El comunicado del episcopado catalán ¿sobre el Estatut?


Después de la sentencia del Estatut y la manifestación posterior por las calles de Barcelona, muchos esperaban la reacción del episcopado catalán. No faltaron las presiones (como nos recordó muy bien en su momento Oriolt) para que el posicionamiento de la Tarraconense fuera de claro apoyo al Estatut y a la nación catalana, pero afortunadamente los obispos han estado en su sitio y han sido capaces de mantenerse neutrales en una cuestión que es completamente opinable y que no tiene ni mucho menos una posición unitaria entre los católicos catalanes

Quizá por eso el copríncipe Vives estaba tan nervioso que no pudo más y explotó en una visita a algunos de sus rurales pueblecitos, manifestando claramente su deseo de que los obispos continuaran defendiendo la nación catalana como habían hecho sus antecesores.

Pero ni su puesto de prestigio como secretario, ni tampoco el de n.s.b.a cardenal Martínez Sistach, fueron suficientes para que el episcopado dijera algo concreto sobre el tema. De hecho es que en el comunicado ni siquiera se habla del Estatut, ni de la sentencia, ni del recorte, ni de la manifestación, nada de nada, todo buenas intenciones y palabras bonitas. Pero si alguien se lee el texto se dará cuenta que podría servir para la próxima reunión de la Tarraconense, cuando el tema del Estatut ya no esté encima de la mesa, porque los obispos siempre estarán preocupados por los problemas de la sociedad y buscarán el diálogo y la concordia para solucionar las dificultadas en que vivimos. Es decir que el comunicado es claramente “de comunis", podrían guardarlo en la nevera y sacarlo en otro momento sin ningún problema.

Lo que pasa es que aquí se ha cumplido aquello que me decían mis progenitores al referirse a los obispos: “piensa que los obispos saben latín". Es decir que de tontos no tienen un pelo, y sabiendo que les puede caer un verdadero vendaval de piedras desde el lado nacionalista, se sacan de la manga una alusión al documento de 1985 “Arrels cristianes de Catalunya” (Raíces cristianas de Cataluña). Es evidente que los obispos no pueden desmarcarse de sus antecesores y renegar de ellos, y menos este año en que se cumple el 25 aniversario del documento. Ese pequeño detalle ha dado alas a los sectores más nacionalistas, entre los que se encuentra nuestro cardenal, para disimular su desengaño y frustración.

Porque como ya dije en mi último escrito el documento de 1985 sí que era un texto claramente nacionalista, algo que no debe extrañarnos teniendo en cuenta el personal que rondaba por el episcopado de entonces (Jubany, Camprodon, Guix, Torrella…). Y aunque los actuales obispos no hablan ni mucho menos de la “nación catalana", el documento aludido sí, y ese argumento ha valido para tranquilizar a los más nacionalistas, que afirman que los obispos siguen defendiendo la “nación catalana” aunque no lo digan expresamente.

Por muchos equilibrios e ilusionismos que quieran hacer los Llisterris de turno, hay algo muy evidente y es que el episcopado catalán actual nada tiene que ver con el de hace 25 años. De la vieja escuela nacionalista sólo queda el copríncipe, nuestro cardenal y el finiquitado Don Jaume Traserra. Lástima que el actual obispo de Girona Don Francesc Pardo que ha hecho importantes cambios ideológicos desde su época de miembro de la “U” (Unió Sacerdotal), parece que sigue llevando el virus nacionalista dentro (si no, no puede entenderse que llevara a Jordi Pujol para aleccionar a sus sacerdotes).

Aún así, creo que tenemos que estar muy contentos, el episcopado catalán ha demostrado que ya no es el de antes y que no se deja manipular ni dominar por nuestros políticos nacionalistas. Y lo mejor es que todo indica que dentro de pocos años y viendo la línea de nombramientos episcopales, la situación va a mejorar aún más. Nuestros futuros obispos dudo que vuelvan a hacer una reedición de “Arrels cristianes de Catalunya", espero y deseo que se dediquen a hablar de Jesucristo, del Evangelio y a denunciar todo aquello que moralmente es inadmisible, esa es su misión como pastores de la Iglesia, lo demás que se lo dejen a los políticos.

Antoninus Pius