¡Oh monte, oh fuente, oh río!
¡Oh monte, oh fuente, oh río!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Mi navío está casi roto, así que huyo de este mar tempestuoso hacia el reposo maternal de mi lugar secreto, seguro y deleitoso: el de mi monte, el de mi fuente, el de mi río, el de mi pequeña iglesia, el de mi aldea perdida.
Todo lo que tenía que decir está dicho. Los liberales seguid siendo liberales. Los conservadores y democristianos seguid siéndolo. Los ateos nietzscheanos, los libertinos inmorales, seguid en vuestro hedonismo desenfrenado. Allá vosotros. Queréis autodeterminaros; queréis ser dioses de vosotros mismos; queréis ser vuestros dueños y señores… ¿No queréis cumplir la voluntad de Dios, sino la vuestra? Adelante.