Sistach será el número dos de Rouco

Se puede confirmar ya (salvo sorpresa de última hora) que en la próxima asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal , que arranca el venidero 28 de febrero, se va a reelegir al cardenal Rouco como presidente. No existiría impedimento estatutario alguno en reelegir, para otro trienio, al actual vicepresidente, Monseñor Ricardo Blázquez. Sin embargo tal posibilidad se descartó desde un inicio. Hasta hace pocos días se venía postulando firmemente la candidatura del arzobispo de Valencia, Carlos Osoro. Por el contrario, al final, el arzobispo de Madrid ha optado porque su número dos sea el cardenal Martínez Sistach. Malas lenguas insinúan que se ha obstruido la candidatura del prelado valenciano, dado que Rouco no veía con buenos ojos su ansías de promoción, ya sea en pos de una futura presidencia de la CEE o de su sucesión en la archidiócesis madrileña. En estos momentos, Sistach no representa ninguna amenaza para el poder de Rouco. Además, la idea de incluirlo en la candidatura partió del propio obispo barcelonés, a lo que el madrileño respondió encantado. Efectivamente: al cardenal de Barcelona le caducaba su cometido en el comité ejecutivo de la CEE , el verdadero centro de poder de Añastro. Al único puesto al que podría optar (descartada la presidencia) es a la vicepresidencia. Su elección colmará su conocido ego, que habría sufrido evidente menoscabo, al quedar como único cardenal sin presencia real en donde se cuecen las decisiones más trascendentales de la Iglesia en España.

Así tendremos a Monseñor Martínez Sistach como vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y número dos del cardenal Rouco. Vicepresidente de la denostada Conferencia Episcopal Española y número dos del vilipendiado cardenal Rouco. Igual sucedió, recuérdese, en el período 1999-2002, en que el cardenal Carles fue también vicepresidente y número dos del obispo de Villalba. Con el consabido enojo de la platea progresista. Es más, caso de aceptación de renuncia o fallecimiento del cardenal de Madrid, antes de expirar el mandato, sería Sistach el presidente de la Conferencia episcopal hasta la siguiente asamblea plenaria. En todo caso, se trata de un suceso extraordinario: en lugar de la anhelada conferencia episcopal catalana, el arzobispo de Barcelona será el vicepresidente de la española y número dos del malvado Rouco. Una jugada genial.

La elección del tándem Rouco-Sistach significa también la segura prórroga de sus mandatos como pastores diocesanos. Rouco cumple los 75 años este 2011 y Sistach el futuro 2012. Sus cargos en Añastro caducarán en 2014. Hasta marzo de 2014 no se va a plantear su sucesión. Con el año o año largo para hallar sus relevos. Parece indudable que tanto Rouco como Sistach van a ser dos de los mitrados a los que se acepte más tarde la renuncia por edad. Olvídense ya de los cantos de sirena que aseguraban la designa de un coadjutor o una rápida sucesión. Hay Sistach para cuatro o cinco años más y no se debe soñar con otras hipótesis.

Otro factor clave para que nuestro cardenal no haya sido excluido del comité ejecutivo de la CEE es que Sistach se ha convertido en el hombre de Cañizares en España. Sí, sí, de aquel otro pérfido obispo que aseguró que la unidad de España era un bien moral. En estos momentos uno y otro prelado son carne y uña, habiéndose convertido nuestro arzobispo en la palanca que posibilite que Cañizares vuelva de Roma. Obviamente como sucesor de Rouco. En Añastro y en la Almudena. Por ello, se decidió torpedear una posible promoción del obispo Osoro, al objeto de que no estorbase el futuro del purpurado de Utiel. A ese juego se ha prestado Sistach encantado. Podrá seguir viajando a Madrid una vez al mes. Allí (después de Roma) está el verdadero poder eclesial. No en Barcelona.

No hace falta que les diga que la noticia me llena de satisfacción. Sobre todo ahora que los más progresistas empiezan a soliviantarse y a escribir pestes del arzobispo de Barcelona. Su ausencia en las conmemoraciones del documento "Arrels cristianes de Catalunya" y, en especial, la expresa prohibición de albergar consultas independentistas en locales parroquiales, han significado el rompimiento de la baraja. Los primeros han sido nuestros amigos de Església Plural.

Curiosamente ahora se caen del guindo y descubren el control absolutísimo que ejerce el cardenal en todas las instancias de la diócesis. ¿Por qué se creen que nació Germinans? Se van a iniciar los vahídos en el coro de ofendidos. Ciertamente, no hay mal que por bien no venga.

Oriolt