Los delincuentes de ortodoxia (I): Franz Joseph Buss

¿El catolicismo afrontó tarde el problema obrero?

El socialdemócrata August Bebel, uno de los fundadores del SPD afirmó en 1904 que el primer parlamentario alemán que alzó su voz en una cámara de diputados para defender la adopción de medidas sociales a favor de los obreros había sido Franz Josep Buss (1803-1878).

Con tan solo treinta y cuatro años, Buss había sido elegido diputado del Parlamento del Gran Ducado de Baden, en aquel momento un estado independiente. Era el mas joven de la cámara baja o segunda del Badische Ständeversammlung , el órgano legislativo de un país que desde 1818 era una monarquía parlamentaria. Esta excepción en el panorama de la restauración del Absolutismo de la Europa que salió del Congreso de Viena era posible gracias a una constitución liberal atorgada por el Gran Duque Karl Ludwig Friedrich a su pueblo y redactada por el jurisconsulto Karl Friedrich Nebenius.

El 25 de abril de 1837, el joven diputado católico Buss se levantó de su escaño para pronunciar el que está considerado el primer discurso sobre la problemática de los obreros que se ha oído en un parlamento liberal europeo continental. Observando las consecuencias negativas de la industrialización, en su Fabrikrede (discurso sobre las fábricas) proponía la limitación del trabajo infantil y de los horarios de los obreros adultos como medida para evitar accidentes. Al mismo tiempo, defendía la necesidad de instituir mutuas de enfermedad, accidentes y despidos (el paro involuntario) sustentadas por cuotas o cotizaciones de los trabajadores; la necesidad de crear economatos en las fábricas e incluso la defensa de ayudas públicas directas para casos de necesidades de subsistencia. Todo un escandaloso programa para la sensibilidad económica ultraliberal que imperaba en la cámara baja sita en Karlsruhe. Las clarividentes propuestas del joven diputado, en aquel su primer mandato (1837-1840), superaban el marco de la teoría del Estado liberal, aquel estado policía preocupado únicamente de garantizar el libre ejercicio de los derechos individuales. Sin soportes políticos, las propuestas de Buss caerían en saco roto.

¿El catolicismo social surge y actua con coordenadas y planteamientos políticos de Antiguo Régimen?

Buss era un hijo de un nuevo mundo. Aquel que después de la Revolución francesa había proclamado que el linaje ya no importaba, sino el mérito, la capacidad y el propio trabajo. El mismo era un ejemplo de ello. Hijo de un sastre de la Selva Negra , Franz Joseph Buss se doctoró en Filosofía el 1822 en la Universidad de Friburgo de Brisgovia (el Friburgo alemán) y en Medicina en la de Basilea en 1831. Vuelto a Baden, su patria, desde 1836 seria profesor de Ciencias Políticas y Derecho Internacional.

Buss era defensor de la uniformización de las aduanas entre los estados alemanes, la célebre Zollverein o unión aduanera que pondría las bases de la futura unificación política. En su caso, se trataba de conseguir una mayor integración comercial de Baden con el resto de los estados alemanes. El profesor de la Universidad de Friburgo así mismo fue coautor de una Geschichte der politischen Ökonomie in Europa , una historia de la Economía Política en Europa.

Como estudioso de la historia del Derecho, el de Baden defendió toda su vida el papel crucial del Cristianismo en la configuración del Derecho en Europa, Occidental por extensión. Especialmente en lo referente a la introducción del personalismo y garantismo jurídico a nivel de cada individuo y no de colectivos. Todo ello lo recogería en obras como Über der Einfluss des Christenthums auf Recht und Staat publicada en 1844. Pero Buss iría más allá. Fundador y director de un centro de estudios de legislación europea comparada en Friburgo, nuestro hombre estudió como el catolicismo influía de forma diferente al protestantismo en la configuración del derecho europeo y en el carácter más o menos anticorporativista-individualista de éste.

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La Paulkirche de Frankfurt

Las preocupaciones académicas de Buss eran hijas de un tiempo donde su Fe se sentía acosado por un anticatolicismo, de influencia ilustrada pero con formas ahora liberales, que campaba a sus anchas en una parte considerable de las élites políticas, universitarias y cortesanas de un país de mayoría católica. Un trabajo intelectual que corrió paralelo a una intensa labor social, incluso de beneficencia. Durante la gran hambruna que azotó e l Gran Ducado de Baden en el invierno de 1846-1847, Buss alimentó miles de hambrientos de la Selva Negra. Así mismo colaboró en primera persona en la fundación de las Hijas de la Caridad en su patria. Incluso llegó a convertir su propia casa en colegio eclesiástico.

