Prefiero el Paraíso

 

Siempre he sido un tanto misántropo. Tal vez por haber sido hijo único y haber crecido solo, nunca fui muy sociable. Más bien he sido huraño toda mi vida. Me atrae la soledad.

Siempre he aborrecido las injusticias. Siempre detesté el mal, la hipocresía, la falsedad, la violencia injustificada. Y siempre me sentí viviendo en una sociedad hostil, falsa, violenta y mentirosa. Desde pequeño he aprendido a despreciar la mentira y la traición.

El Señor nunca me dejó de su mano y me enseñó alguna que otra cosa. Me enseñó que hemos sido creado por Dios y para Dios: ¡Hemos sido creados para ser felices! Aprendí que Dios es Caridad, es Bondad, es Belleza, es Verdad. Dios es la felicidad plena a la que todos aspiramos; la felicidad que añoramos en este valle de lágrimas; la felicidad a la que estamos destinados.

Sé que estamos de paso en este mundo. Nuestra Patria verdadera es el Cielo. Hacia el Cielo caminamos en esta vida, con la esperanza de alcanzar algún día la dicha eterna. Pero el Demonio trabaja día y noche para desviarnos del camino y procurar nuestra perdición. Por eso conviene tener claras las cosas, no vaya a ser que en Maligno nos engañe y nos haga creer que lo malo es bueno y que lo bueno es malo.

Todo lo que nos lleve a Dios es bueno. Y lo que nos aleja de Él, es el pecado. La Belleza, la Bondad, la Verdad y el Amor son atributos de Dios, de Nuestro Señor Jesucristo. Así que un mundo donde prevalezca la bondad, la belleza, la verdad y el amor será un mundo conforme a Dios. Si cumplimos los Mandamientos de la Ley de Dios, con la ayuda de la gracia (si no, es imposible), seremos dignos hijos de Dios y de María Santísima. Dios es cuanto siempre hemos deseado; es nuestra esperanza, nuestra felicidad.

La belleza, el bien y la verdad están en la humildad de aceptar la voluntad de Dios: no en la soberbia de pretender que Dios te cumpla todos tus deseos y tus caprichos. Porque la voluntad de Dios siempre es justicia y caridad. Dios no te pedirá nada malo. Dios no miente ni engaña.

Dios te pide que seas fiel siempre: en tu vida pública y en tu vida privada. De hecho esa distinción es perversa. No se puede ser piadoso en la vida privada y estar a favor del divorcio o del aborto o de cualquier ley que vaya contra Dios en tu vida pública. Quien así se comporta es una mentiroso, un fariseo, un sepulcro blanqueado que no oculta sino podredumbre y corrupción, aunque luzca pulcro en el exterior. Estos que apuestan por el mal menor, que buscan en consenso entre el bien y el mal tratando de negociar un término medio que no existe, representan lo peor: son los tibios que Dios vomita por su boca.

Hay que ser coherente y hay que ser fiel a Cristo hasta la cruz, por la gracia de Dios. Por caridad tenemos que ser fieles a la Verdad. No podemos ocultarla, porque Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. No hay salvación fuera de Cristo y de su Iglesia.

¿Soy tal vez un fanático intolerante? Yo solo quiero amar a todos y creo que todos merecen la oportunidad de salvarse. Para eso vino al mundo Nuestro Señor Jesucristo. Para eso murió en la cruz.

Amo más a Dios que a mi propia vida. Cristo es el Señor. Él es el Rey del Universo, el Todopoderoso. Arrodillémonos ante el Altísimo. Adoremos al Santísimo, real y sustancialmente presente en la Santa Hostia.

Os han dicho que el mundo es mejor si Dios no existiera. Que seríais más felices sin Dios. Que lo bueno es el placer, el sexo, la pornografía, el lujo, el dinero, la fama; que lo que hay que hacer es disfrutar de la vida. Y que Dios es el aguafiestas que lo prohíbe todo. Os han engañado y os habéis dejado engañar. Y ahora sois esclavos del pecado y reos de muerte. Vivís en la mentira, en el deshonor, en la lujuria, en el orgullo y en la soberbia. Os creéis dueños de vosotros mismo, autónomos, libres para pecar cuanto queráis y os habéis convertido en peleles patéticos de vuestras propias pasiones, fantonches ridículos, esclavos de vuestros pecados.

