Dos sacerdocios, dos Iglesias irreconciliables (por ahora)
El pontificado del Cardenal Martínez Sistach polariza desde el primer momento la Iglesia barcelonesa en dos bandos irreconciliables. Progresismo y anti-progresismo centrarán, con la aparición de Germinans, una lucha continuada, sin límites, sin fronteras. La mente clara y los pasos decididos marcados por Benedicto XVI, a quien con enorme dosis de hipocresía dedicó su mensaje semanal el Cardenal Sistach, como siempre dos actitudes, dos guiños, dos caras, nos indican cual es el verdadero modelo de sacerdote que necesita la Iglesia.
Comúnmente llamada “progresista” es la Iglesia de Mn. Joan Cabot, párroco de Nuestra Señora de Lourdes en Pueblo Seco, a quien vemos sentado con pantalones cortos y gesto circunspecto ante la alocución que el Abad de Montserrat dirigió a sus feligreses en la Romería de este año. ¡Así se presenta un párroco encabezando una peregrinación de su feligresía, si señor! ¡Con dos botarrones!
Pero hay más. Porque esa fotografía es un reflejo de la Iglesia que construye Cabot y el progresismo barcelonés. Vacíos los templos de vida de piedad y sacramental, los llena con presentaciones de libros, en el que el párroco hace de presentador y técnico de luces y sonido o con alguna Maratón por alguna causa solidaria en la que los niños cantan o danzan en el templo, u organizando un concierto folk o rock de “nueve a doce”, con la batería delante del altar.

De unas palabras de Optado de Milevi contra los donatistas podemos sacar que con mucha probabilidad el “Pater noster” se decía como preparación para la comunión al principio del siglo IV. Lo da como costumbre general para toda la Iglesia, San Agustín, y de él hablan como cosa corriente San Jerónimo y San Ambrosio. Parece que este último se refiere a la liturgia romana. En cambio, en España, por documentos de época bastante posterior, se advierten algunas vacilaciones sobre el aceptarlo definitivamente en el culto. Cuando San Agustín admite excepciones, como se ve en la Epístola 149, l6 (PL 33, 637) y en los Sermones 17, 110 y 227, probablemente se está refiriendo a España.
He compuesto este nombre a imagen y semejanza de “LOS DESECHABLES”, un espécimen humano que conocí en Medellín. Por obra y gracia de las leyes abortistas, todo ser humano pasa por la condición de ABORTABLE, y muchísimos de ellos son en efecto abortados bajo la mirada autocomplacida de una sociedad que sin brújula ya y desnortada, está convencida de que ha encontrado por fin el sentido de su existencia en las leyes de la muerte. 
Esperando a Obama 
En mi artículo del pasado día 26 de mayo, dedicado al penoso estado de la parroquia de Sant Josep Oriol, les avanzaba que nuestro arzobispo iba a admitir la jubilación de su rector, Mossèn Boix, que ya había cumplido 80 años y que se estaba haciendo sonar con fuerza, desde la propia parroquia, que su sucesor sería Francesc Romeu. En mi artículo de la semana siguiente, me seguí haciendo eco de esos rumores y advertía que   pasar a Romeu de una parroquia sencilla y menestral como Sant Francesc d’Assis a una parroquia emblemática (aunque en estos momentos se halle en franca decadencia) suponía un premio en toda regla. Al fin han salido los nombramientos parroquiales y en Germinans (como casi siempre) no íbamos desencaminados: Sistach ha jubilado a Mossèn Boix, pero no ha promocionado a Romeu. O al menos no lo ha promocionado tanto, como algunos pretendían. No sé si algo habrán influido nuestras alarmas.