La parte de responsabilidad del españolismo eclesial en la descatolización de los catalanes

Las Constituciones del Principado de Cataluña aprobadas en sus Cortes. Compilación de 1413

El doble filo del catalanismo

Hace más de un siglo, en 1901, el conservadurismo político catalán, católico sin reservas, llegó a la conclusión que era imposible que el conservadurismo o moderantismo español entendiera que lo catalán debe estar al mismo nivel de españolidad que lo castellano en España. Y nació la Lliga Regionalista, pasado remoto de CiU.

Fueron sus enemigos acérrimos, desde sus inicios el radicalismo lerrouxista, el pasado remoto de Ciutadans, partit per la Ciutadania, este partido que tanta gracia le hace a la COPE y a Intereconomia hasta el día en que se enteren de su opinión sobre el aborto o los matrimonios gays.

El liberalismo político de la Restauración , tanto el post-canovista como el progresista sagastiano, ridiculizaron todo lo que pudieron (más el segundo) la apuesta de la Lliga. A esta formación política catalana le colgaron el sambenito de provincialismo, folklorismo incluso de pintoresquismo. El liberalismo progresista llegó a jalear al radicalismo lerrouxista en Cataluña como barrera al avance de la Lliga. Recordemos que fue el radicalismo lerrouxista quien estuvo detrás de la quema de conventos de la Semana Trágica (1909). El frente común de frenar al catalanismo católico también gozó de las simpatías de la parte más miope del liberalismo conservador canovista, esa tradición política tan marcada por la herencia regalista española, obcecado en convertir todo lo peninsular que no tiene al castellano como lengua materna en el último bastión de un Imperio perdido en ultramar, incapaz de absorber al carlismo español y de avanzar hacia la democracia cristiana en España.

La Lliga , con todo su catalanismo, era mucho más defensora de lo católico que el liberal conservadurismo canovista que estimula tanto a Aznar o Ansón cuando se ponen históricos. Es por ello que la Lliga se comió al carlismo catalán.

El catalanismo fue y puede ser un motor de regeneración de Cataluña o su tumba. Es por ello que no estamos de acuerdo en el argumento facilón e interesado que el principal problema de la Iglesia en Cataluña sea el nacionalismo.

 

Los fatídicos frutos de una dialéctica del desprecio y la ignorancia

¿Es España una tierra conformada por cuatro culturas lingüísticas donde se aprenda también la que mayor proyección interna e internacional tiene o es una maquinaria artificiosa que quiere que el castellano se convierta en la lengua propia y materna de los españoles que no tienen, ni han tenido nunca, el castellano como lengua materna ni propia?

Antes de las grandes migraciones de población meridional castellano-parlante hacia Cataluña durante el siglo XX, el castellano no era la lengua propia y materna ni del 1 % de la población catalana. Realidad taladrante, e ignorada, por tanto sabio que campa del Ebro para allá. Antes de la puesta en marcha real del Estado liberal y centralista decimonónico en España apenas debía haber en Cataluña un 1% de independentistas. Realidad taladrante, e ignorada, por tanto sabio que campa ahora del Ebro para aquí.

La humillación acostumbra a provocar resentimiento y este, el enroque. El encastillamiento o mentalidad de plaza sitiada es terreno fácil del vividor intramuros de los sentimientos de sus conciudadanos. Hay una línea de demasiada causalidad entre las llamadas a imponer una visión castellanófona y castellano-cultural unilateral de España a todos los españoles y la demagogia política periférica de los que viven de un victimismo salva patrias vasquista o catalanista. Los extremos se necesitan, se alimentan mutuamente. El aznarismo chulesco dio muchos votos a ERC. Unos humillan desde allá, otros viven del cuento por aquí (Cataluña, para el lector no catalán). Y no sólo en el plano civil, sino también en el eclesiástico. A veces, incluso, haciendo alianza.  

Sistach un beneficiado del discurso victimista catalanista

Muchos ciudadanos y políticos nacionalistas quieren que los obispos, la Iglesia más cercana, avalen sus tesis. Esto tanto afecta al catalanismo como para el españolismo.

Muchos gustaban y requerían de bendiciones e incienso para sus proyectos políticos, fuera Jordi Pujol, Albert Manent o en el día de hoy algunos de los escritores y contertulios de la COPE, la no menos interesante y apreciada Intereconomia, ABC o La Razón. Salvadas las mentes más preclaras, si no los consiguen, presionarán para que se nombren obispos a su gusto. Unos pedirán bisbes catalans , los otros, prelados no nacionalistas (toledanos creen ellos). En el fondo, el nombramiento de una mediocridad tan colosal como la baza Sistach es explicable como un apaño de una Iglesia en España (con la connivencia querida o no de la Nunciatura y la Congregación romana de los Obispos) que no supo elevarse por encima de las hipotecas del gran debate nacional.