El hombre moderno se cree Dios. Cree que puede crearse a sí mismo. Se cree dueño de sí. Se cree el centro del universo. Se cree todopoderoso. Y no es más que el “excremento del can sarnoso”. El hombre moderno busca la felicidad en el pecado y no encuentra sino desolación, depresión, desesperación, ansiedad, muerte. Quiere salvarse a sí mismo y lo único que consigue es su perdición: “quien quiera salvar su vida, la perderá”. Nunca ha habido más suicidios, más ventas de antidepresivos y ansiolíticos. La gente es desgraciada porque no vive en gracia de Dios, porque no cumple los Mandamientos, porque no conoce a Dios. No ven, no oyen, no entienden. Porque Dios les ha embotado el entendimientos a causa de sus pecados. El pecado nos aparta de Dios: nos aleja de Él. Y apartándonos de Dios, nos aparta de nuestra propia felicidad porque no hay otra felicidad más que Cristo. Pero una cosa es condenar el pecado y otra juzgar o condenar al pecador. Lo primero es una obligación por caridad; lo segundo, un acto de pura soberbia.

¿Pero sabéis qué lenguaje entiende todo el mundo? El lenguaje del amor: una caricia, un abrazo, un beso… Eso lo entiende todo el mundo. Porque todos necesitamos sentirnos amados y todos necesitamos amar. Solo el amor nos salva… El Amor con mayúscula, que es Cristo. Y nosotros tenemos que ser también amor – con minúscula – pero amor a fin de cuentas. Tenemos que aprender a decir “te quiero”, “eres muy importante para mí”, “eres muy importante para Dios”, “eres una bendición de Dios para el mundo y para mí”. A pesar de todos los pecado que hayas cometido; a pesar de todos los defectos que tengas. “Solo tú, eres tú” y por eso te quiero.

Cometamos “delitos de caridad”: nunca de odio. La única norma inquebrantable es el amor. ¿De qué vale acusar, despreciar o condenar? Estoy yo bueno para juzgar o condenar a nadie: pobre de mí.

Por eso, yo he decidido no tener más ideología que Cristo. No me interesa nada sin Dios.

El camino es la humildad, aceptar la voluntad de Dios, amar a todos, ser fiel a la Verdad por caridad para que todos se salven; vivir en gracia de Dios, vivir unido a Dios; soy puro estiércol pero quiero ser “mantillo de su huerto” para dar frutos de amor.

Porque yo te quiero, Señor. Tú sabes que te quiero. Y no quiero nada sin Ti. No quiero nada que me aparte de Ti. No quiero más libertad que la que me lleve a Ti. No quiero ser libre para pecar, sino esclavo de tu Sagrado Corazón para amar. No hay felicidad en el pecado, sino muerte y desolación, aunque te parezca lo contrario; aunque dar rienda suelta a tus pasiones te resulte tan apetecible (como las golosinas que la Reina Blanca ofrece a Edmund en la Crónicas de Narnia). Al final, el pecado te conduce a las mazmorras y te encadena y te maltrata hasta dejarte el corazón helado, hasta dejarte paralizado y muerto.

Solo Cristo nos devuelve a la vida con su aliento y nos libera del mal y nos perdona y nos da vida y nos da todo aquello que siempre hemos deseado, sin que nos falte nada para ser verdaderamente felices. Sólo Cristo tiene palabras de vida eterna. Por eso no me interesa nada que no me hable de Cristo: ni ideologías ni políticas ni filosofías ni nada que me aparte de Cristo o que no me conduzca a Cristo me puede interesar lo más mínimo. Sólo Dios basta. No necesito más. No quiero más nada. Solo arrodillarme ante el sagrario y esperar el momento en que me llame a su presencia y traspase la puerta que me aparta de Él. Si el mundo se vuelve apóstata, me apartaré del mundo. Si os empeñáis en vivir en la mentira, me aferraré a la Verdad, porque solo seré libre si soy fiel a Cristo y en la medida en que viva unido a Él; y si me odiáis por la Verdad, os amaré por la gracia de Dios, que es Caridad y Verdad. Solo seré feliz en la medida en que viva en comunión con mi Señor.

No aspiro a nada. No quiero puestos. No quiero honores. No quiero más que el amor de Dios. No quiero más que a Jesucristo. Todo lo demás lo estimo en nada.

