Joan Barat Graell, ¡por fa! , jubílate ya

Un nuevo año bajo a la parroquia como cuando era pequeño para asistir a la tradicional Missa de les Santes de Mossen Blanch. Este año, otra vez, con la presencia del cardenal Sistach que le ha cogido gusto a una ceremonia multitudinaria de lucimiento.

Después del “ball de l’àliga”, paso a casa de mis familiares y amigos en Mataró para comer “peres farcides” (peras rellenas) como ya hacia el Baró de Maldà a finales del siglo XVIII en sus vendidas desde Barcelona a la capital del Maresme por Fiesta mayor. Después del helado de corte de vainilla y chocolate de la acreditada casa “Granja Caralt” se desató una animada conversación sobre el estado de la parroquia de Santa María.

No parecían mis amigos y familiares muy satisfechos. En primer lugar salió el tema de la restauración y sus criterios, que nadie los conoce. También sobre la diferencia entre la magnificencia de la Missa de las Santes y el desierto del resto de los días del año en esta parroquia donde ninguna de las Misas dominicales ya se hace en la amplia nave central. Después de algunas otras cuestiones se entró de lleno en la figura del párroco. Por lo que se ve Santa María de Mataró no está de suerte.

Según parece es una de las parroquias con más incondicionales de Germinans por metro cuadrado, pues me pasaron algunos de sus artículos impresos en papel que los feligresas de más edad, sus golden girls , se pasan de mano en mano en secreto, porque mayoritariamente no tienen acceso a Internet.

Una de las últimas que ha hecho este pésimo párroco, el injubilable e incolocable Joan Barat Graell (78 años), es autorizar como ya informó esta web (sección "De omnibus rebus" de 30/05/2010) a TV3 para que convierta la capilla del Santísimo Sacramento de la basílica de Santa María de Mataró en plató para grabar escenas de la teleserie de TV3 "La Riera".

Leo en dicho artículo de esta web la crónica que sobre esta serie el crítico Sergi Pàmies publicó el sábado 22 de mayo de 2010 en La Vanguardia . Copio algunos de aquellos párrafos:

El culebrón La Riera (TV3 y 33) está evolucionando hacia universos oscuros…Con el tiempo, el elemento gastronómico pasó a ser secundario y me fueron seduciendo la maldad de ciertos personajes y la peculiar interpretación de algunos actores…

Claudi, un auténtico hijo de puta manipulador, muy bien interpretado por Pere Arquillué. En pocos meses, ha inducido suicidios, perpetrado adulterios, contratado matones, maquinado estafas, mentido con la desfachatez expresiva de Al Pacino en El Padrino , sobornado a corruptos y a desgraciados.

Otro personaje interesante es Ernest, interpretado por un eficacísimo David Selvas. Es el Bobby Ewin de La Riera, un buenazo con debilidades sentimentales que, si nos atenemos a la lógica del género, podría acabar convirtiéndose en el más peligroso de los psicópatas.

Pero la perla de la serie es Mauri, el veterano y destronado ex chef, hermano de Mercè, la propietaria de la fonda (que, por cierto, está sufriendo un preocupante proceso de suellenización). En las primeras semanas, Mauri era un cascarrabias con buen corazón. Enfático en sus estados de ánimo, llevaba su cocina con sentido de la disciplina parecido al de Clint Eastwood en El sargento de hierro . Vive con su hija, todo parece normal hasta que, de repente, descubrimos sus contradictorias y viciosas… (redobles de tambores)… ¿tendencias pederastas? Es un golpe de efecto que preserva la tradición del morbo televisivo catalán. Nissaga de poder inmortalizó el incesto (entre hermanos y entre tías y sobrinos). El cor de la ciutat explotó la violación y Ventdelplà, los malos tratos y la prostitución. ¿Será La Riera la serie de la pederastia?

>El escrito de Sergi Pàmies deja bien claro el estilo indecente y amoral de la citada serie. ¿Es normal que este párroco Barat permita que la serie ruede en la capilla del Sacramento de la parroquia? Que se ruede un documental de tipo artístico tiene un pase, pero una serie de tales características ¿es normal?

No me extraña que según nos llega sus feligreses recibieran, entre ellos mis primos, como un chasco que Barat continuara un año mas como párroco pues se habían hecho pagas que pasaba a Berga (FOTO DE LA IZQUIERDA) jubilado junto a sus familiares. Algo debe haber sucedido. Con esperanza, muchos se hacían pagas de librarse –algunos habían incluso preparado una botella de champagne- de un personaje agotado en su discurso nacionalista exharcerbado, con cada día, pese a una superficial bonhomía, más tics dictatoriales y toques de mala educación, que ha conducido al marasmo a una parroquia milenaria y arruinado muchas iniciativas de buena fe.

Hago una lista de 18 doléances con todo lo que salió, animado por mis familiares y amigos. A poner negro sobre blanco todo lo que se comentó y luego colgarlo, a lo imán de nevera, en nuestra humilde web:

1) su comportamiento en la pasada beatificación del Dr. Samsó, negándose en propagar la figura de su antecesor elevado a los altares y boicoteando toda iniciativa que no estuviera acompañada de talón bancario. Entre otros pasotismos, no le vieron en el pelo en ninguna conferencia de las que se dio. Ya se comentó en esta web que el modelo sacerdotal del Dr. Samsó es denostado por este tipo de curas que interpretaron a su manera el Concilio.

