Más realidades germinantes en Cataluña

Con gran gozo y esperanza les envío esta instantánea romana por si tienen bien a reproducirla. Se trata de la fotografía del grupo de jóvenes de la diócesis de Vic que peregrinaron el pasado fin de semana, del 30 de abril al 1 de mayo, a Roma para poder asistir a la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II.

Los jóvenes, después de llegar a Roma en barco, fueron acogidos por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, el instituto de Santa Teresa de Jesús Jornet que regenta también el Asilo del Sant Crist de Igualada.

A la derecha, delante del pozo de la casa de la comunidad de las Hermanitas en Roma donde fue tomada la fotografía, vemos a Mn. Jaume Casamitjana i Vilaseca (Prats de Rei, 1976), actual párroco de la Divina Pastora de Vic y delegado de juventud de la diócesis. En la parte superior derecha de la escalera, Mn. David Compte i Verdaguer (Sant Martí de Tous, 1973), actual párroco de Sant Joan de les Abadesses y vicario general de la diócesis, quien se desplazó a Roma junto a los jóvenes y su vicario en Sant Joan de les Abadesses, Mn. Longinos Eseng Nguema (en el centro junto a una de las religiosas).

Toda la comitiva fue visitada por dos jóvenes sacerdotes diocesanos ordenados el año pasado, hoy estudiando en Roma para acabar sus estudios, a los que pueden ver en la foto de la derecha, Mn. Xavier Bisbal i Talló (Igualada, 1982) y Mn. Joan Prat i Jorda (Igualada, 1980). En la foto de arriba el primero delante de la puerta superior. El segundo, con sotana, a la izquierda de la imagen.

La labor de Don Romà en Vic, como una silenciosa hormiguita, va dando sus frutos. Llegó a un obispado arrasado y con todo el mundo nacional-progresista en contra. Un mundo ayer con fuerza hoy solo “fulleraca” (hojarasca). Incluso le llegaron a montar una manifestación fuera de la catedral de Vic el día de su ordenación episcopal el 14 de setiembre de 2003. Con pancartas y todo. El cínico y paniaguado de Llisterri incluso utilizó la fotografía de esta manifestación contraria para ilustrar su oportunista libro Les ferides de la Església Catalana. La divisió de la diócesis de Barcelona i els bisbes imposats (2005).

Acusado de no acumular títulos académicos, de no tener don de gentes (no sabe hacerse el simpático), ya nos gustaría en Barcelona, tener un obispo como Don Romà. Un pastor, de una exquisita sensibilidad humana, que por encima de todo es hombre de oración. Una frágil vasija de una entereza y consistencia fuera de la habitual que acoge un amor a Dios y fidelidad a Iglesia ejemplares.

Mn. Joan Prat es un sacerdote cercano a una de las realidades más denostadas por el nacional-progresismo oficial curial barcelonés Schola Cordi Iesu , agrupación de carácter apostólica de la capital catalana que es calificada por la redacción del Diccionario de Historia Eclesiástica de Cataluña como “muy conservadora y a menudo preconciliar”. ¿Si los redactores hubieran sabido lo que iba a venir con Benedicto XVI?

Qué paradoja que Schola, un movimiento que no posee apenas resortes en ninguna parte, congregue tanta juventud (y sana como decían los abuelos). Y que todo lo que tradicionalmente la ha criticado se apague y marchite. Da mucho que pensar.

Josep Maria ManresaUno de los sacerdotes de Schola es el también germinante Mn. Josep Maria Manresa i Lamarca (en la foto con Iniesta y unos chavales aficionados al fútbol como el propio sacerdote), quien llevó un grupo formado por cincuenta jóvenes, en su caso de la centrado en la parroquia de Sant Cebrià de Valldoreix de la cual es párroco, a Roma con motivo de la beatificación de Juan Pablo II.

Mn. Manresa (Barcelona, 1974) también tuvo que pasar su calvario particular cuando era vicario del Sant Esperit de Terrassa, antes de la restauración del obispado, cuando era párroco un tal Pausas (no confundir con Pousa), uno de los mandarines de la Unió Sacerdotal de aquel entonces. La continuidad de la obra de Mn. Cima, sacerdote de arraigada estirpe egarense pero fiel a Don Marcelo, ponía nerviosos a la U y hicieron todo lo posible por cargársela.

De la experiencia de estos jóvenes de Valldoreix ha llegado a informar Cataluña Cristiana quien, falta de ejemplos catalanes de peregrinos en Roma, ha tenido que recurrir, a su pesar, a una de las parroquias regidas por sacerdotes germinantes. Nuevamente otro caso de lo que con gran acierto insiste su colaborador Oriolt: si se buscan iglesias llenas, jóvenes en las parroquias, labor social en ellas, templos abiertos muchas horas al día, economías parroquiales saneadas, ortodoxia doctrinal y vocación apostólica hay que recurrir a este tipo de clero.

Berenguer Seniofred de Lluçà