El parasitismo progre-eclesial
En anteriores escritos de este portal les hemos dado cuenta de la peculiar connivencia que existe en Cataluña entre el poder público y el nacional-progresismo eclesial, particularmente engrasada con el ungüento de la subvención a cargo del contribuyente (véanse artículos de Quinto Sertorius Crescens de 9, 17 y 24-12-2010). Estamos en tiempos de austeridad presupuestaria y los recortes han llegado también a las subvenciones. Pero no se han eliminado del todo. Así el Cercle d’Estudis Conciliars y la web catalunyareligió.cat de nuestro querido Jordi Llisterri han visto disminuida su dotación, con cargo al erario público, de 25.000 a 8.000 €, según consta en el DOGC de 19 de julio de 2011, en el que se le concede la gratificación por la curiosa finalidad de "financiación de costes de un portal de internet sobre religiones en Cataluña". Un poco más de suerte han tenido nuestros no menos queridos amigos de la Fundació Joan Maragall (cuyo presidente de honor sigue siendo Antoni Matabosch) que han pasado de 25.000 a 10.000 €, según se publicó en el DOGC del pasado 13 de diciembre de 2011. Aquí el objeto de la ayuda pública es totalmente abstracto: "actividades de la Fundació Joan Maragall". Es decir, 10.000 € distraídos de nuestros impuestos para que se empleen en los que les plazca al dúo Matabosch-Pipo Carbonell.

El día del apóstol y evangelista San Mateo del año 1952 nacía el pequeño Dominique de una modesta familia (su padre era tipógrafo) en Saint-Etienne, una ciudad relativamente pequeña de la región del Loira en las cercanías de Lyon. En Saint-Etienne transcurrió su infancia y adolescencia, realizando allí sus estudios primarios y secundarios. Pero fue en la Universidad de Lyon donde se licenció en Economía Política, doctorándose más tarde en Economía Fiscal en Clermont-Ferrand. Finalizados brillantemente sus estudios, se traslada a Paris en 1976 donde durante tres años ejercerá como inspector fiscal en la Dirección General de Impuestos del Ministerio de Finanzas y en la Seguridad Social (Direction de la Prévisión).
El origen de la indumentaria litúrgica no hay que buscarlo, como erróneamente aseguraban algunos liturgistas medievales, en las vestiduras litúrgicas prescritas por Moisés y adoptadas por el Templo; como máximo, la Iglesia pudo adoptar de éstas la idea de la conveniencia de una indumentaria litúrgica diferenciada para el servicio del culto.
Como nos contaba Oriolt en su artículo del 13-XI-2011, los obispos de Vic y Solsona se han puesto manos a la obra y han convocado el primer Congreso dedicado a la “Nueva Evangelización” en Manresa, dejando ahí pasmada a la que por derecho propio tendría que ser capital de la Nueva Evangelización: me refiero a la archidiócesis de Barcelona.
A Port Aventura, el parque temático sito entre Vilaseca y Salou, hace tiempo que le ha salido competencia. 