“Quien quiera algo que no sea Cristo,
no sabe lo que quiere;
quien pida algo que no sea Cristo,
no sabe lo que pide;
quien no trabaje por Cristo,
no sabe lo que hace”
San Felipe Neri

Prefiero el paraíso.

No soy santo, pero para Dios nada hay imposible…

16 comentarios

  
María de las Nieves
Excelente confesión de la Fe revelada y asentimiento de la persona pequeña que pone su confianza en Cristo crucificado; resucitado y glorificado ;presente en el Sagrario para ser Adorado y alimento sagrado en su Eucaristía.
Gracias.

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Pedro L. Llea
Toda la glora sea dada a Nuestro Señor Jesucristo. Sólo a Él.
27/05/20 1:18 PM
  
Oscar Alejandro Campillay Paz
A riesgo de ofender su humildad debo decirle que en cada palabra suya palpita el deseo y la convicción del amor de Dios.
Cuánta verdad en decir :"la unica norma inquebrantable es el amor"
Me ha hecho muchísimo bien.
Sólo el Amor nos salva.
Gracias don Pedro.
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Pedro L. Llera
Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo: Amor, Caridad... Todo se reduce a esto. Solo el Amor, que es Cristo, nos salva.
Bendito sea Nuestro Señor Jesucristo y que Él le bendiga.
27/05/20 7:33 PM
  
claudio
Estimado Pedro.
Solamente la Fe "agraciada" puede generar esa sinceridad profunda.
Qué te ha llevado a manifestarte de ese modo tan claro y profundo ?.
Qué has visto que propones tamaña reflexión ?.
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Pedro L. Llera
He vista mi miseria y mi deseo de Dios...
27/05/20 9:43 PM
  
Pub
Por el título y la foto creía que ibas a hablar de esa deliciosa película sobre la vida y obra de San Felipe Neri. Quien aún no la haya visto debe de hacerlo cuanto antes. Es realmente extraordinaria en su sencillez. Podéis verla en youtube tecleando "Prefiero el paraíso. Gloria TV". Te dejará huella. No te la pierdas.
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Pedro L. Llera
El enlace a la película sobre la hagiografía de San Felipe Neri está al final de mi artículo. Y algo tiene que ver mi artículo con la película y con el santo.
28/05/20 12:47 AM
  
agustin bosa
Demasiado cierto y profundo.Me regocijo en su lectura y como fruto de ella deseo abandonarse todo en DIOS... DIOS VIVE ES REAL Y ETERNAMENTE ETERNO...
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Pedro L. Llera
Demos gracias de Dios. Que todo sea para su mayor gloria y alabanza. Que el Señor le bendiga.
28/05/20 2:58 AM
  
rastri
Habida cuenta de que el Paraíso solamente lo obtendrás al final del mundo, y que para que este final llegue todo ser vivo en este planeta Tierra tiene que haber muerto. Si te dan a escoger que prefieres: ¿El Paraíso a pesar de todos sus muertos, o este mundo sin tantos muertos?

Te aclaro: -Yo escogí el Paraíso a pesar de sus muertos.
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Pedro L. Llera
La felicidad verdadera pasa por la visión beatífica en el cielo. No hay felicidad total en este mundo. Esta vida es el camino para la otra, que es morada sin pesar (Jorge Manrique).
Esta vida es importante porque en ella nos jugamos la salvación o la condenación eternas.
28/05/20 1:04 PM
  
Miguel García Cinto
Pedro Luis Llera
Crees que eres tímido, yo no lo creo, tu talante personal y tu pluma demuestran que no te arredras para defender con brío las enseñanzas del Evangelio.
El Señor te bendiga y te guarde.

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Pedro L. Llera
De pequeño era tan tímido que era el típico niño o adolescente que se ponía rojo a la mínima. Ahora ya no soy tímido. Pero mantengo cierta misantropía. Aunque me paso la vida rodeado de gente. Pero los fines de semana o en vacaciones, resurge mi parte ermitaña. Y ahora no te digo nada... El confinamiento me viene como anillo al dedo.
28/05/20 2:07 PM
  
chapeau
Abandone toda esperanza de que le publique sus impertinencias. Y arrepiéntase y vaya a confesarse. Y no responda: no le voy a publicar nada.
28/05/20 5:20 PM
  
