Jordi Évole, el que se burla de la Iglesia, premiado por la "católica" Blanquerna
El periodista y humorista Jordi Évole, fue galardonado el pasado 15 de marzo con el premio "Blanquerna" al mejor comunicador por su programa "Salvados". El premio lo otorga la Facultad de Comunicación Blanquerna, que forma parte de la Universidad Ramon Llull, surgida en 1989 uniendo la mayoría de los centros universitarios dependientes de la Iglesia catalana o de congregaciones religiosas, bajo la presidencia de S.E.R. el cardenal Narcís Jubany. El actual presidente de Blanquerna es el Rvdo. Salvador Pié Ninot, sacerdote barcelonés al que n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach intentó colar como obispo auxiliar, pero Roma no tragó, y finalmente se impuso la solución de compromiso de Don Sebastià Taltavull. Junto al Rvdo Pié Ninot, encontramos en el patronato otros sacerdotes como el jesuita P. Enric Puig i Jofra (Responsable diocesano de la visita de S.S. Benedicto XVI a Barcelona) o el Rvdo. Josep Maria Forcada (de la Casa de Santiago). Entre los profesores de Blanquerna se encuentra el Rvdo. Francesc Romeu, el que bendijo una pareja de lesbianas en su parroquia ante las cámaras de televisión. Nuestro arzobispo también forma parte del Patronato de la Universidad Ramon Llull junto a otros altos dignatarios eclesiásticos.

La Generalitat de Cataluña con fecha de enero de 2012 aprobó el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que la Fundación Catalunya Cristiana para la Evangelización y la Cultura le había presentado. Esto significa que se ha tenido que reducir un porcentaje de la retribución (salario) y de la dedicación (horas de trabajo) de los trabajadores de este semanario religioso, que tiene como Presidente de la Fundación a n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach.
A un mes vista en que n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach tenga que presentar su preceptiva renuncia al Santo Padre al cumplir los 75 años, están a punto de finalizar los 8 años principales de pontificado de nuestro actual arzobispo, pendientes de la prórroga, que es siempre un periodo imprevisible y ciertamente de gran debilidad en la acción de gobierno de cualquier obispo. El señor cardenal está intranquilo y es que siendo un hombre extremadamente calculador está empezando a pensar que probablemente calculó mal sus alianzas en Roma y que esto se le puede poner en su contra en su prórroga al frente de la diócesis de Barcelona. Y es que tras la caída de toda una generación de obispos progresistas con la llegada del Beato Juan Pablo II a la sede de Pedro, el obispo Sistach optó por la linea "moderada" (o dicho de otra manera ni "chicha" ni "limoná") es decir alejarse del episcopado progresista (cuyo extremo sería su tocayo catalán Casaldáliga), pero tampoco simpatizar con la nueva generación de obispos considerados "conservadores", eso sería muy mal visto en Barcelona y no podía permitirse el lujo de ponerse en su contra a sus aliados del clero progresista catalán..
Tenía toda la razón el buen amigo Quinto Sertorius Crescens en 