Buss publicaría numerosos artículos en la prensa dedicados a la defensa de la libertad de la Iglesia. En 1845 participó en la fundación del periódico Süddeutsche Zeitung für Staat und Kirche y en la constitución de las Piusvereine für religiöse Freiheit o asociaciones católicas para la defensa de la libertad religiosa respecto del Estado y de los intereses católicos en la esfera pública.

La primera Piusverein se fundó en la renana Maguncia, el cuna del ilusionante ultramontanismo alemán, durante el primer mes de la Revolución de 1848. En octubre ya tenía varios miles de miembros repartidos por todo el país. Aunque las Piusvereine no sobrevivieron al periodo revolucionario alemán (1848-1849) como tales nos encontramos delante del primer testimonio de movilización seglar alemana en el marco político liberal. Como tales prepararon el camino de las siguientes manifestaciones y concreciones.

De hecho las Piusverein nacían de la semilla plantada por el círculo de ultramontanos de Maguncia reunidos alrededor del periódico Der Katholik y de la figura carismática y aglutinadora de Adam Franz Lenning (1803-1866), sacerdote natural de la ciudad y enérgico defensor de los derechos de la Iglesia católica contra el jurisdiccionalismo eclesiástico del Gran Ducado de Hesse. El propio Lenning había sido el responsable de la llamada a una asamblea general de católicos que acabó desembocando en la constitución en la primera Piusverein , presidencia que fue conferida a nuestro Franz Joseph Buss. Reunión, celebrada durante el mes de octubre en Maguncia, que está considerada el primer precedente de los Katholikentag o reunión anual del movimiento católico alemán.

Las primeras reuniones coincidieron expresamente con los días de convocatorias para las elecciones a diputados del Parlamento de Frankfurt de 1848. Era necesario organizarse para estar presente en esta célebre asamblea con el objetivo que se tomaran medidas de garantía para el ejercicio de la libertad religiosa (legalización de todas las órdenes y congregaciones de religiosos regulares, presencia de la enseñanza religiosa en la escuela pública, libertad para la escuela confesional…). Las Piusverein actuarían activamente en promover listas de candidato católicos para un Parlamento, constituido a raíz de las revoluciones de aquel año, que pretendía la unificación de Alemania bajo el marco constitucional, parlamentario y democrático. Buss estaría presente como diputado. Las sesiones tendrían lugar en la Paulkirche de la ciudad.

   Otro de los parlamentarios católicos que participaron en el Parlamento de Frankfurt de 1848 fue el entonces joven sacerdote Wilhelm Emmanuel von Ketteler (1811-1877). Ketteler, como Buss, estaban marcados por las Kölner Wirren , conflicto renano entre las nuevas autoridades prusianas y la Iglesia Católica que acabó con el encarcelamiento del arzobispo de Colonia Droste zu Vischering. Mientras duró dicho Parlamento se formó en Frankfurt el Katholischen Klub , una liga interpartidista que agrupaba los diputados católicos que no quería marginar el tema de la defensa y libertad de la Fe católica. Buss también se uniría a ellos.

¿Los católicos sociales siempre chocan con sus obispos? Buss y Hermann von Vicari

Hermann von Vicari

Buss fue un precursor de aquellos que iban a defender el catolicismo en las nuevas coordenadas de las monarquías liberales parlamentarias y constitucionales europeas del siglo XIX. En su caso en el Gran Ducado de Baden, un territorio que se anticipó a ello pero también a la Kulturkampf .

En la Badischer Kulturkamppf encontramos ya todos los elementos de esta batalla por la Cultura que se iría extendiendo por toda la nueva Europa liberal, pero con características propias según cada país. Una batalla por parte considerable de las elites políticas y económicas de los deseos de una Iglesia mas sumisa a las necesidades del Estado y a su propia clase social.

Contra este programa que pretendía atar en corto a la Iglesia se alzó, en el caso del Gran Ducado, el arzobispo de Friburgo, Hermann von Vicari (1773-1868) quien defendió la independencia de la Iglesia católica frente a las intromisiones del Estado. Había que poner fin a la confirmación por parte del Estado de los nombramientos de cargos internos de la propia Iglesia o a la obligación de los seminaristas de estudiar sus estudios eclesiásticos en las universidades públicas, donde las cátedras estaban mayoritariamente ocupadas por profesores que difundían toda clase de ideas regalistas de herencia josefinista y febrorianas, pero ahora en clave política liberal. Ideas como las del influyente sacerdote y vicario general del obispado de Cosntanza Ignaz Heinrich von Wessenberg (1773-1860), partidarias de una iglesia nacional alemana ligeramente conectada con Roma y protegida de interferencias papales; o del sacerdote de Silesia Joseph Ronge (+1887) y su Deutschkatholicismus . Resulta significativo el intento del Gobierno de Baden, frustrado por la negativa de Roma, de nombrar a Wessenberg como obispo auxiliar.

