Un par de mantas por dos obispos
Esta es la táctica empleada por el Cardenal de Barcelona para camelarse a la Curia vaticana y así manifestar una romanidad de cartón piedra de la Iglesia en Cataluña. Después del primer experimento exitoso, con la beatificación del Dr. Samsó, ahora se disponen a ejecutar el segundo asalto con la visita del Cardenal Bertone. No contentos con ello, se realiza un doble salto mortal con el anuncio sine die de la visita del Santo Padre a Barcelona para bendecir el Templo de la Sagrada Familia.
Tanto en la misa como en la comida se convocaron todas las legiones. A más de uno le sorprendieron la presencia de numerosos sacerdotes bien alejados de la doctrina papal y de la devoción a los Santos y más aún a un mártir. Pero la ocasión lo valía: hacer ver a los representantes de la Curia vaticana que la “Iglesia catalana” está viva y con numerosos sacerdotes jóvenes (como alguno comentó). ¡Qué distante de la realidad aquella aparente imagen de fervor y devoción! Nunca más se hablará del pobre beato Josep Samsó. Los sacerdotes jóvenes son una especie en extinción. Los pocos presbíteros fieles al magisterio eclesial malviven en la marginación de las diócesis catalanas. ¿Y qué decir del pueblo fiel? Un poco más y no se llena la Basílica de Santa Maria de Mataró. Unas 2000 personas como mucho en un evento como este. El día que se trasladó al mártir Josep Samsó desde el cementerio de Mataró a la Basílica, allá por los años 40, se congregaron más de 2000 personas.

En la construcción del mito Peiró está involucrada la intelligentsia cutre-salsichera del PSC mataronés, hija de padres y nietos cómodos con el franquismo. La psiquiatría freudiana algo diría de ello.
Antes de empezar, decirle a Don Emmanuel Cuyàs que un servidor también estuvo en la beatificación del Dr. Samsó junto a más de una decena de GG que por allí vi. Pegándome un madrugón pude penetrar en la Basílica de Santa María después de sortear la cola que se formó a la entrada. Una celebración que para nada fue diocesana ni archidiocesana (salvo la presencia sacerdotal): ni un autobús organizado se acercó con feligreses a Mataró, advertidos por esta página web que no iban a caber. Ello posibilitó que los parroquianos de Santa María pudieran acceder con normalidad a la beatificación. Las milongas de Sistach no pasaron de la fase dos (ver el artículo de Leo Messius en la sección Omnibus rebus de 21/I/2010). Perspicaz para la simbiosis con la demagogia y en el “quedar bien” con todo lo mediático, ni mencionó que era un acto que superaba el ámbito local como se había hartado de hacerlo en los dos meses previos. Su discurso modulable a las circunstancias es magistral.
Me sorprendió desde el primer día, a mí colaborador de postrema hora pero entusiasta seguidor desde la primera, que una web como Germinans dedicada al debate, a la reflexión y a la crítica sobre la situación de la Iglesia en Cataluña, que una página pues de esas características dedicase tanto espacio y casi diría tanta pasión a la liturgia.
Don Renzo, Excelencia Reverendísima, aunque usted no nos ve a los de a pie y sólo se ha entrevistado con los prelados de nuestra tierra, permita que le escriba esta carta un presbítero catalán, nacido en Cataluña, que habla y escribe en catalán, que celebra en catalán, que ama profundamente a su tierra y que le importa un cuerno que Cataluña sea o no un estado libre e independiente o España una unidad de destino en lo universal. Lo que a mí realmente siempre me ha importado, sin embargo, es la Iglesia, Una Santa Católica y Apostólica (los catalanes añadimos en el Credo también lo de “Romana”).