Algunos eclesiásticos, en Cataluña demasiados, quieren políticos que les den apoyo para escalar posiciones. Es la otra parte del nacionalcatolicismo o regalismo. ¡Lo bien que se ponen algunos ordenados para poder estar a la expectativa de algún predio! Son los eclesiásticos mascota, la dimensión tonsurada del catolicismo mascota, tan prolijo en nuestra historia, tan dispuesto a la obediencia servil y la prebenda.

Quedan así delimitados dos hábitats geográficos (España – Cataluña) para la unión del político-busca-apoyos con el eclesiástico mascota. Formen ustedes todas las combinaciones.

Germinans Germinabit recibe los acosos de nuestro nacionalismo catalanista (Albert Manent-C.D.C., Sistach Macoutes, Casa de Santiago…) en parte porque creen que somos el fruto de una de estas combinaciones, la quinta columna del españolismo eclesial en el interior mismo de Cataluña.

Tenemos a nuestra caza las “escorrialles” (residuos) geriátricas (y algún joven que vive del presupuesto como Llisterri) de aquella gran farsa que significó la campaña Volem bisbes catalans de la cual nació un episcopado que en 23 años de pujolismo no se atrevió en ninguna ocasión a criticar ningún acto o disposición de la Generalitat. O esto era el cielo, o alguno tenía el silencio comprado. Recuerden que el gran gurú de la Unió Sacerdotal, Joan Batlles Alerm era el director de la Juventud de Acción Católica donde se nació y se forjó el joven Jordi Pujol o que el padre de Fèlix Millet, Fèlix Millet i Marestany (biografiado por Albert Manent, el definidor del discurso histórico del CiU) financió la campanya Volem bisbes catalans.

Este mundo de momias enfundadas en la bandera de las cuatro barras puede tener un último coletazo agónico en las expectativas de Sistach de tener un gobierno amigo en la Generalitat con Artur Mas en la Plaza de Sant Jaume. Nuestro obispo Lluís no solo cuenta con el decorado Potemkim de una Sagrada Familia llena delante del Papa para colarle la imagen de una diócesis dinámica. Espera otra circunstancia.

Oriol Pujol y Jordi Turull

Ya lo intuyeron mis admirados maestros Antoninus Pius el 4 de diciembre de 2008 en su artículo El lobby convergente del cardenal Sistach y Oriolt, en Turull se acerca a Terrassa del 25 de noviembre de ese mismo año, donde comentaban como el primo de Turull, Jordi Turull [en la fotografía con gafas y a la derecha, a la izquierda el hijo de Pujol, Oriol Pujol] es diputado al Parlamento de Cataluña por esa formación (CiU) y su propio hermano Joan Turull es el secretario de organización del partido en su población natal, Parets del Vallés.

Cito textualmente del artículo de Antoninus Pius de aquel día:

El Rvdo. Josep Maria Turull lógicamente no milita en el partido, pero sólo a nivel de carnet, porque su proximidad y sus servicios a la coalición de Pujol , Mas y Durán está fuera de toda duda. Como muestra de ello recordemos su actitud en plena campaña electoral para el referéndum sobre el perverso estatuto de Cataluña, cuando el Rvdo. Turull intentando arañar unos pocos votos, trajo al Seminario al expresidente del Parlament de Catalunya bajo el mandato de Pujol , el Sr. Joan Rigol , para que explicara a los seminaristas las bondades del citado estatut. No tuvo en cuenta para nada la campaña activa de muchos grupos católicos en contra del mismo, incluyendo E-cristians del exconvergente Miró i Ardèvol (alguien que ha antepuesto su fe a sus convicciones políticas y no al revés como otros muchos)…  

…N.s.b.a. cardenal no sólo está muy próximo al partido y a su expresidente Pujol , sino que se convirtió en una verdadera oficina de colocación cuando Pasqual Maragall y sus socios del tripartito, con el pacto del Tinell, dejaron en el paro a muchos altos cargos del gobierno convergente anterior. Es entonces cuando nuestro cardenal empezó a buscar sitio en cargos de la Iglesia para los excolaboradores de Pujol .  

