Sistach mete la nariz en Solsona

Los pasados días 11 y 12 de abril Monseñor Ladaria acudió a Solsona. Aparte de impartir una conferencia y presidir la celebración del milenario del Sant Dubte d’Ivorra, uno de los motivos de su presencia era ultimar la designación del Doctor Xavier Novell Gomà como sucesor del obispo Traserra. La amistad del jesuita mallorquín con el prelado celsonense viene de antiguo, por algo Traserra fue uno el único obispo catalán que asistió a la consagración episcopal del Padre Ladaria (en la fotografía). Su ascendencia sobre Novell también es significativa: fue el director de su tesis doctoral en la Universidad Gregoriana sobre " El misterio de la creación divina y el misterio de la salvación: su relación en las teologías francesa e italiana de la segunda mitad del siglo XX". Ladaria se marchó de Solsona con el nombramiento bendecido. Incluso había ya día para su estampación en el Bolletino: la misma fecha en que se iba a designar a Cristau como auxiliar de Terrassa. Sin embargo, entró en liza en Sistach y, por ahora, todo ha quedado aplazado.

El cardenal barcelonés no estaba dispuesto a digerir dos nombramientos que le ninguneasen: el auxiliar de Terrassa que quería Saiz Meneses y el obispo de Solsona que quería Traserra. Era una afrenta demasiado evidente. Por ello, puso toda su carne en el asador para parar el golpe. Y el golpe lo ha sufrido Solsona. Sistach está empeñado en mandar a Taltavull a aquella diócesis. Para ello cuenta, además, con la anuencia de los sacerdotes más progresistas, que no han tragado jamás a Novell. Sin embargo, nuestro arzobispo cree que no debe hacerse el nombramiento con anterioridad a la visita del Papa. No puede recibir al santo Padre sin obispo auxiliar. Máxime, ahora, cuando la diócesis egarense ya cuenta con el mismo número de auxiliares que Barcelona. Pese a todo, tiene un conejo en la chistera: enviar a Taltavull a Solsona y que el mismo día le designen a Turull como auxiliar. O a malas, propiciar la designa del chico del megáfono como titular de Solsona. Por esta causa no ha designado ni a uno ni a otro para presidir la comisión que va a coordinar la visita. A Taltavull porque lo quiere lejos y a Turull para no ponerlo en el disparadero y poderlo colar como obispo. En ello está jugando todas sus bazas, sabedor de que es su última posibilidad de propiciar un epíscope de su cuerda. Después del relevo de Traserra, es él el próximo obispo en jubilarse y ya no le van a quedar opciones. Puede pasar a la historia como el único arzobispo barcelonés de los últimos tiempos que no ha podido colocar a ningún prelado.

Aparte del evidente perjuicio para con la diócesis de Solsona, la jugada de Sistach tiene un enorme peligro. Es probablemente la última ocasión de la progresía para seguir ostentando cierto poder en la iglesia catalana. Han quedado muy tocados con el nombramiento de Cristau. Solo hace falta ver las dos salidas de pata de banco del orate Domingo en La Vanguardia , versión digital (la última aquí ). Hablando del pobre Domingo, es curioso observar como en la edición impresa dominical se va dando cada día más cancha a Mari Paz López en las páginas de religión. Este domingo era ella quien entrevistaba al obispo de Sant Feliu. La razón no es otra que el sinfín de protestas que se han hecho llegar al rotativo respecto a la tendenciosa manipulación de las informaciones de Oriol Domingo. Sin embargo, por ahora, le siguen dejando matar moscas a cañonazos desde su esquemático blog.

Sistach ha logrado enmarañar la sucesión de Traserra. Máxime cuando éste había logrado poner un cierto orden en su diócesis, especialmente en manos del trio de sacerdotes jóvenes a los que había conferido todo el poder: Novell (vicario episcopal); Josep María Vilaseca i Ribalta (Rector del Seminario) y Lluis Tollar (secretario-canciller). Ahora quería propiciar la continuidad de la línea de un mandato que, por mor de su edad, había sido corto. Y zas: viene el cardenal y se la estropea. Resulta verdaderamente indignante que se malicie la buena labor de una diócesis por los juegos de poder episcopales. Ahí me gustaría escuchar a la progresía y, en especial al curioso Forum Ondara, que tanto pregonan un obispo enraizado en la tierra: ¿Van a preferir a un prelado de Solsona o a uno que les venga impuesto desde Barcelona? Ya verán como prefieren a un Turull o a un Taltavull, antes que a un Novell. Es lo mismo que el "volem bisbes catalans". Ahora ya no solo han de ser "catalans", sino que no hayan estudiado en Toledo. Suerte que, de tanto acotar los términos, pronto no van a hallar candidatos.

Oriolt