La carta Osoro

La sucesión de Sistach promete ser apasionante. Cuando todavía falta casi un año para que presente su renuncia por edad, los sectores eclesiales barceloneses se están empezando a mover y a jugar sus bazas. El objetivo primordial de los que detentan actualmente el poder es único: evitar que Sáiz Meneses aterrice en la archidiócesis. Para ello están dispuestos a realizar una serie de contorsiones inimaginables tan solo hace unos años. Por un lado, se está intentando promocionar la candidatura del auxiliar Taltavull (incluso algún ingenuo ha lanzado la idea de una recogida de firmas), pero por otro lado, recelosos del espaldarazo de Rouco al menorquín, se está empezando a propalar la posibilidad de jugar la carta Osoro. ¿Ya no quieren bisbes catalans , se preguntará más de uno? No es exactamente así, el problema que tienen es que los prelados catalanes que están en rampa de salida no son de su agrado. Porque catalán de socarrel es Don Romà Casanova i Casanova. O Monseñor Xavier Novell i Gomà. Y aunque nacido en la provincia de Cuenca, desde que tenía un año reside en Cataluña Monseñor Sáiz Meneses. No menos catalán es el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol i Balcells, pero un prelado del Opus en Barcelona…. No les acaba de merecer confianza.

Solo les queda Vives. Sería su obispo ideal, pero no quieren jugar a una única carta, sabedores del escaso eco que goza el Jefe de Estado andorrano en la Santa Sede. Su otro anhelo sería el Abad Soler, mucho mejor posicionado en Roma, pero con grandes -y graves- problemas en el cenobio benedictino que pastorea.

Por eso han decidido jugar a múltiples bazas y entre ellas la más sorprendente es la del prelado valenciano. Buen amigo de Sistach, de perfil moderado dentro del episcopado español, con buena prensa en el sector progresista de la prensa religiosa, simpático, con don de gentes y que ha tenido una buena entrada en la diócesis levantina. Y lo más importante para ellos: hablará catalán sin dificultad, pues ya celebra en vernáculo, a diferencia de su predecesor, el recientemente fallecido cardenal García Gasco, que jamás utilizó el valenciano.

Por si les falla Vives; por si les falla el Abad de Montserrat o, incluso, si no pueden encauzar la candidatura de Taltavull, tienen en la recámara a Osoro. Siempre he pensado que el lema ¡volem bisbes catalans! estaba incompleto y que el verdadero era ¡volem bisbes catalans i progres! Ciertamente Osoro de progresista tiene poco, pero están dispuestos a hacer de la necesidad virtud y aceptar cualquier obispo no catalán, antes que a Saiz Meneses, Casanova, Novell o Pujol Balcells. ¡Antes uno que haya estudiado en el Seminario de Santander que en el de Toledo!

Otro factor que favorece la carta Osoro es que se trataría de un pontificado corto, al estilo Sistach. Nació en el año 1945, con lo cual sería otro mandato de siete-ocho años. El sector dominante -que no predominante- en la estructura eclesial barcelonesa le ha cogido el gusto a estos episcopados de transición. Los mandatos cortos impiden cambios en profundidad. Es su última ocasión. A los Matabosch, Galtés, Segimon, Enric Puig, Pie Ninot, Claret Nonell, Arenas, Bada; no digamos Albert Manent, se les está pasando el arroz. La generación posterior: Aymar, Bacardit, Armand Puig, Termes, Toni Román quedarán muy solos y son capaces de todo, con tal de conservar una parcela de poder. Y Turull… Bueno, Turull bastante problema tiene con la que se le va a venir encima con el escándalo de las prácticas abortistas en el Hospital de San Pablo; tema que no está ni mucho menos cerrado. Un episcopado largo (Saiz Meneses, Casanova o Novell) supondría un vuelco en la estructura de poder diocesano. Ahí está la horma de su zapato.

Les decía al inicio que la carrera sucesoria promete ser apasionante. Y larga. Sigo pensando que Sistach va a hacer lo posible por conseguir una prórroga de dos años y que su substitución va a ir absolutamente ligada a la de Rouco. Pero el hecho es que tres o cuatro años antes de que esto suceda ya se están iniciando los primeros movimientos. Y los nervios. Harán falta dosis estratosféricas de tila.

Oriolt