InfoCatólica / Liturgia, fuente y culmen / Categoría: Espiritualidad litúrgica

25.02.23

Unidad de vida (Notas de espiritualidad litúrgica - XVI)

La espiritualidad litúrgica va logrando en las almas que haya una integración, una unidad de vida, coherencia y no dispersión, entre los momentos en que se vive y se celebra la liturgia y el después, la vida cotidiana que se transforma en liturgia existencial, en culto espiritual a Dios (cf. Rm 12,1).

Benedicto XVI se refiere a la Eucaristía, de forma bellísima, afirmando que crea en nosotros una “forma eucarística de la vida cristiana”, y por extensión se puede aplicar a toda la vida litúrgica, sacramental y orante, por ejemplo, y especialísimamente, en el Oficio divino o Liturgia de las Horas:

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11.02.23

Características de la espiritualidad litúrgica (1) (Notas de espiritualidad litúrgica - XXIX)

La espiritualidad litúrgica tiene unas notas propias que van configurando al alma cristiana, al bautizado que vive el itinerario de la liturgia. Son características que modulan a los hijos de la Iglesia, dándoles forma espiritual.

1.- La espiritualidad litúrgica es esencialmente bíblica. La liturgia está llena de la Palabra de Dios y despierta el amor por la Escritura y su conocimiento orante, sapiencial, no tanto exegético-científico.

La espiritualidad litúrgica está marcada en su ritmo por el Leccionario, tanto el Leccionario de la Misa –en sus ciclos ferial y dominical, según los tiempos litúrgicos- como el Leccionario del Oficio de lecturas así como las lecturas breves de las demás Horas (especialmente Laudes y Vísperas). Aquí la Palabra de Dios cobra la fuerza por el mismo Espíritu Santo al ser proclamada en el ámbito litúrgico, distinto por completo a la lectura personal, privada (siempre recomendable, desde luego).

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29.01.23

Liturgia de las Horas: los salmos cantados por Cristo

Breviario cahtopic

Cuando se reza el Oficio divino, hay que descubrir el valor, la importancia y, sobre todo, el sentido que poseen los salmos.

No son simples lecturas, oraciones antiguas o cantos que se van semitonando con sencillez. Hay algo más, profundamente interior, incluso se podría calificar como “místico” cuando se cantan o se rezan los salmos.

La Iglesia ha estimado muchísimo siempre los salmos y por eso son la parte fundamental en la Liturgia de las Horas, pero lo ha hecho con una conciencia humilde. Uniéndose a Cristo Esposo, es la voz de Cristo la que resuena en cada salmo, es Cristo quien entona cada salmo, es Cristo quien alaba a Dios con cada salmo. Y el orante le presta su voz, sus labios y su corazón a Cristo que canta los salmos.

Por eso, rezar los salmos, sólo se puede hacer bien si se es capaz de unirse a Cristo tanto como para reconocer su voz en nosotros. Es una unión de afecto, espiritual, con Cristo. Ya no se trata de que el salmo sea más agradable a la persona que reza o más árido o más dificultoso, sino rezarlo o cantarlo sabiendo que es Cristo quien canta por nuestro medio.

Sí, los salmos los reza Cristo por nuestra voz, sea en comunidad o sea en particular, cada cual en su hogar o ante el Sagrario. Los Padres de la Iglesia enseñaron así a orar e interpretar los salmos: vox Christi ad Patrem, la voz de Cristo al Padre.

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21.01.23

Las oraciones de la Misa

Misal Romano, Cathopic

La Misa tiene tres oraciones: la oración colecta (que cierra el rito de entrada), la oración sobre las ofrendas (concluyendo el ofertorio) y la oración de postcomunión para terminar el rito de comunión. Además, el centro y corazón de todo, la gran plegaria eucarística, con el prefacio y el Santo, consagración, memorial e intercesiones y el Por Cristo final.

“Entre las cosas que se asignan al sacerdote, ocupa el primer lugar la Plegaria Eucarística, que es la cumbre de toda la celebración. Vienen en seguida las oraciones, es decir, la colecta, la oración sobre las ofrendas y la oración después de la Comunión. El sacerdote que preside la asamblea en representación de Cristo, dirige estas oraciones a Dios en nombre de todo el pueblo santo y de todos los circunstantes. Con razón, pues, se denominan «oraciones presidenciales»” (IGMR 30).

Estas tres oraciones y la plegaria eucarística las pronuncia sólo el sacerdote en nombre de todos –mejor aún si son cantadas las oraciones, el Prefacio y el Por Cristo en la Misa dominical-, las reza en nombre de la Iglesia. Son oraciones y por tanto están dirigidas a Dios como interlocutor, delante de todos.

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17.12.22

Riquezas de la Liturgia de las Horas para los fieles laicos

Liturgia de las Horas

Al orar con la Liturgia de las Horas, especialmente las dos Horas principales, las de Laudes y Vísperas, se está nutriendo la oración personal, se convierte en oración personal:

“es, además, fuente de piedad y alimento de la oración personal. Por eso se exhorta en el Señor a los sacerdotes y a cuantos participan en dicho Oficio, que al rezarlo, la mente concuerde con la voz, y para conseguirlo mejor adquieran una instrucción litúrgica y bíblica más rica, principalmente acerca de los salmos” (SC 90).

La oración personal se enriquece muchísimo cuando se rezan cada día las Laudes y las Vísperas. “La oración interioriza y asimila la liturgia durante y después de la misma” (CAT 2655).

Durante la celebración de Laudes y Vísperas, ya se está orando, y debe elevarse el corazón hacia el Señor, personalizando, interiorizando la liturgia:

“Para que se adueñe de esta oración cada uno de los que en ella participan, para que sea manantial de piedad y de múltiples gracias divinas y nutra al mismo tiempo la oración personal y la acción apostólica, conviene que la celebración sea digna, atenta y devota, de forma que la mente concuerde con la voz. Muéstrense todos diligentes en cooperar con la gracia divina, para que ésta no caiga en el vacío” (IGLH 19).

La oración personal y la oración litúrgica mutuamente se reclaman y se necesitan, sin oponerse:

“Puesto que la vida de Cristo en su Cuerpo Místico perfecciona y eleva también la vida propia o personal de todo fiel, debe rechazarse cualquier oposición entre la oración de la Iglesia y la oración personal; e incluso deben ser reforzadas e incrementadas sus mutuas relaciones. La meditación debe encontrar un alimento continuo en las lecturas, en los salmos y en las demás partes de la Liturgia de las Horas… Cuando la oración del Oficio se convierte en verdadera oración personal, entonces se manifiestan mejor los lazos que unen entre sí a la liturgia y a toda la vida cristiana. La vida entera de los fieles, durante cada una de las horas del día y de la noche, constituye como una leitourgia, mediante la cual ellos se ofrecen en servicio de amor a Dios y a los hombres, adhiriéndose a la acción de Cristo, que con su vida entre nosotros y el ofrecimiento de sí mismo ha santificado la vida de todos los hombres.

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