Virgen de Montserrat, ¡Devuélvenos la Libertad!
A pesar de todo los esfuerzos por desterrar el catolicismo de Cataluña, de hacernos creer que es un elemento circunstancial de su historia y de su presente, no hay ningún otro elemento configurador de tanta importancia en la configuración de lo mejor de nuestra tierra.
Como nuestra lengua, hija del latín, a medio camino entre el francés y el castellano, nuestro catolicismo es el más afrancesado de España y el más hispano del antiguo espacio carolingio. Ocultar alguna de estas tres influencias, romano-latina, hispánica y fráncica, es falsear la genialidad y personalidad del catolicismo en Cataluña.
Nuestro gótico es austero. Nuestro barroco nunca llegó al rococó. La austeridad es una de las características predominantes de nuestra personalidad colectiva histórica como lo son nuestras procesiones de Semana Santa tradicionales. Y eso es fruto de ser una sociedad de hombres libres enemiga de la jerarquía señorial. Por eso se levantaron nuestros antepasados, los remensales. Por eso el movimiento anarquista era el radicalismo catalán preponderante y no el comunismo o el socialismo. Por eso el ideal del oficial era plantarse por sí mismo. Cada uno en su casa y Dios en la de todos.

Una de las tentaciones de los que no somos progresistas ni tenemos ganas de serlo, es la de convertirnos en neo-carcas. Un peligro que ya existió en España cuando algunos de los no satisfechos de cómo se iba declinando el nuevo liberalismo, se enrocaron para convertirse en el movimiento de los neo-católicos.
La Constitución [de Cádiz] era tan íntimamente hermanada con nuestra religión (1 parte)
Antes de escribir este artículo, por pura curiosidad he preguntado a los de documentación qué adjetivo escogerían si tuvieran que calificar con una sola palabra al periodista del periódico El Punt Diari-Avui Manuel Cuyàs i Gibert. Con sorpresa por mi parte, pues pensaba que me dirían el de “ capgròs ” (cabezudo) por su origen mataronés o “ en ganyotes ” (el muecas), la elección ha sido otra: petulante o engreído han sido algunas de las perlas que se pueden reproducir en horario protegido.
Sigue la ley del péndulo: de la que llamaban represión sexual destinada a la abstinencia fuera del matrimonio, a la otra forma de represión sexual que fuerza la práctica del sexo más allá de la edad, más allá del deseo y más allá de lo conveniente. Un estudio de 2011 pone de manifiesto que un tercio de los adolescentes (¿qué tal si nos dejamos de eufemismos y decimos directamente las ?) han mantenido relaciones sexuales presionadas por el entorno. Y una cuarta parte acepta que ha hecho algo que realmente no quería hacer. Y de nuevo un tercio reconoce que su sexualidad ha ido demasiado deprisa y no acorde con su madurez y desarrollo personal. Es la imposición de la “libertad sexual”. Es la moderna forma de presión y represión sexual.