El estado crítico del obispo Carrera y la crueldad del Cardenal Sistach


No paro de sobresaltos, después de la destitución del Rvdo. Octavio Sánchez de Catalunya Cristiana y Radio Estel me llega la triste noticia del grave estado de salud del obispo auxiliar de Barcelona Joan Carrera. Es posible que la destitución del Rvdo. Sánchez pueda ser su último acto de gobierno, rezaremos al Señor para que no sea así, pero la cosa pinta mal.

El obispo Carrera ha sido en estos últimos años una víctima de la crueldad humana de n.s.b.a cardenal Sistach. Con 78 años y un precario estado de salud no ha podido retirarse como él ha pedido y suplicado hasta la saciedad. La causa ha estado el empecinamiento del arzobispo por substituirlo por el Rvdo. Turull. Al grito de “o Turull o nadie” el cardenal Sistach se ha ido paseando por Roma sin conseguir su objetivo, la víctima de su obstinación ha sido el obispo Carrera, porque Roma ya informó que no aceptaría su renuncia hasta que hubiera un auxiliar para Barcelona.

Pero mientras tanto el obispo Carrera iba deteriorándose física y humanamente. El cardenal Sistach lo ninguneaba sin tenerlo en cuenta para nada en las grandes decisiones de la diócesis que el arzobispo tomaba en solitario y que su auxiliar se enteraba por la prensa. Muchas de sus sugerencias al cardenal no eran escuchadas y además le quitó cualquier autoridad sobre la zona pastoral del Maresme en la que en tiempos del tan criticado Don Ricardo él hacía y deshacía a su antojo.

Sin secretaria, como consecuencia de la retirada de su fiel Mercé, sin chófer y sin posibilidad de conducir, por indicación de su oftalmólogo, el obispo Carrera tenía que cumplir con sus obligaciones como obispo auxiliar en un estado absolutamente precario.

Pero es que además el cardenal Sistach no se lo ponía nada fácil, porque al arzobispo le encanta practicar el deporte de dejar plantado al personal (recordemos el significativo plantón al obispo auxiliar de París), el pobre Carrera tenía que ir de un lado para otro a “tapar” los escaqueos del cardenal. Además al arzobispo no le gusta repetir en los sitios, por eso si en una parroquia ya ha ido por ejemplo a confirmar, si el mismo párroco vuelve a solicitar la presencia del cardenal, éste le respondía: “Pero si allí ya he confirmado”, y sugería la posibilidad de que fuera Carrera o alguno de los “retirados”, especialmente Don Ramón Malla. Pero la mayoría prefería a Carrera, así que su agenda estaba a rebosar, un verdadero castigo para un hombre en su situación.

En el primer comunicado del arzobispado se decía que el cardenal Sistach se había preocupado del estado de salud del obispo Carrera y que estaba unido a él espiritualmente, un eufemismo periodístico que ocultaba que aún no había ido a verle, y es que hay que recordar que en esos días en que todas las actividades pastorales de la diócesis se están poniendo en marcha, nuestro arzobispo estaba en unas plácidas vacaciones, y no precisamente en Banyalbufar, sino en Guadalajara (Méjico).

En el segundo comunicado, se dice que el arzobispo ha vuelto urgentemente de Méjico, con fecha 20 de septiembre, y nos quieren hacer creer que ha vuelto anticipadamente por la delicada situación del obispo Carrera. ¡NO SEÑOR!, el arzobispo volvió el día que tenía previsto porque el 21 había confirmado su asistencia a la toma de posesión del obispo Piris en Lérida.

Antoninus Pius

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