Capitulo 1: Un Concilio rodeado de esperanzas y temores
Parte 1ª: ¿Un momento sereno, sin desviaciones ni abusos?
En aquel mes de octubre del 62 nuestro sacerdote-periodista en el Concilio subrayaba una serie de circunstancias que multiplicaban el interés del Vaticano II. Las especificaré y las comentaré brevemente a grandes rasgos en estos primeros capítulos.
1ª Afirmación: El concilio llega en un momento cristianamente sereno, sin herejías, no se hace pues contra nadie, es un Concilio de reformas y de exhortaciones.
Nuestro enviado especial a la Roma del Concilio, hace suyas las líneas trazadas por el entonces cardenal Montini:
“La característica de este Concilio es que tendiendo abiertamente a una importante reforma, ésta parte más del deseo del bien que de la fuga del mal. Hoy, de hecho, no hay en la Iglesia, por la misericordia de Dios, errores, escándalos, desviaciones o abusos que reclamen la convocación de un Concilio como medida extraordinaria. Será por ello un Concilio de reformas positivas más que de castigos, más de exhortaciones que de anatemas”.

Anteanoche, uno de nuestros más estrechos y fieles colabores asistió a la conferencia-cena referida en el cartel que encabeza este artículo y que tuvo lugar en el “Centre Moral i Instructiu de Gràcia” ahora llamado por sus gestores de manera lacónica como “El Centre”. Es más que evidente que acabaron con la moral y la instrucción católica aunque inviten a “cenar y a charlar” al abad de Montserrat.
Queridos amigos:
La conferencia sobre el aborto que debía pronunciar la directora del Institut Borja de Bioetica (IBB) ha sido suprimida, tal conferencia a cargo de Núria Terribas (la hermana de la directora de TV3) debería haberse hecho este lunes, a las 8 de la tarde en el auditorio de la Plana de l’Om de Manresa y tenía por título “El debate sobre el aborto en una sociedad plural". El acto estaba organizado por el Centro de Pensamiento Cristiano de Manresa y la Delegación de Pastoral Universitaria. Según el comunicado oficial el acto se ha suprimido por “circunstancia ajenas a las entidades organizadoras".
El próximo 9 de noviembre van a cumplirse 20 años de un hecho que cambió la vida de millones de personas. Todo empezó en una rueda de prensa rutinaria de un oscuro funcionario del Politburó del partido comunista alemán: Günter Schabowski. Se le escapó (sin haber sido aprobado oficialmente) que todas las restricciones para viajar al extranjero –incluido Berlín Occidental- habían sido derogadas con carácter inmediato. Esta declaración meramente accidental de un simple funcionario provocó que una multitud de berlineses irrumpiera cerca de los puestos fronterizos. Se inició en el de Bornholmerstrasse, a las nueve y veinticinco de la noche, cuando una muchedumbre, cada vez más compacta, ejerció una presión creciente sobre la verja, provocando que los guardias tuvieran que abrir las barreras e interrumpir los controles de identidad. Después sucedió lo mismo en los demás puestos: Sonnen Allee, Invalidenstrasse, Chaussestrasse, Checkpoint Charlie, Heinrich-Heinestrasse, Oberbaum Brücke. Los berlineses habían forzado una a una todas las puertas del Muro. Después ya solo quedaba doblegar el icono: una catarata de ciudadanos procedió a invadir la zona prohibida bajo la Puerta de Brandeburgo. En una noche se derribó el muro de Berlín y el comunismo se disolvió como un azucarillo.