2) su patética participación en las campañas contra el cardenal Carles;

3) la supresión de la procesión de las Santas patronas por las calles, último resquicio de la tradicional recorrido que antes del concilio se hacia por la tarde (como me acuerdo);

4) su negativa a restaurar la procesión del Corpus, pese a que tendría el apoyo de la Cofradía de la Virgen de los Dolores;

5) su negativa a asistir a las procesiones de Semana Santa dicha cofradías de su parroquia. Se ve que en el fondo no las traga. No las ve conciliares.

6) su repelús a la figura de Juan Pablo II y Benedicto XVI, la nula citación y lectura de ninguna de sus encíclicas o de su Magisterio y su anclaje a una visión distorsionada de Juan XXIII;

7) su choque y desatenciones con personas con mucha valúa de la parroquia que no le ríen las gracias; Un marcado clericalismo insultante e incapaz de entender que el laicado no son unos súbditos disminuidos;

8) su intento de cargarse el rosario vespertino;

9) la burla y el sarcasmo hacia actos de piedad como el novenario de Almas;

10) su enfermiza aversión a la lengua castellana;

11) su obsesión por no abrir la Iglesia mas horas, reacción sospechosa de una vida espiritual curiosa;

12) el no haberse preocupado, como presidente de la fundación, por el destino ni por garantizar el culto en la capilla de la Inmaculada Concepción de la Residencia de Ancianos Llar Cabanellas en el convenio que firmó con el Ayuntamiento para convertirlo en Centro de Salut Mental. Acabará en almacén, o sala de actos, y si no al tiempo. Una verdadera dejación de algo que como párroco tendría que ser el primero en velar.

13) el que nunca le han visto el pelo en los colegios católicos de su demarcación (Corazón de Maria, la Coma, Maristas Valldemia).

14) su pasotismo hacia todo lo que sea la historia de la parroquia, considerada un contrapeso inaceptable a sus arbitrarias decisiones; Se ve que está a la greña con todo el colectivo del Museu Archivo parroquial, principal foco de investigación histórica de la Ciudad.

15) el fin de las confirmaciones. Ya nadie de acuerda en que año se confirmaron los últimos jóvenes de una parroquia donde no hay jóvenes. La decadencia de la catequesis, de cerca 100 al inicio de su rectorado a poco mas de 20 chavales.

16) el abandono durante de su rectorado de la nava central basilical para las misas dominicales, testimonio de una decadencia mucho mas profunda;

17) la incapacidad para pararle los pies al equipo de arquitectos encargados de la restauración, que si bien los enchufó su antecesor, pretenden utilizar Santa Maria como un espacio de experimentación de arquitectura contemporánea (y de paso pasar factura) a costa del mal gusto y la vida espiritual. El arquitecto principal Agapito Borrás no es ni creyente. Sus frivolidades han hecho perder, según me cuentan, un donativo de 2.000.000 de pesetas de una familia que quería pintar una capilla.

18) o su incompetente y contradictorio gobierno parroquial débil con los fuertes y fuerte con los débiles. Como dijo mi conocido Pisum Sativum, un párroco para olvidar.

Triste senectud rectoril. Habría que preguntarse que cardenal mantiene a este personaje tan arbitrario e irascible que deambula triste y cabizbajo únicamente entre los vértices de un triangulo formado por la capilla de su Misa diaria, su tienda de ultramarinos y el sillón de delante de su TV. Me parece que nos encontramos en un caso más de un fracasado sacerdocio que nos quería predicar una fe subordinada siempre a una ideología política, en su caso la nacionalista catalana. Que triste. Que triste. ¡Por favor sacerdotes, en el desierto de la ciudad, no podéis vivir solos en vuestras casas rectorales! ¡Obispos tomad seriamente en consideración este tema!

Uno de los muchos e-mails de queja recibidos fue publicado por Germinans –en la sección Omnibus rebus- el 9 de junio pasado con el título “ En la teleserie "La Riera" (TV3) aparece un sacerdote que aconseja las relaciones pre-matrimoniales ”. En aquella ocasión, una feligresa reproducía y comentaba un artículo publicado el 2 de junio en Forum Libertas donde se analizaba la serie.

A esto hay que añadir, que en el mes de julio, el mismo crítico Sergi Pàmies en otro artículo continuó comentando la serie (copiamos el último párrafo):

El culebrón no se conforma con estas tramas. Además incluye una boda condenada al fracaso entre una católica practicante atraída por el pecado carnal y un novio tenso, sobreactuado y reprimido que, en su despedida de soltero, descubre que es homosexual. ¡Vean la Riera! ¡Es una fuente inagotable (y gratuita) de sufrimiento! ¡Sufran con el cocinero pederasta! ¡Redímanse con el delincuente Joan reconvertido en buen samaritano! ¡Sigan las maniobras de Mercè Sampietro para lograr que su marido no se vaya: cómo le tira por las escaleras para que se rompa la pierna! ¡cómo se manipula a un pobre cura superado por sus contradicciones hormonales! ¡Sufran con los traumas de Maribel, nuestra Salander de los fogones! Es un pesebre temático de maldades estimulante por la variedad de temas desagradables que maneja… Pocas televisiones son capaces de proporcionar un pack televisivo tan contundentes para sus ciudadanos.

Alguien puede pensar que tenemos la piel muy fina. Los guionistas han hecho romper el secreto de confesión al sacerdote de la serie (Esteve Puig Cantón, personaje protagonizado por Manuel Dueso) . Allá ellos. Una pregunta, pero, se nos presenta que nos es mas difícil contestar ¿Es necesario ceder la capilla del Santísimo Sacramento para rodar parte de una serie que propugna estos valores? ¿Es necesario que dicho rodaje imposibilite hacer la visita vespertina de los feligreses que lo desean al Santísimo? ¿No será que eso, al párroco, no le importe en demasía?

Agustí Fábregas Comas