Cisma? Ahora?
Hay gente que no se entera. Y a buena hora se desayunan. Se cumple en ellos aquello del Señor: Teniendo ojos no ven; teniendo oídos no oyen, y teniendo entendimiento no entienden. Tal cual y a rajatabla. O aquello otro, que al Señor le sale del alma: Pero, aún no entendéis?
Están saliendo voces, se supone que en la Iglesia, y en buen plan, que alertan de “Cisma"… En mi muy modesta opinión: “A buenas horas mangas verdes", que diría el sabio de turno.
Porque -y sigo en mi opinión, claro-, en la Iglesia Católica, por uso y abuso de sus Jerarcas, por la “sencilla” imposición que se ha hecho -o se ha permitido; o no se ha sabido cortar; o no ha habido arrestos para hacerlo; o se han parapetado en que “el que venga atrás que arree", o así-, desde arriba y hacia abajo, estamos en un permanente “Cisma” desde el famosísimo CV II, de memoria a olvidar y dar carpetazo: cuanto antes, mejor.
Y me explico, por supuesto.
Cisma, según lo define la RAE, es “división, separación o ruptura, dentro de una iglesia o comunidad, especialmente en el ámbito religioso".
Esta real, determinante y nefasta “división, separación o ruptura” se produce ya, en las entrañas de la Iglesia Católica, en/con/desde el CV II, sin lugar a dudas. Intencionadamente, por parte de los que lo buscaron: que los hubo.
Porque el susodicho Concilio, de muy infeliz memoria, fue exactamente ésto: un corte, un punto y aparte, una ruptura en toda regla con la Iglesia. No digamos con el post-concilio.
Así: con la Iglesia. Y con la intención de que no fuese ya posible una marcha atrás, que se pretende inconcebible y de maligna naturaleza, totalmente contraria a los intereses de la misma Iglesia. Amén.
Porque, ya su mismo “principio fundamental y fundacional” -fruto, no te lo pierdas, de “un sueño"-, el “diálogo con el mundo y el hombre moderno", es una ruptura total con lo que ES la Iglesia; con lo que había sido, y con lo que debía ser. Algo que, por su propio peso y esencia, NO puede dejar de ser.
Con el agravante, y no es pecata minuta, de que NO hay Autoridad legítima en Ella -ni, por tanto, legitimada-, para cambiar de raíz la Iglesia fundada por Cristo, y entregada “a los suyos” para que la administrarán en “su” Nombre.
Entrega que realizó Jesucristo de un modo incondicional; hasta el punto de que: Todo lo que atares en la tierra…
Por supuesto: hay “pastores” -así quieren que les consideremos-, que piensen que esas Palabras legitiman su coartada para “atar y desatar” denyro de Ella, y que todo lo que salga de ellos “vaya a Misa", porque el mismísimo Maestro lo certifica sí o sí.
Nada más falso. Esas palabras son, propia y esencialmente, la “coartada” del Señor. Para que no hagamos el canelo en/con nuestro Ministerio: porque lo hemos de ejercer tal como Él lo ejerció, y nos enseñó a ejercerlo: en su Nombre. Con su Autoridad y con sus Poderes. Siendo Cristo para todas las ovejas.
Y sólo tenemos Autoridad para ésto. Todo lo que se salga de aquí es/será “abuso de autoridad": lo peor de lo peor, a los ojos de Dios, respecto a los que la ejercen, porque deben ejercerla.
Por todo ésto y más, cuando un miembro de la Jerarquía Católica, emboscado en sus títulos católicos, suelta un soplo “de su espíritu” -por ejemplo: animando a unos cambios en los Mandamientos, que jamás podrán ser Católicos, porque NO caben como tales, este buen señor se ha instalado en un Cisma. Lo entienda así o no. Lo pretenda así o no. Y grava su conciencia. Y no es católico, aunque esté en nómina.
Y los que debiendo entrar al trapo de tamaña salvajada no lo hacen, favorecen ese clima y ese Cisma. Si son conscientes de su postura, gravan pesadamente su conciencia.
O sea, que en “Cisma” -real, aparente, instalado, en camino o trance, formal o a la chita callando-, estamos. En esto estamos.
Pero es bueno que salgan voces que alerten. Porque “más vale tarde que nunca".
Ésta tendrá que ser otra de las “prioridades” del Papa León XIV: porque, en el plano Doctrinal y en el plano Sacramental y Litúrgico, la Santa Madre Iglesia está hecha unos zorros.
Y “tanto fue el cántaro a la fuente…, que cascó".
2 comentarios
Y la Misa Tradicional , vetus ordo, o como se la quiera llamar debe ser permitida, como establecio BXVI.
Y anular fiducia suplicans, y amoris letitiae, y ...
Y el aberrante sinodo sinodal de la sinodalidad, en que quedara ?
Y los obispos , que sean menos pelotas con el Papa de turno y se preocupen mas de los fieles.
Y nosotros los fieles , a rezar mas y seguir a Jesucristo en las duras y en las maduras. Que para eso nos envia buenos pastores, muchas veces ni les hemos tratado en persona, que aunque son pocos, son fieles a su Señor.
Monseñor Zen, Muller, Strickland, Schneider, Padre Aberasturi, Gongora, Delgado , Gonzalez Guadalix, etc.
Viva Cristo Rey.
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