La heroica mujer catalana en la persecución religiosa en Cataluña (1936-1939) (II)

El santo obispo Irurita rodeado de niños y mujeres

 

Ejemplos de mujeres valerosas

He aquí algunos de los ejemplos recopilados. Dolors Barti era una criada de buen ver, de Figueras, valiente como las heroínas bíblicas. Tenía 19 años. Intentó barrar la puerta del piso a los esbirros del comité rojo de Figueras cuando se presentaron para detener a Mn. Lluís de Macià. Los milicianos la precipitaron zafiamente por las escaleras y la asesinaron camino de Vilafreser, después de insultos y vejaciones que da vergüenza explicar.

Podemos imaginarnos el dolor y la indignación de los padres y familiares de Dolors y de algunos de sus jóvenes amigos, por el crimen cometido contra una joven simpática y audaz, que aquella tarde subió derecha al Cielo por el atajo del martirio.

Mosén Lluís fue también detenido y asesinado en el castillo de Figueras. Fue uno de los once sacerdotes mártires de la Fe de la capital ampurdanesa.

También la figuerense Sara Jordà dedicó una admirable actividad caritativa en aquellos años aciagos. Se infiltró en centros oficiales de Gerona para obtener documentación falsa, firmas y sellos, que entregaba a personas perseguidas para salvarlas de la muerte, y organizaba expediciones para hacerles atravesar por las montañas, camino de Francia. Descubierta la red, Sara fue detenida y fusilada en los Fosos de Santa Elena de Montjuich con otras 6 mujeres y 57 hombres. Fue condenada a muerte por el Tribunal de Alta Traición y eso quiere decir que para aplicar la sentencia fue necesario el visto bueno del presidente de la Generalitat republicana, Lluís Companys. La hija de la heroica Sara, la joven Maria Rosa Tutau, consiguió gracias a unas influencias llegarse a la presencia de Companys para implorarle el indulto. El presidente le contestó: “Para los traidores no hay piedad”. La asesinaron el 11 de agosto de 1938.

Lluís Companys en julio de 1936 hizo fusilar 199 militares de graduación de general a teniente, de los que se sublevaron en Barcelona el 19 de julio y fracasaron. Companys no se acordó que cuando él se levantó en armas el 6 de octubre de 1934 y fracasó, fue condenado a muerte, pero una larga lista de personalidades catalanas que no eran de su partido político, pero caritativas y amantes de la paz, pidieron a las autoridades de Madrid la anulación de la pena de muerte a Companys y lo consiguieron.

Entre las primeras firmas que pidieron el indulto a Companys en 1934 figuraba la del obispo de Barcelona, Monseñor Manuel Irurita. Con tristeza recordamos que nuestro prelado, un obispo pacífico, cuyas únicas armas eran el evangelio y los rosarios, habiendo pasado sólo dos años, en diciembre de 1936, fue asesinado en el cementerio de Montcada por las milicias armadas que Companys había legalizado el 20 de julio de 1936, en la Revolución anarco-marxista.

Centenares de esposas barcelonesas también lloraron la muerte de sus maridos a manos de aquellos comandos, victimas de la Revolución roja. Muchos de ellos, como el obispo Irurita, habían pedido en 1934 el indulto para Companys.

Cuando él le negó el indulto a Maria Rosa Tutau para su madre, no se imaginaba que él mismo cuatro años más tarde sería fusilado.

Rambla Sara Jordà

 

Sará Jorda tuvo el honor que acabada la guerra civil, el municipio figuerense, en homenaje a su heroína, impusiese su nombre a la popular y atractiva Rambla de su ciudad durante 40 años. Con la llegada de la “democracia” un alcalde socialista borró su nombre de la Rambla.

Es necesario recordar a Mercedes Saontoaín Puig familiar de un religioso marista, funcionaria del Ayuntamiento de Barcelona, maestra municipal, empleada del Comité de Abastos. Gracias a su posición consiguió muchos salvoconductos que permitieron a ciudadanos perseguidos poder circular “legalmente” por Barcelona. Entre otros afortunados citaremos a Trifón Lacuza, antiguo director de un colegio marista.

Maria del Tura Roure i Castanyer de Olot, en un libro muy emotivo y de edición agotada, nos explica que su madre y ella, con su otra hermana, alimentaban y escondían a los religiosos de la ciudad y de otras poblaciones. Ayudaban a los fugitivos, los alimentaban con el pan de sus bocas y los acompañaban al bosque donde eran recogidos por guías que los conducían a la frontera. Finalmente fueron denunciadas y encarceladas.

Salvoconducto de la Generalitat

Leonor Rabell i Jué fue una joven barcelonesa modelo de caridad. La persecución religiosa truncó su vocación de monja de clausura. Llena de fe y entusiasmo, en aquellos días fatídicos, de dedicó al Auxilio Blanco o sea, a esconder y ayudar a sacerdotes, religiosos, religiosas y cristianos perseguidos por su Fe. Denunciada por asistir a misa en pisos francos, es decir clandestinos, fue llevada a la checa durante un año y medio. A la entrada de los nacionales nunca quiso denunciar a sus delatores, que bien conocía, movida por el perdón cristiano. Prometió mientras estaba en la checa, que en el caso de sobrevivir dedicaría toda su vida hasta la muerte a obras de apostolado. Y así lo hizo como miembro de las Conferencias de San Vicente de Paúl.

Antoni Mollet , mecánico de Gerona, significado católico, fue asesinado por el Comité de Salt. Era viudo y dejó 6 hijos. El mayor tenía 13 años. El comité gerundense los quería embarcar hacia Rusia, como hicieron como muchos niños españoles, pero la tía de los niños que los cuidaba, cuando lo supo, con mucha valentía, cogió a las criaturas y de noche las subió al tren y las llevó con los abuelos de Valencia. Aquí tenéis una gerundense atrevida y valiente.

Castillo de S. Fernando-Figueras

 

Mosén Enric Puig era el joven vicario de La Junquera. El párroco anciano y enfermo, en el mes de julio de 1936, no quiso moverse de la casa parroquial. Mn. Enric tenía miedo ante las noticias de los crímenes que se explicaban. El comité rojo había usurpado el templo y quemado altares e imágenes. El cura párroco, Mn Josep Major, dijo al coadjutor que marchase si tenía miedo pues él se las apañaría solo. Mosén Enric se refugió en Figueras en casa de su tía. Esta señora, una mujer fuerte y cristiana, le mandó que volviese a La Junquera a hacer compañía al párroco enfermo pues ese era su deber. A los pocos días detuvieron a ambos sacerdotes y los asesinaron en el Castillo de San Fernando. A Mn. Enric lo torturaron arrancándole los ojos. Su tía era una santa: prefirió un sobrino mártir a un cobarde.

Una chica, cuyo nombre no sé, salvó de la muerte al vicario de Puig-reig Mn. Balaguer haciéndose por su prometida. El Comité había amenazado de muerte al sacerdote si no se casaba. Mn. Balaguer a los pocos días de hacer la pantomima, huyó por los bosques de Solsona, atravesó la frontera de Andorra y se hizo capellán del ejército nacional. Este era el camino de todos los sacerdotes que huyeron de la persecución y de la muerte.

Mosén Balaguer, en los años de paz, acabada la persecución religiosa, fue un excelente sacerdote en la zona minera de Fígols en el Bergadán.

Francesc A. Picas Pons