no digamos para estos crueles tiempos que vive la Iglesia hoy y, con Ella, sus almas más fieles, que son las que más lo sufren, con Ella y con Él.

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27.01.24

¿Todos a mamporros?

Es otro de los mantras de los “buenistas a ultranza” -"no ver, no oír, no entender"; ‘porque no’, simplemente-: la clave es ese “todos". Lo usan, y lo necesitan para igualar a los fieles con los saboteadores. Lo señalo, para saber dónde estamos, y de qué estamos hablando.

En ese mantra, los buenistas, (des)ilustrados a conciencia, igualan a los maporreros de la Iglesia -que los hay, a manta: los constructores de la “nueva iglesita molona"-, con los que resisten, no tragan, y salen con la Palabra de Dios y la Doctrina en la mano, en la pluma, y en la boca.

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22.01.24

"El Papa es el Papa". ¿Y...?

El “buenísimo a ultranza", o sea, sin discernir: meras tragaderas -no ver, no oír, no entender, como nos insiste reiteradamente Jesucristo-, se impone también en las almas buenas…, pero desgraciadamente equivocadas.

Y se hacen daño, y hacen daño; aunque pretenden todo lo contrario, por supuesto.

¿Qué se pretende decir con que “el Papa es el Papa”; especialmente cuando se usa para callar críticas objetivas? Nadie, en la Iglesia Católica duda de tal aserto, que no pasa de ser una tautología: la Iglesia Católica ha vivido y vive de esta verdad desde que nació.

Por contra, los que se agarran a esto con esa pretensión que denunciaba un poco más arriba, única y exclusivamente lo hacen porque, en el actuar de algún que otro Papa o Alto Miembro de la Jerarquía Católica, ven que peligra esta verdad fundacional: Tú eres Pedro, y sobre esta “piedra” edificaré mi Iglesia. Porque necesitan al Papá para sus manejos.

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