No todo fue perfecto en el "Escaparate Sistach"
Sería de una ceguera obtusa y letal para cualquier examen de la realidad que quisiera obviar ese dato incontestable, el negar cómo el saldo del conjunto de festejos del sábado 23 de enero, entorno a la beatificación, ha resultado ampliamente positivo para los fines y objetivos planificados por S.E. el cardenal Martínez Sistach.
El auténtico milagro de la beatificación fue el de la sosegada paz que todos los asistentes evidenciaban y el ambiente de letífica serenidad que mostraba la Basílica de Santa María durante la celebración, y que a los ojos del Legado Pontificio Mons. Amato y del Nuncio Frattini así como para el juicio de todos los obispos del resto de España presentes en el evento, acabó constituyendo un innegable activo favorable a Sistach.