Obras son amores y no buenas razones: por la paridad ideológica
Ha llegado la hora de que nuestro n.s.b.a. Cardenal Arzobispo de Barcelona Monseñor Martínez Sistach demuestre que es poseedor de ese “talante tendente al diálogo y al consenso” con el que al parecer nacemos revestidos en Cataluña. Ahora Su Eminencia, en la planificación de la llamada “misión de Barcelona” debe demostrar que para planear las directrices cuenta con todos. No unos, los pocos de siempre y de su estrecha confianza, para llevar las riendas y otros para acarrear los fardos, es decir llenarle el aforo.
De entrada no podemos desdeñar el intento, caso de que este sea sincero, de emprender una acción misionera para evangelizar en nuestra diócesis de Barcelona y especialmente a los jóvenes. Y aunque entre nosotros hay algunos que creen, y es posible que no se equivoquen, que esta Misión es un señuelo para entretener al personal, no podemos obviar la posibilidad de que constituya un sincero intento por parte de nuestro Cardenal de remover a nuestra diócesis del letargo que impera y comprometernos en una tarea digna de todo empeño.