Forestier
Pero maticemos. El "a priori" indiscutible: Amar a Dios sobre todas las cosas. Pero esto no significa que tengamos que prescindir de las cosas del mundo en la medida que me ayudan a incrementar mi amor por Dios (familia, trabajo, amistades, conversaciones, ágapes, admiración por la naturaleza, la música, literatura, ciencia, filosofía, pintura, etc., es decir, todo lo que el Señor ha puesto a nuestra disposición.
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Pedro L. Llera
Efectivamente. El título que tenía puesto antes del definitivo era "Todo en tanto en cuanto". Que es frase de San Ignacio: todo es bueno en tanto en cuanto me permite caminar hacia el fin para el que he sido creado.
28/05/20 6:10 PM
  
claudio
Estimado Pedro.
Un anciano sacerdote amigo repetía que sin "confinamiento" no vemos lo que somos frente a Dios y aplicaba Mateo 6.6, sostenía firmemente que hay "confinamientos providenciales" donde queda uno frente a Dios y que es providencial porque -justamente- tener a Dios para uno es una Gracia especial de la Misericordia en la Justicia.
Gracias por confiar tus sentimientos.
28/05/20 6:15 PM
  
rastri
Pedro te has escapado por la tangente. Y eso n vale.

La búsqueda del Paraíso, con todas sus consecuencias, implica de por sí el triunfo de los escogidos por Dios; Y por ende la condenación de los réprobos.

Y dijo Dios al Hombre: "Debes destruir el mundo; mira que si la ciencia de los hombres en su investigar la genética llega hasta donde ves: hasta los elegidos perderán la fe".

Y el Hombre, atribulado por tal requerimiento respondió a su Dios: Señor: ¿ cómo lo haré; como lo puedo hacer?

Lo del coronvir19 es un aviso. Dentro de poco tendréis otro que nadie podrá contestar que viene de Dios.

28/05/20 6:21 PM
  
Palas Atenea
Es usted un hombre cabal, que diría mi padre, condición sin la cual nadie es cristiano, pero que no es suficiente. Es un hombre de Fe. ¡Dios le bendiga!
28/05/20 7:27 PM
  
Marian Sánchez-Quiñones
Enhorabuena por su fantástico y claro artículo. Mil gracias por su testimonio de profunda Fe. Dios le proteja y guíe sus pasos.
29/05/20 11:33 PM
  
hornero (Argentina)
"Pero los fines de semana o en vacaciones, resurge mi parte ermitaña" Así es D. Pedro, lo había ya pensado al leer su artículo. En verdad, el cristiano necesita permanecer fuera de lo mundano, aislado voluntariamente del mundo que pasa con su estruendo. El ocio aristotélico requiere una ermita para ser cultivado. Y la elevación de los contemplativos, de una abadía o monasterio. Los poetas, los compositores como Beethoven, necesitaron de los bosques y campiñas para meditar y crear. El cristiano necesita del Templo para crecer en Dios. Pero, resulta que desde hace algunos siglos, todos estos solitarios, eclesiásticos o simples fieles no han logrado detener la ola de infamias que el infierno distribuye día a día sobre la redondez de la tierra. Hay un único camino para detener el derrumbe de la verdad, de la belleza y del bien: Cristo. y Cristo ha confiado a María la Misión de vencer al anti-cristo y a sus secuaces. Ella ha anunciado el triunfo de su CORAZÓN INMACULADO en el mundo. Ella derribará la Babilonia del error y del pecado. Ella nos conduce a Cristo, y prepara el camino para la Venida de Cristo.


31/05/20 12:40 AM
  
hornero (Argentina)
Y, gracias D. Pedro, por confiar a sus amigos de Infocatólica estas cosas tan dignas e invalorables que cultiva en su persona.
31/05/20 2:54 PM
  
Jose Luis Martinicorena Garcia,
Pues no me llamo Pedro, me llamo José. Y le agradezco que me enseñe a rezar. C0n la clientela que ha tenido vd. como maestro me pregunto si suele vd. dar conferencias no solo a sus alumnos. Tengo más años que el bochorno y más goteras que una casa vieja y de pueblo pero a pesar de ello acudiría con mi "andador", que no gasta gasolina, a escucharle y disfrutar del enfasis que solo vd. sabrá dar a sus palabras. mIL GRACIAS . . . .de su admirador Jose Luis Martinicorena
09/06/20 6:16 PM

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