Así el que fuera presidente del Parlamento catalán, el Sr Joan Rigol , fue nombrado presidente del Patronato del templo de la Sagrada Familia , un cargo que como consecuencia del litigio por el tema del paso del AVE, ha dado más protagonismo al Sr.Rigol ahora, que cuando era una de las máximas autoridades catalanas. El Sr. Ignasi García Clavel , a quien Pujol confío la dirección de los Asuntos Religiosos de su gobierno, se convirtió en presidente del patronato de las escuelas parroquiales de la diócesis. El Sr. Ignasi Torrent Portabella , que fuera director del Institut Català de la Salut y del Institut Català de Finances, se ha convertido en el administrador del Seminario Conciliar del Rvdo. Turull . El Sr. Agustí Gallart Teixidó , que había sido Director General de Servicios de Telecomunicación se convirtió en responsable de la Agencia cristiana de noticias “Flama”… y vamos a dejarlo aquí para no aburrir al personal….

Las inmoderaciones nacionalistas de los católicos moderados: un desgaste espiritual de autoridad

Muchos catalanes se formulan preguntas parecidas a las siguientes: ¿Qué se imaginan los españolistas que es el catalán y la cultura vehiculada por este idioma para sus hablantes –es decir nosotros-? ¿Una impostura para hacerles la puñeta? ¿Una invención para pastelearnos unos euros? ¿Una cosa propia del Kazajstán? ¿Como se han forjado opinión sobre nuestra historia y qué saben? ¿De donde debe ser lengua vehicular de la enseñanza, en Turquía? ¿Qué sensación le queda a un catalán cuando oye hablar a Aznar de cavernas identitarias? ¿Por qué hay españoles que les molesta que nuestra lengua materna sea la lengua predominante en el espacio público catalán?

Estamos acostumbrados a mentalidades y respuestas coloniales. También a lo que ello genera, al enroque y a los vividores de nuestro victimismo. Suspenso para los dos.

La comodidad de lo catalán en España no es una cuestión únicamente económica. Más bien diría, especialmente desde un plano no materialista, que no es económica. Es una cuestión de dignidad, de sentir cómo uno está en un Estado que sabes que tiene entre sus objetivos la salvaguarda y promoción del catalán y su cultura vinculada, no por obligación, ni para que nos callemos, ni por caridad, ni por conmiseración sino por convicción. Porque se entiende que sin lo catalán España es menos España. Porque es una pata más de una misma mesa. Es un giro copernicano de mentalidad que no interesa hacer a mucho estratega del PP ni de CiU.

Como siempre la pelota está en el tejado del ciudadano de a pié. Si no se crea en este país una masa significativa de población convencida de esto, el famoso encaje Cataluña-España será una cuestión que demasiado político vividor podrá explotar en beneficio propio y en detrimento del interés común. Cómo pasa a menudo, al decaer la influencia del catolicismo en nuestra sociedad, decae la moderación en el análisis y la visión integral que conlleva una Fe que es la verdadera Revolución de todos los tiempos.

En medio del debate nacional, a menudo tedioso, cansino, agotador, lo que produce más desazón es la respuesta inmoderada en los temas identitarios de los moderados. Para los católicos catalanes no progresistas es sumamente desconcertante oír, en medios como Intereconomía, la COPE , la Razón o las Universidades del grupo CEU, escritores y propagandistas católicos contemporáneos de lengua materna castellana dar rienda suelta a un nacionalismo españolista muy humillante, por la manera despreciativa en que se refieren al catalán mientras, simultáneamente, con gran categoría intelectual, no se arrugan un ápice en defender públicamente la vida humana desde la concepción hasta su final natural en este mundo, el matrimonio y la familia cristianos tradicionales y otros temas doctrinales y morales católicos que necesitan de una vindicación valiente.

¿Qué cara poner cuando escritores como Juan Manuel de Prada, de preclara y ordenada cabeza, sensato juicio y modelo de intelectual católico para nuestra web, o Luís Fernando Pérez Bustamante (quien como un león sale siempre en nuestra defensa cuando somos atacados “por los nuestros”) se aproximan a la realidad histórica y cultural catalana a menudo con tan poco conocimiento?

La inmoderación de nuestros referentes –una España católica mas saneada eclesialmente que Cataluña- provoca efectos perniciosos porque:

•  alimenta a nuestros enemigos (Albert Manent, Sistach macoutes, Casa de Santiago…) que viven de levantar la bandera de un victimismo al servicio de sus intereses personales de poder –es decir de la instrumentalización del sentimiento sano que tenemos hacia nuestra tierra Cataluña legado por nuestro antepasados. Los excesos verbales españolistas dan aire, excusas, cancha, como en el campo político, a estos mascotas quienes encuentran en el sector más miope de CiU un protector.

