[DE] Capítulo 58: Las insignias pontificales (1). La Mitra

A diferencia de las vestales o los sacerdotes paganos que en los sacrificios lucían en la cabeza la mitra o la ínfula ( Fascia in modum diadematis a qua vittae in utraque parte dependet, quae plerumque lata est, plerumque tortilis de albo et cocco) (1) es cierto que los obispos y los presbíteros cristianos en los primeros siglos no usaron nada parecido durante el servicio litúrgico. Escribe Tertuliano: Quis apostolus, aut evangelista, aut episcopus, invenitur coronatus? (2). San Pablo además en I Cor 11,4 había mandado que los hombres rezasen con la cabeza descubierta. La mitra sin embargo se encuentra referida ya desde el siglo IV, pero como un sombrero característico llevado por las vírgenes consagradas a Dios. Hacen referencia a ello tanto San Optato de Mileto como San Isidoro. Y el Liber Ordinum de la liturgia hispano-mozárabe lo recuerda como uno de los ornamentos de las abadesas. Los obispos hispanos ya llevaban mitras en el siglo VI.  San Isidoro ya mencionaba la mitra (que también se llamaba cetharim ) en sus Etymologias y luego Leovigildo  en su De Habitu Clericorum también.  Desgraciadamente no quedan ejemplares del tipo de mitra que ellos describían (toda blanca, con flecos rojos en los extremos de las ínfulas de atrás) pero sí quedan varios ejemplos del siglo posterior.

Mitra de San Valero (Huesca)

 

En la vida doméstica, tanto hombres como mujeres portaban un gorro de origen oriental en forma semiesférica baja, llamado pileus porque originariamente era de fieltro, pilos en griego. Probablemente de uno de estos sombreros, para el uso privado del Papa, derivan la mitra episcopal y la tiara pontificia. Hay referencias explícitas de donaciones y de uso por parte de los papas de un sombrero bajo y redondo de color blanco llamado camelaucum o calamaucum que los papas utilizan en las procesiones.

A principios del siglo XI esta insignia litúrgica pontificia con el nombre de mitra romana es concedida por el Papa como un privilegio a algunos obispos, abades y presbíteros fuera de Roma. León IX la otorga a Eberardo de Tréveris, Liutbaldo de Maguncia y Hentwig de Bramberg y a los canónigos de Besançon, todo ello en el siglo XI. Su sucesor Alejandro II continúa haciendo lo mismo con el abad Egelsino de Canterbury. Con el multiplicarse de este privilegio, la mitra se convierte en una insignia de uso común y universal. Inocencio II (1130-1143) la menciona como un distintivo episcopal ordinario.

Las más antiguas representaciones de la mitra en el siglo XI nos la muestran como gorro blanco coniforme, en un principio terminado en punta, posteriormente un poco achatado en la extremidad. Pero a inicios del siglo XII al acentuarse el surco central de la mitra, empiezan a desarrollarse por ambos lados dos prominencias cornua, que posteriormente se distinguirán cada vez más a causa del hundimiento provocado por el galón decorativo. Este tipo de mitra fue usual hasta mediados del siglo XII.

Desarrollo de la mitra hasta hoy día

 

El paso de esta mitra de dos “abultamientos” laterales a la mitra actual de dos “cuernos” puntiagudos delante y detrás, fue propiciado por una forma de mitra en la que los abultamientos laterales aparecen transformados en cuernos rígidos tiesos y acabados en punta. Los encontramos por doquier y especialmente en Francia. En Roma los encontramos en un fresco del siglo XIII de la iglesia de los Cuatro Santos Coronados (el Papa con la tiara y los obispos con mitra)

Esta fue la transición de la que derivó la forma actual de la mitra. Por razones de estética, los dos cuernos fueron girados de modo de situarse no sobre las sienes, sino sobre la frente y el occipital.

 

Iglesia de los Cuatro Santos Coronados (Roma)

 

Las mitras en aquel siglo XII eran más bien bajas, entre 19 y 22 cm. Posteriormente se va estrechando la base y elevando las puntas de manera exagerada hasta los 50-55 cm que adquieren en el siglo XVI-XVII especialmente en Italia, España y Francia. En los países septentrionales siempre predominaran las líneas sobrias y regulares de la mitra antigua.

Ejemplares conservados de mitras diversas

 

Las dos bandas ( fascia, vittae ) que desde el inicio están unidas a la mitra y cuelgan sobre los hombros o sobre los lados, no son a pesar del nombre “ínfulas”, una derivación de la antigua costumbre pagana, sino más bien una moda provocada por la necesidad o el deseo de atarla por debajo del mentón para que no se moviese. Como la corona imperial germana que llevada dos ínfulas similares.

En la Edad Media se diferenciaban dos tipos de mitra: la simplex , blanca y sin ornamento alguno, que el obispo llevaba en los días y tiempos penitenciales y los funerales; y la aurifrisiata bordada en oro, sobre seda y con adorno de piedras preciosas. Sobre ésta, el bordado podía aplicarse de tres maneras: in titulo es decir verticalmente, in circulo horizontalmente o circulare en círculo.

Hoy en día siguen distinguiéndose tres tipos de mitra: la pretiosa , con gemas, láminas de oro y plata, que el obispo lleva en las fiestas insignes, la aurifrisiata, sin piedras preciosas, pero con ligeros bordados en oro sobre seda blanca o de tela dorada sin otro ornamento y la simplex, de tela de lino blanca con ínfulas con flecos rojos en los extremos. El obispo la usa para los tiempos penitenciales, el Viernes Santo, los funerales, la bendición de las candelas el 2 de febrero y en la consigna del palio a un arzobispo recién creado.

Como puede verse, la mitra no participa del color litúrgico de los ornamentos: mantiene el blanco primitivo, si bien en el pasado no fuesen raras las mitras de colores.

La mitra abacial deriva también del camelaucum pontificio y al inicio fue un privilegio concedido sólo a algunos abades. El uso de la mitra abacial fue regulado por Clemente IV en el año 1266, el cual decretó que los abades exentos no llevasen la mitra pretiosa, sino sólo la aurifrisiata, mientras que los no exentos llevasen únicamente la mitra simplex.  

 

De izquierda a derecha: Obispos Liviere, Castet, Aillet, el nuevo abad de Fontgombault Jean Pateau , obispos Maillard y Aumonier, y finalmente el abad emérito Dom Forgeot. (octubre de 2011)

 

NOTAS

  1. Cinta en forma de diadema de la que penden dos ínfulas en ambas partes, que en algunos casos es lisa; y en otros, entrelazada de blanco y escarlata.
  2. ¿Qué apóstol o evangelista u obispo se encuentra coronado?

    Dom Gregori Maria