Recapitulación de los procedimientos antilitúrgicos
Es necesario que llegados a este punto nos detengamos a considerar los insignes ultrajes de los que la Eucaristía ha sido objeto en el seno mismo de muchas naciones católicas. Es en ello donde descubrimos la malicia de Satanás.
Al principio de esta historia de la Liturgia mostramos como los cátaros y los valdenses tendían a eludir la divina misericordia del Salvador presente bajo las especies eucarísticas, predicando por doquier que si el sacerdote no está en estado de gracia, no consagra; de donde se seguía que siendo Dios el único que conoce el corazón del hombre, el fiel no podía conocer ni creer en la presencia de Cristo en la hostia que recibía en la comunión, ya que ello estaba únicamente asociado al conocimiento o ciencia que Dios tiene del interior del hombre.
A nuestros antiliturgistas, que no se atrevieron a negar la divina Eucaristía, les pareció mejor arremeter contra ella de una triple manera.
1º Como objeto de la fe de los fieles
2º Como sacrificio de propiciación por la salvación del mundo
3º Como alimento vivo del cristiano en la tierra