•  confunde a muchos catalanes que llegan a la conclusión que los errores en los juicios sobre lo catalán que realizan dichos escritores también afectan a los demás postulados. Es decir, que si no es verdad lo que dicen sobre Cataluña, tampoco debe ser cierto que el aborto sea tan grave ni que solo es matrimonio la unión de dos personas de diferente sexo. Habría que preguntarse que papel ha jugado, en el desapego de los catalanistas (que son mayoría en Cataluña) a lo católico, la inmoderación de las afirmaciones sobre la conformación nacional de España realizada por escritores e intelectuales ortodoxos en materia de doctrina católica. Un desgaste de autoridad en toda regla, en mi opinión. ¿Qué pensar cuando se identifica en las mismas personas el antiabortismo con la defensa que el castellano no se enseña en Cataluña? Pues que Belén Esteban aprendió su idioma en Sant Llorenç de Morunys o el abortismo es un trazo identiario catalán.

•  imposibilita en Cataluña mostrar, como queremos, esta España católica más saneada como un referente y ejemplo a seguir. De esta manera, un telón de acero mental imposibilita que realidades como el milagro de las clarisas de Lerma nos interpele (y nos sanee) porque todo acaba confundido en un discurso españolista que nos incomoda porque nos anula.

•  hace aparecer a Germinans Germinabit como lo que no es, es decir como una plataforma, en la esfera eclesial, quintacolumnista del españolismo nacionalista, cuando en realidad (y pese a los abrazos del oso que recibimos de un tipo de nacionalismo españolista que, más que interesarle el bien de la Iglesia, lo que le interesa es neutralizar al nacionalismo catalán), creemos que el plus de situación desastrosa del catolicismo en Cataluña es fruto de una dialéctica entre dos nacionalismos (españolista y catalanista) que han absorbido nuestra vida eclesial durante décadas.

Uno podrá explicarse entonces por qué la mayoría aplastante de la juventud catalana está no solo apartada sino que es hostil al catolicismo. Desprecian el catolicismo porqué lo ven como una cosa española, ignorando que nuestra tierra es inexplicable históricamente sin el catolicismo; porqué viven una experiencia religiosa donde todo es dimensión sociológica (a ello el progresismo une aquí su fuerza) sin vida interior ni intimidad con Dios. Llevamos más de una generación quitando a Jesucristo del centro de la vida eclesial catalana para substituirlo por los debates nacional (nacionalismo) y de liberación social (progresismo). Si a todos estos factores se une la realidad que la Fe flaquea incluso en muchos de nuestros sacerdotes y que no se cultiva un mínimo espíritu crítico (la dimensión filosófica) uno acabará por entender porque ningún joven Rovira, Soler, Camps, Guardiola, Feliu o Gavarró aparezca por la parroquia. Comprenderá, perplejo, porqué en Cataluña existe un presupuesto mental en la mayoría de educadores, periodistas y demás formadores de opinión pública que tiende a expulsar lo católico de lo catalán. Una auto-inmolación nacional.

Resulta paradójico, porque parece lo contrario, pero nuestra juventud catalana necesita de la restauración ratzingeriana como el agua de la lluvia para regresar a las parroquias. Todo lo demás es marear la perdiz por Toledo. Es la juventud más vacunada contra las vías acomodaticias. Las ve venir desde lejos. Más que nunca necesita del “clar i català” (claro y catalán, -es una expresión catalana-) y de ello Benedicto XVI va fuerte, aunque los vejestorios no lo comprendan y lo consideren, en su fuero interno, un conductor temerario.

Cataluña es una de las zonas más necesitadas de España de la llamada de Benedicto XVI a los europeos a la restauración identitaria. Una restauración espiritual que de calar en la cabeza y los corazones moderará toda la gesticulación y parafernalia verbal y material de los excesos de los nacionalismos exacerbados, vengan de donde vengan. Una liberación para que el debate nacional, en nuestro obispado, no absorba toda la vida diocesana como hasta ahora. ¡Para ello os necesitamos, Pradas, Pacopepes, Luísfernandos, Gatoadictos, Razones, Coperos, Progangandistas, lectores y opinadores católicos de buena voluntad de más allá del Ebro!

Quinto Sertorius Crescens