«Carta abierta a católicos progres y nominales: ¡es la hora de abandonar la Iglesia!»
El viernes 9 de marzo el New York Times publicaba un anuncio a toda página (52.000 USD) de la Freedom From Religion Foundation contra la Iglesia, por haber plantado cara al mandato anticonceptivo de Obama y defender la libertad religiosa de todos los estadounidenses.
Planteado como una carta abierta a los católicos progres y los simplemente nominales, les conmina a enfrentarse «al momento de la verdad»: ¡es la hora de abandonar la Iglesia Católica!. Con la falta de respeto habitual y que un medio como en NYT no se hubiese atrevido a publicar sobre judíos, musulmanes y diversas denominaciones protestantes, en especial las que tienen «obispesas» y «obispesos».
Llena de lugares comunes: «¿Quieres libertad reproductiva o volver a la Edad Oscura?, ¿eliges entre las mujeres y sus derechos o los Obispos y sus errores?, ¿de qué lado estás?», si tenéis tiempo, leer el argumentario, es tronchante. Destaco el que a mi me parece párrafo nuclear:
Si imaginas que puedes cambiar la Iglesia desde dentro –conseguir atenuar la postura sobre el control de natalidad, los derechos de los homosexuales, el gaymonio, la investigación con células madre embrionarias–: te estás engañando. Si quieres ser «buen católico» entonces estarás haciéndole «mal» a los derechos de las mujeres. Te engañas si piensas que la Iglesia variará la Doctrina de la Inmaculada ContraCepción [sic]
En aununcio termina con un «pensamiento» de lo más cariñoso:
Como miembro de una «manada» de un club abiertamente antidemocrático, ¿no es el momento de actuar de una vez? Por favor, váyase de la Misa [sic]


No es la noticia me gustaría haber comentado. Y más aún por el aprecio, en aumento, que le tengo al hasta ahora Primado de la Traditional Anglican Communion (TAC):
La historiografía reciente quiere hacernos creer que los españoles lucharon en la «Guerra de la Independencia» por la Constitución de 1812. Nada más lejos de la realidad. El motivo predominante fue el «factor religioso» y lo que ello lleva consigo. Como lo ha sido en todas las guerras españolas, en territorio ibérico o fuera. Soy consciente de que no gusta, pero así es.







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