El por qué de las Cruzadas (y II): Aventura controvertida sin final feliz

Las noticias de estos eventos causaron gran consternación en la Cristiandad, y el Papa Gregorio VIII se esforzó en poner fin a todas las disensiones entre los príncipes cristianos. El 21 de enero de 1188, Felipe Augusto, rey de Francia, y Enrique II, Plantagenet, se reconciliaron en Gisors y tomaron la cruz. El 27 de marzo en la Dieta de Mainz, Federico Barbarroja y un gran número de caballeros alemanes hicieron un voto para defender la causa cristiana en Palestina. En Italia, Pisa hizo la paz con Génova, Venecia con el rey de Hungría, y Guillermo de Sicilia con el imperio bizantino. Además, una armada escandinava de 12,000 guerreros navegando por las costas de Europa, al pasar por Portugal, ayudó a recuperar Alvor de los mahometanos. El entusiasmo por la cruzada era de nuevo de un alto nivel; pero, en cambio, la diplomacia y los planes de reyes y príncipes tenían cada vez más importancia en su organización. Federico Barbarroja (en la imagen) inició negociaciones con Isaac Angelus, emperador de Constantinopla, con el sultán de Iconium, y aun con el mismo Saladino. Era, además, la primera vez que se unían bajo un solo jefe todas las fuerzas mahometanas; Saladino, mientras se predicaba la guerra santa, organizó contra los cristianos algo así como una contra cruzada. Federico Barbarroja, que fue el primero en prepararse para la empresa, y a quien los cronistas atribuyen un ejército de 100,000 hombres, salió de Ratisbona, el 11 de mayo de 1189. Después de cruzar Hungría tomó los estrechos balcánicos por asalto y trató de flanquear los movimientos hostiles de Isaac Angelus atacando Constantinopla. Finalmente, después del saqueo de Adrianópolis, Isaac Angelus se rindió, y entre el 21 y el 30 de marzo de 1190, los alemanes consiguieron cruzar el Estrecho de Gallípoli. Como de costumbre, la marcha a través de Asia Menor fue muy difícil. Con la idea de reabastecerse en provisiones, el ejército tomó Iconium por asalto. A su llegada a la región de Taurus, Federico Barbarroja trató de cruzar el Selef (Kydnos) a caballo y se ahogó. En seguida, muchos príncipes alemanes regresaron a Europa; los otros, conducidos por el hijo del emperador, Felipe de Suabia llegaron a Antioquía y prosiguieron luego a San Juan de Acre. Fue delante de esta ciudad que al fin todas las tropas cruzadas se reunieron. En junio de 1189, el rey Gui de Lusiñan, que había sido liberado de cautividad, se presentó allí con el resto del ejército cristiano, y, en septiembre del mismo año, llegó la armada escandinava, seguida por las flotas inglesa y flamenca, comandadas respectivamente por el Arzobispo de Canterbury y Jacques d’Hvesnes. Este heroico sitio duró dos años.


Cuenta George Weigel en su importante biografía sobre el Papa Juan Pablo II algunos detalles de gran interés sobre el cónclave que condujo a la elección del primer papa Polaco de la historia. Dicho cónclave se debe entender a la luz del celebrado pocos meses antes y en el que fue elegido Juan Pablo I. ¿En que sentido se debe entender esta afirmación? Sea en lo que se refiere a las candidaturas posibles, sea en lo que se refiere a las filtraciones que hubo después del cónclave. El cardenal Jean Villot, el camarlengo responsable de guiar un interregno papal más, no había quedado muy satisfecho con las filtraciones que se habían producido en el Cónclave de agosto. Después de dicha reunión algunos cardenales no votantes, quizás por no haber comprendido bien la nueva legislación promulgada por Pablo VI, se creyeron eximidos de la obligación de confidencialidad y contaron detalles de lo sucedido en la Capilla Sextina. Antes de este segundo Cónclave, Villot les reprochó a los cardenales su actitud, recordándoles el juramento de confidencialidad que habían hecho. Consecuentemente, bien pocos detalles sobre el extraordinario proceso que produjo el primer Papa no italiano en 455 años y el primer Papa eslavo de la historia han salido jamás a la luz pública.
Comenzamos una serie de artículos sobre la primitiva cristiandad de la mano de Eusebio de Cesarea, al cual en esta ocasión no vamos a comentar sino simplemente escuchar y aprender de su sabiduría de gran historiador.





