[DE] Capítulo 50: El alba y el cíngulo

El alba ( tunica alba -túnica blanca), denominada en los primeros Ordines romanos linea (de lino) o camisia ( en italiano hoy camice) no es otra que la antigua túnica romana talaris et manicata ( hasta los talones y con mangas). Como vestimenta litúrgica se encuentra mencionada en el Concilio de Carbona (a. 589) en los escritos atribuidos a S. Germán de Paris (+576) que la consideran una vestimenta común a todos los clérigos, incluidos los de órdenes menores. El alba en la Edad Media sufrió notables modificaciones de forma. A pesar de conservar el carácter talar (hasta los talones) empezó a confeccionarse con el faldón inferior muy ancho pero muy estrecha en las mangas y la cintura. Refiere Sicardo de Cremona: alba descendens usque ad talos medio angustatur in extremitate multis commissuris dilatatur, stringet manus et brachia (1). Con el paso del tiempo volvió a la antigua forma más regular. Las primitivas albas medievales eran de lana y más raramente de lino y seda. Más tarde, en el siglo IX, como citan Alcuino y otros escritores, el uso del lino se generalizó.

 
 

Boceto del alba de San Bernulfo

Alba con galoncillo o tapapuntos

A semejanza del amito, también el alba, después del siglo X, frecuentemente se adornaba con bordados o telas preciosas (parurae, plagulae, aurifrisia grammata) que en un primer momento daban la vuelta alrededor del faldón y en las muñecas en forma de galón o tapapuntos, pero que posteriormente para favorecer una mayor libertad de movimientos, quedaron reducidos a dos grandes cuadrados de tela aplicados en la parte inferior delantera y trasera, y también en el extremo de las mangas. El alba enriquecida con preciados galones, con que fue amortajado el papa Bonifacio VIII (1303) es descrita así por un contemporáneo: Alba, quae et camisium dicitur, erat ex tela subtili Cameracenti ( de Flandes ) cum fimbris (parurae) ante et post tibias, necnon ad manus et pectus, quae fimbriae ante et post tibias singularum ipsarum habent in latitudine palmos tres cum dimidio, in longitudinem palmum unum, in quibus auro et serico acu píctae infrascriptae habentur historiae: Annuntiationis, Visitationis, Nativitatis, Apparitionis angelorum ad pastores et aliae permultae, Alba longa erat usque ad pedes” (2).

Albas con aplicaciones en bajos y mangas

 

El uso de los antiguos galones ( fimbrias ) medievales fue desapareciendo después del siglo XV con el progreso de la industria del encaje, que fue ocupando el lugar del galón. Sólo en la iglesia ambrosiana de Milán se conservó algún vestigio.

Con el Movimiento Litúrgico se introdujo la costumbre, a mi parecer muy bella, de bordar directamente sobre los bajos del alba símbolos de la antigüedad cristiana (crismones, anclas, cestos con panes, laureles, peces, pelícanos, etc…); quizá otro tipo de diseños que pertenecen a época más tardía (barroca) como cálices con hostias, ángeles, festones floreales, custodias, corazones y demás, no sean tan acordes. También resulta hermosa la elaboración de algún entredós, especialmente cuando se viste sotana, pues realza el contraste.

En las últimas décadas se ha introducido la costumbre, especialmente en las concelebraciones, de llevar albas con el faldón y las mangas muy anchas, vestidas sin cíngulo ni ningún tipo de ceñidor, más parecidas a las cogullas monásticas.

Alba-cogulla moderna


Alba con entredós de vainica

Con encaje de bolillos

 

El cíngulo ( cingulum, zona) como ha sido dicho, era para los romanos un accesorio casi indispensable de la túnica. Debió también pues, en consecuencia, pasar directamente con el alba al vestuario litúrgico. En la Iglesia galicana no se usaba entre los clérigos menores: “ Alba autem non costríngitur cíngulo, sed suspensa legit levitae corpusculum” (3). afirma San Germán de Paris.

Los cíngulos usados comúnmente en el medioevo, según el testimonio de los escritores de aquel tiempo, eran mayormente de lino y tenían la forma de una larga cinta de unos seis o siete centímetros de ancha, que se ceñía mediante una hebilla o fiador. De cíngulos-cordón se mencionan muy raramente y se hicieron habituales a partir del siglo XV. En la cinta se bordaban motivos ornamentales de flores o animales e incluso brillaban piedras preciosas o láminas de oro y plata.

 
 

Cíngulos: un mundo lleno de posibilidades…

Los documentos medievales, como ya dijimos en otro lugar, recuerdan una cinta especial añadida al cíngulo por el Obispo llamada subcingulum, subcintorium, perizoma o balteus . Resulta difícil precisar la forma, habiéndose perdido la memoria. Honorio de Autún (1136) da una idea afirmando: “ Subcingulum, quod perizoma vel subcintorium dicitur, circa pudenda duplex suspenditur” (4). Un autor milanés del siglo XIII, Giovanni de Guerciis añade: subcingulum quoddam in stola quod ligatur cum cíngulo (5). Debía ser, pues, como un cinturón de algunos centímetros de ancho que doblado, se colgaba al cíngulo por encima del vientre y que servía para fijar la estola del obispo al cíngulo. Más tarde, perdido el uso y el significado primitivo, se transformó en un simple adorno, que ya en el siglo XV fue exclusivo del Papa.

 

NOTAS

  1. El alba, que desciende hasta los talones, se estrecha en el medio, mientras que en el extremo se ensancha con múltiples pliegues, y se ajusta en los brazos y en las manos.
  2. El alba, que también se llama camisón, era de tela fina de Flandes, con cenefas a la altura de las rodillas y de los tobillos, así como junto a las manos y el pecho. Estas cenefas tienen cada una de ellas antes y después de las canillas, tres palmos y medio de anchas, y de largas un palmo, en las cuales hay bordadas en oro y seda las historias de la Anunciación, de la Visitación, de la Natividad, de la aparición de los ángeles a los pastores y otras muchas. El alba era larga hasta los pies.
  3. El alba sin embargo no se recoge con un cíngulo, sino que suspendida ciñe el cuerpecillo del levita.
  4. El subcíngulo, que se llama “ perizoma ” o “ subcinctorium ” se suspende doble cerca de las partes pudendas.
  5. Una especie de subcíngulo en la estola, que se ata con el cíngulo.

    Dom Gregori Maria