Crónica de un periplo por Barcelona

El 29 de diciembre a las siete de la tarde tuvo lugar en nuestra Santa Iglesia Catedral Basílica de Barcelona la apertura del Año Jubilar del Padre Palau que el Papa ha proclamado para conmemorar el Bicentenario de su nacimiento y el 150º aniversario de la fundación de las Carmelitas Misioneras. Un sacerdote de una diócesis muy vinculada a la vida del P. Palau, en visita a Barcelona para tal efemérides y presente en dicha concelebración nos trasmite sus impresiones.




“La Sala Capitular se habilitó como sacristía, allí nos reunimos juntos los sacerdotes y obispos. Fuera de los canónigos (incluido Turull, que llegó 5 minutos antes de la Misa) había muchos carmelitas, sacerdotes de Tarragona y Lérida, y alguno que otro de fuera, pero muy pocos barceloneses.

El cardenal llegó apretado de tiempo sólo saludó a los obispos presentes. Fue frío, gélido y desdeñoso con los sacerdotes, quise saludarle y se limitó a dar la mano rápidamente, ni siquiera miró ni oyó de dónde venía. Sin embargo, Mons. Pujol fue muy atento y educado con los sacerdotes.

La Misa fue un cúmulo de despropósitos litúrgicos, junto con algún acierto, entre los que destacó el uso del incienso y los cantos solemnes que cantó el coro y el hecho de que el Cardenal pronunciase la homilía en catalán y castellano. No entiendo por qué en la página web del Arzobispado la homilía está trascrita únicamente en catalán si alternó una y otra lengua.

A estos datos positivos añadir un cúmulo de despropósitos: el Ceremoniero no paraba de moverse. No previeron los asientos en el presbiterio. Hubo que remover un banco para que pudiéramos sentarnos de mala manera. Una danza hindú que bailaron las ¿monjas? justo en el momento de la aclamación de la consagración, con música por los altavoces.¿Qué pinta una danza hindú en la consagración? Entre el niño de la barretina que llevó las ofrendas y las monjas que bailaron con saris de colores (por cierto, bastante mal), no sé con qué quedarme.

El canto de acción de gracias después de la comunión fue una ejecución musical: ni más ni menos que el canon en Re mayor de Pachelbel (entero) ¡qué devoción…!

Pero lo peor de todo fue que a pesar de ser la apertura de un Año Jubilar no se dijo nada de la Bula de Penitenciaría sobre los templos jubilares, ni las indulgencias, ni las peregrinaciones, ni nada que ver con la dimensión espiritual de un Jubileo (conversión, penitencia, indulgencias plenarias, etc.) es como si les diera vergüenza y quisieran ocultar "eso" que va unido inevitablemente a los Jubileos. Eso sí, nos ponderaron que el gran fruto jubilar será: la solidaridad con Haití y un proyecto de ONG (para eso se han quedado las monjas). El Beato Palau estará bien perplejo del Año Santo que le han preparado. No se hizo ni el típico refrigerio para destinarlo a obras de caridad.

Nada más terminar el cardenal se desvistió rápidamente y salió corriendo sin saludar a nadie. Mi impresión es que vive en una torre de cristal y no quiere relacionarse con nadie que no sea de su círculo. Él está para las grandes ocasiones y eventos y no se ocupa ni preocupa de curas, monjas y demás gente de la calle. Esto lo han publicado ustedes muchas veces y es una verdad evidente incluso para el que viene de fuera.

Parroquia de San Agustín en la calle Hospital

El día después fuimos a la parroquia San Agustín: fuimos a ver el lugar donde el P. Palau tuvo su Escuela de Virtud. Resumiendo: el peor de los templos paganos es mejor que esa iglesia, "okupada" por múltiples virgencitas e imágenes de santos que dan una impresión de santería, vudú o algo peor. La "capilla" del P. Palau era al mismo tiempo: despacho, sala de conferencias con proyector y supuesta ¿capilla? en una nave del crucero.
Es comprensible el deseo de acoger pastoralmente a los numerosos inmigrantes católicos del mundo pero tanto estética como espiritualmente hay un punto intermedio para la acogida de tantas advocaciones marianas. Nos lo recuerda el concilio Vaticano II.

Más tarde Santa María del Mar. ¿Qué hace un sagrario oculto tras la columna central donde está la Virgen pero sin embargo con lamparilla roja?
¡Y en la cripta de Sant Cugat, un belén ocupándola toda y tapando el lugar!

Un sagrario “oculto” tras la columna de la Virgen, pero con lamparilla

El templo estaba iluminado pero no había iluminada ninguna imagen de ningún santo, sólo los elementos arquitectónicos ¿la iglesia es para dar culto a Dios y a los santos o para que la admiren los turistas? La capilla del Santísimo era un congelador desvencijado y sucio, lleno de polvo y dejadez.

Y finalmente llegamos a la Merced. Y llegó el milagro. Tiempo hacía que no veía una Basílica tan limpia, tan bien organizada, con silencio, confesiones. ¡El único sitio así que encontramos en toda Barcelona! El párroco muy amable, nos atendió espléndidamente y nos fue comentado como ha emprendido una lenta pero decidida reforma de lo que se encontró al llegar. ¡Que Dios le dé fuerzas y la Virgen de la Merced para mantenerse en tan buen camino! Me quedo con una de sus frases. Al preguntarle cómo había sido la feliz coincidencia de encontrarle en la iglesia nos dijo claramente: “¿donde va a estar el sacerdote si no es en su parroquia?”. ¡Así fueran todos los sacerdotes de Barcelona!

¡Que el Beato Francisco Palau nos dé un amor a la Iglesia (a pesar de todas sus faltas) como el que alentó en su vida y nos envía desde el cielo!

Un sacerdote palautiano