Sor Forcades no sería nadie sin sus "protectores"
La religiosa benedictina Sor Teresa Forcades no deja de ser noticia. Día sí, día también, aparece en los medios de comunicación, y eso que se supone que es religiosa de vida contemplativa monástica. Salvando las distancias sucede un poco lo mismo que ya aconteció con el famoso Padre Apeles, aunque en una linea ideológica inversa, que por el hecho de ser sacerdote y mediático estuvo en todas las salsas y hasta le salieron imitadores. Sor Forcades, vestida con hábito (aunque sea moderno, que a veces incluye pantalones) se hizo famosa por su actitud de guerrillera contra las empresas farmacéuticas y desde entonces que no para de salir en todos los medios. También ayuda el hecho de ser heterodoxa, es decir, defender posturas (aborto, anticonceptivos, feminismo radical…) contrarias al Magisterio de la Iglesia, algo que vende mucho en los tiempos que corren, y si además recibes un "monitum" desde Roma (concretamente del cardenal Rodé) entonces ya tienes la fama asegurada.

En mi artículo del día 20 de abril de 2010, titulado "Más realidades germinantes", les traía a colación aquellas iglesias o santuarios barceloneses que merecían dicha categoría. Les recuerdo a algunos despistados que ello no significa que sean adheridas a este portal, sino que en las mismas brotan, crecen y fecundan las semillas. Singularmente en los aspectos de culto, pastoral, juventud, colaboración económica con la diócesis y labor social.
«When a man cannot choose, he ceases to be a man».
En el centro, el altar con las tres gruesas velas ardientes. Thabraca
Buena señal, muy buena: para la defensa de la vida no hay vacaciones. Éramos en torno a los 150 los que nos dimos cita ante la fachada principal del Hospital de San Pablo para romper el silencio en torno a la abominable política de la muerte, que está ganando las conciencias de forma horripilante. Tanto, que hasta la jerarquía eclesiástica calla, dice que “prudentemente”, ante el auge que están tomando en sus propios hospitales (los de patronato eclesiástico) tanto el aborto como la eutanasia. La administración de la muerte abriéndose camino también en territorio sagrado. Los fieles protestando en la calle, y el cardenal y los obispos enterándose por la prensa. Es lo que se lleva.