La oposición de Hermann von Vicari a la política del Govierno de Baden de recortar la presencia de la Iglesia en el mundo escolar (1852-1860) con el fin último de expulsarla de este ámbito, acabó con el arresto domiciliario del arzobispo. Medida que escandalizó a las masas populares católicas del país y al propio Buss quien dedicó a su obispo Vicari, un nuevo libro, una biografía de Santo Tomás Beckett. Su Der heilige Thomas: Erzbischof von Canterburg und Primas von ganz England, und sein Kampf für die Freiheit der Kirche (1856). La analogía era bien clara.

Mientras y solapado al conflicto, tenían lugar las negociaciones para un nuevo concordato entre el Gran Ducado de Baden y la Santa Sede. Periodo durante el cual Buss fue escogido por tercera vez como diputado para el Parlamento de Karlsruhe, ahora ya convertido de facto en representante de una movilización popular católica, con base en todas las parroquias del país, contra las leyes del Estado contra la Iglesia. Buss se había implicado a fondo en ella hasta el punto que los liberales más fanatizados se alzaron contra dicha campaña consiguiendo incluso la invalidación de su elección como diputado.

¿El catolicismo siempre indiferente ante el centralismo político de los nuevos estados liberales? Prusia versus Austria

Franz Josep Buss fue partidario que fuera Austria y no Prusia quien liderara un futurible unificación alemana. Este posicionamiento era defendido ya en 1848 por la Fraktion Café Milani de parlamentarios en Frankfurt, una corriente de diputados de la cual fue jefe. Dicha Franktion deseaba que Austria estuviera dentro de una Gran Alemania y que ésta última estubiera intensamente descentralizada, es decir con un gobierno federal con unas competencias muy limitadas. No por casualidad el profesor de Friburgo había estudiado el derecho constitucional y la organización política descentralizada de los EE.UU, reflexiones que publicó en su Das Bundesstaatenrecht der Vereinigten Staaten Nordamerika’s (1844). Buss veía en Prusia el peligro de avanzar hacia un proceso de centralización política que actuara en perjuicio de la autonomía de los territorios católicos adheridos, pensamientos recogidos para la imprenta en su Die teutsche Einheit und die Preussenliebe (1849).

Buss respetaba mucho a Austria y a su imperio confederado. Durante las guerras de los Habsburg en Italia, llegaría a crear una asociación para socorrer los prisioneros alemanes. El Kaiser de Viena, en agradecimiento, le otorgó la orden de
la Cruz de Hierro con lo que Buss sería a partir de 1863 ritter (cavallero) von Buss. En Viena organizaría también diversas manifestaciones de apoyo a Pío IX quien veía amenazados sus Estados Pontificios por la reunificación italiana. Hay que recordar que estos territorios se concebían como un instrumento de salvaguarda política y económica de la Santa Seda contra injerencias extranjeras. Pío IX agradecido lo distinguió como caballero del Orden de San Gregorio el Grande.

La derrota de Austria delante de la luterana Prusia en Sadowa (1866) dejó claro quién lideraría el proceso de unificación alemana. Pese a cundir el desánimo, Buss como Ketteler tuvieron muy claro que se tenía que aceptar las nuevas coordenadas políticas y luchar pacíficamente por garantizar los derechos de los católicos con las nuevas normas de juego. La cuestión era, pues, esforzarse y movilizarse para conseguir que les garantías constitucionales y legales, en el nuevo Reich que se avecinaba, salvaguardaran la libertad religiosa y la autonomía de los territorios que se tendrían que incorporar a un Imperio liderado por Prusia. Una realidad que también tenía su vertiente filosófica y religiosa: la Kulturkampf ahora a escala imperial y capitaneada por el canciller Bismark interesado en someter el catolicismo a unas coordenadas cómodas para el Estado.

Empezaba la etapa de Franz Josep Buss como parlamentario en Berlín del Zentrum , el partido que agrupaba a una gran parte de los católicos alemanes. De 1874-1877 fue diputado al Reichstag con un gran apoyo electoral. En esta nueva cátedra, Buss no cejó en el empeño para evitar esta petinaz marginación del catolicismo de la vida intelectual y cultural del Reich, acusado de religión rústica y poca apta para los tiempos modernos. Algunos comenzaban a poner las bases de una larga marcha que acabaría por convertir al Estado en un ídolo. Tiempo a venir, otros lo substituirían por el Volk , el Pueblo. Todos ellos en las antípodas del pensamiento de gente como Buss.

Guilhem de Maiança