InfoCatólica / Germinans germinabit / Categoría: Non omnis moriar

13.02.09

Retorno a Gerona


Siempre resultante agradable y muy gratificante visitar la “tres veces inmortal Ciudad de Gerona”. El centro histórico y casco antiguo de la capital del Oñar es todo de piedra y singularmente acogedor, como de porte adusto y señorial sus gentes, tanto aquellas procedentes de augusto linaje como aquellas menestrales y artesanas.

Tal cómo había prometido a mi inseparable y buen amigo Dom Gregori Maria, pero esta vez acompañados por el ilustre prócer Lucio Sereno que nos guió por las intrincadas calles de su hermosa ciudad, regresamos sobre aquellos que fueran nuestros pasos ya hacía algunos meses pero esta vez a visitar las obras de restauración tanto de la insigne catedral gerundense como de su vecina colegiata de San Félix.

Leer más... »

20.01.09

Dr. Pifarré: una lección de controversia a Matabosch


El pasado jueves 8 de enero la presentadora Olga Valencia del programa “Hola Barcelona” de Barcelona TV moderaba un debate sobre la resabida cuestión de la publicidad atea en los autobuses urbanos de la Ciudad Condal. Sentados en la mesa dos representantes, uno de cada asociación, de la “Lliga per la Laicitat” y del “Ateneu Eclèctic i Liberal d´Ateus i Agnòstics”. Junto a ellos, el Dr. Lluis Pifarré, catedrático de Filosofia y Mn. Antonio Matabosch, quien a pesar de ser el único sacerdote que acumula catorce (14) cargos y responsabilidades en la archidiócesis de Barcelona, fue a sabiendas presentado como el Señor Matabosch, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Vestido, ¿como no iba a ser así?, con su habitual americana abigarrada y una aparatosa corbata de doble nudo. Es imposible que exista una imagen más aseglarada de un sacerdote, que ya por sí mismo, vive aseglaradamente, sin ninguna referencia a la vida sacramental que le es propia a un ministro del Señor aunque se dedique este a la docencia.

Pero aún siendo esto grave a nivel de imagen y presentación, de mayor gravedad resultó que aquel que preside (tal como él quiso subrayar) la Fundación Joan Maragall para el diálogo entre Fe y Cultura fuese incapaz de argumentar absolutamente nada con pies y cabeza. Bien al contrario del Dr. Pifarré que hizo lo que correspondía al caso: razonar y argumentar.

Leer más... »

7.01.09

La imagen de la Iglesia en Cataluña


Hace ya unos meses, allá por el mes de octubre el presidente Jordi Pujol en unos de aquellos encuentros que su Fundación organiza, normalmente en el Hotel Majestic y que son conocidos popularmente como los “esmorzars del Majestic” tuvo la oportunidad de recriminar al ideólogo y presentador del programa “Polonia” de la Televisión Pública de Cataluña (TV3) por ridiculizar, que no satirizar, la figura del Papa Benedicto XVI, presentándolo como un imbécil, y no atreverse a hacer lo mismo con un “musulmán o con el Dios de los judios”. Tampoco se atreverían sin duda a hacerlo con un miembro del órgano colegial de los jueces o con un poderoso banquero, sólo con los católicos, que todo lo aguantan. Y todo lo aguantan porque sus obispos, y no sólo nuestro n.s.b.a. Cardenal, sino los obispos de Cataluña no son capaces de dar la cara por sus convicciones, si es que las tienen. Y entre ellas debería figurar el respeto que merece la comunidad católica en este país de que sus creencias y símbolos sean respetados, de la misma manera que los católicos respetamos las creencias, posicionamientos ideológicos y símbolos del resto de nuestros conciudadanos. El presidente, que es y se siente hijo de la Iglesia, tuvo que hacer los honores que corresponderían a los obispos de este ente virtual que es la “Tarraconense”. En ningún lugar del mundo civilizado los obispos de una región omitirían una declaración colegial sobre un asunto tan delicado y de tanta envergadura cívica. Sólo aquí, porque nuestros obispos, y nos duele terriblemente decirlo, no están a la altura.

Leer más... »

30.12.08

Los augurios de Tena o los mudos hablan


El pasado martes 23 de diciembre tuvo lugar, como es habitual cada año, la recepción navideña que S.E. el Cardenal ofrece a los miembros de la Curia Diocesana y sus más estrechos colaboradores en el “gobierno” pastoral, en el Palacio Arzobispal.

En ediciones pasadas ya tuve la grata oportunidad de comentar algunos de los más sobresalientes aspectos de tales encuentros. Este año, como no podía ser de otra manera para no deslucir la tónica de la que ha constituido la mayor preocupación de Mons. Martinez, el brindis ha estado centrado en Germinans. Y ha sido en el auxiliar emérito, el obispo Pedro Tena haciendo las veces de Vicario General para el caso, en quien ha recaído tan augusto honor: “Brindemos para que desaparezcan estas páginas de Internet que tanto dañan la comunión diocesana, la unidad y la reputación de nuestro amadísimo Cardenal y que tienen que desaparecer”. Para hacernos propaganda gratis mejor hubiera dicho “nuestro nunca suficientemente bien amado Cardenal Arzobispo” (nuestro n.s.b.a.) que es como casi siempre es nombrado en Germinans la egregia figura de nuestra Eminencia saboteadora…. Veáse Sistach.

Leer más... »

17.12.08

Como un reloj parado, como un cuerpo desmayado…


Hay en el salón de mi humilde pero acogedora casa un reloj de pared, no muy antiguo, pero sí lo suficiente como para no formar parte de aquellos que con apariencia de antiguos son movidos por una vulgar pila. El mío es un viejo reloj de la conocidísima y tradicional Casa Portusach (Pasaje San José, D entre Condal y Montesión) de principios del siglo XX con su péndulo, su par de pesas y ¿cómo no? un hermoso carillón interno que toca todas las horas y sus medias. Sin embargo su péndulo no está, como en otros casos, protegido de las ráfagas de viento por ninguna puertecilla con cristal: está sometido a las inclemencias del ambiente. Durante este verano, a consecuencia de las fuertes corrientes de aire que circulan por el interior de la casa y que van a batir directamente sobre el reloj en cuestión, el mecanismo dejó de funcionar. Llegó un momento en que por pereza y negligencia dejé de ocuparme del péndulo y así permaneció el reloj durante semanas, diría yo meses. También es cierto que durante el día cada vez paro menos en casa y que muchas veces ni reparo en el reloj. Cierto es también que a veces encontraba a faltar sus campanadas y que, mirándolo, me percataba de que no funcionaba. Como muchas veces lo había puesto en funcionamiento y veía que constantemente se paraba llegué a convencerme que el reloj ya no funcionaba: se había convertido en un hermoso adorno, decorativo, pero al fin y al cabo inútil a su cometido.

Leer más... »