"La última cima" también en Barcelona

Quiero agradecer a Germinans Germinabit que nos haya dado a conocer en su página principal la proyección de la película "La última cima" en Barcelona. Como en otros temas relacionados con el catolicismo en Cataluña, es gracias a esta página que nos enteramos de muchas cosas que quedarían completamente ocultas, y que a muchos no les interesa para nada que sean conocidas. Es comprensible que aquellos que odian nuestra fe intenten por todos los medios silenciar nuestra voz, pero es incomprensible que desde los máximos representantes de nuestra Iglesia en Barcelona también se ignore o se pase de largo de cuestiones que son muy positivas para los católicos y para fomentar la verdadera espiritualidad de los fieles.

Digo esto porque si no es por vosotros y por otras páginas como la vuestra de fuera de Cataluña, que algunos internautas devoramos día a día, que no nos habríamos enterado de la existencia de esta película y de su proyección en el Cine Girona de nuestra ciudad. El bien que está haciendo esta película es inmenso. Ya no hablo sólo para los creyentes que hemos ido a verla, sino especialmente por tantas personas algo alejadas de la fe que han cambiado radicalmente la imagen que tenían de la Iglesia y de los sacerdotes.

Son tiempos dificiles para la imagen pública del sacerdote. Los casos de pederastia que son reales y que nuestro querido Benedicto XVI está afrontando con valentía y decisión, han sido aprovechados por los de siempre para desprestigiar a todos los sacerdotes metiéndolos a todos en el mismo saco. Una película como "la última cima" silenciosa y humildemente está cambiando la imagen que muchos tenían del clero, y eso no es fácil de conseguir con los escasos medios con los que cuenta la Iglesia.

Por otra parte sé de muchos casos de jóvenes que se han planteado una posible vocacion sacerdotal gracias a visonar esta película. Es difícil encontrar una mejor campaña vocacional que ésta, y para ello no hay que ir a ninguna iglesia ni centro parroquial, sino simplemente a un cine público. Estos son algunos de los muchos beneficios que está produciendo esta película en nuestro país y que está batiendo records de visonado que han sorprendido a los propios creadores de la cinta.

>Y a pesar de ello, para nuestros mandatarios diocesanos esta película no existe. ¿Alguien ha escuchado a nuestra cardenal-arzobispo decir una sola palabra de esta película? Nuestro pastor diocesano habla tranquilamente de lo bueno que es el Estatut de Cataluña, o de lo inmoral que es el fichaje de Cristiano Ronaldo, pero de algo que puede hacer tanto bien a sus ovejas a él confiadas, nada de nada. ¿Alguien ha recibido alguna recomendación de la delegación diocesana de juventud, encabezada por Mn. Román, recomendando a los jóvenes católicos que vayan a verla, o realizar algún material para que pueda comentarse en grupos juveniles parroquiales o de la Acción Católica o en colegios religiosos?. Y sobretodo, ante una película tan claramente vocacional que presenta una imagen positiva del sacerdote hacia los jovenes, ¿alguien ha recibido alguna nota del Delegado de Pastoral vocacional, entre otros muchos cargos, Mn. Turull, recomendado esta película?

Sólo hay una explicación para este silencio. NO INTERESA. La imagen que Mons. Sistach, Mn. Román o Mn. Turull nos presentan habitualmente del sacerdote es la que presentó Prudentius de Barcino en su escrito de domingo. Yo les aseguro que si se hicieran una película sobre Pere Casaldáliga, Joan Alsina o algún otro clérigo por el estilo, tendrían a la plana mayor de nuestro obispado en la inauguración, y se haría propaganda de la misma en todos los medios "oficiales" diocesanos.

Por suerte aunque no interese a algunos, aunque nuestros cabecillas diocesanos miren para otro lado, la película está gozando de muy buena salud, gracias a vosotros y muchos otros, que estáis demostrando que hay otra imagen distinta de sacerdote de la que siempre se ha mostrado en Cataluña, es la que nos ofrece "la última cima" y la que nos ofrecéis vosotros con vuestro testimonio diario.

Joan Perarnau