Sistach esconde a su clero

En una sola semana el Cardenal Martínez Sistach ha estado presente en dos acontecimientos relevantes: el entierro de Juan Antonio Samaranch y la beatificación del Padre Tous. En ambos, nuestro prelado ha hurtado su presencia al clero barcelonés.

Vamos por orden cronológico:

El funeral corpore in sepulto de Samaranch era un acontecimiento mundial. Su muerte había sido portada en todos los diarios del orbe. Al entierro asisten los Reyes, las Infantas, las máximas autoridades del olimpismo internacional, el Príncipe Alberto de Mónaco, ministros del gobierno, el Presidente Montilla y sus antecesores Pujol y Maragall. Telegrama expreso del Santo Padre. Un funeral de estado con presencia de 3.000 personas. ¡Y lo oficia Sistach, solo con dos concelebrantes! Al final del funeral solo se oían comentarios de indignación con respecto al obispo que no había sabido estar a la altura, con una misa y un sermón de trámite e inanes . Además, parece que el enojo llegó hasta a la misma familia del fallecido, pues sino no se explica que los hijos de Samaranch remitan una carta a La Vanguardia en la que hacen público su agradecimiento a todas las personas que han estado a su lado: los Reyes, las instituciones, el COI, los deportistas, los medios de comunicación, la ciudad de Barcelona y al único que omiten (¿involuntariamente?) es al oficiante del funeral. Tuvo una ocasión de alcance mundial y la desaprovechó.

Pero si en aquel entierro el clero barcelonés brilló por su ausencia, más lacerante fue su inexistencia en la beatificación del Padre Tous. Por primera vez en la historia se trató de una celebración con más obispos que sacerdotes. Más de treinta obispos, con cinco cardenales (Bertone, Sistach, Carles, Amigo y Cañizares), la totalidad de los obispos catalanes y muchos obispos de otra diócesis: los arzobispos de Zaragoza, Pamplona, el castrense (que no se pierde una); los obispos de Córdoba, Huelva, Segorbe - Castellón, Segovia, auxiliar de Oviedo, auxiliar de Madrid, entre otros. Los sacerdotes presentes no llegaron a treinta. Estaban los de siempre: Turull, Gordo, Arenas, Vives y el resto eran venidos de otras diócesis. ¿Donde estaban los sacerdotes barceloneses? Atendiendo a sus parroquias. ¿A quién se le ocurre programar el acto para un domingo por la mañana? ¿Fue deliberado? Sí, así Sistach escondía a su clero al Secretario de Estado vaticano. No le parecerá muy presentable. Sin embargo, pese a una puesta en escena tan arropada por sus hermanos en el episcopado, tampoco se puede decir lo mismo de la presencia del pueblo fiel: 1.700 personas se congregaron en la Basílica de Santa María del Mar. Casi la mitad de los asistentes al entierro de Samaranch.

El   cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, ayer en   las dependencias del palacio arzobispal de BarcelonaQue no se sorprenda entonces cuando hasta su buen amigo el Cardenal Bertone revela en la entrevista que concedió a La Vanguardia , por medio de Enric Juliana (a Oriol Domingo también lo escondieron) lo que piensa de la diócesis barcelonense :

" Cuando era arzobispo de Vercelli, en los años noventa, traje grupos de sacerdotes a Barcelona para conocer la diócesis. Las dos ciudades se parecen en algunas cosas; ambas tienen puerto. Pero Génova está menos secularizada que Barcelona, la práctica religiosa se mantiene más que aquí "

También habría que avisar a nuestro Cardenal para que la próxima vez que invite a un alto cargo vaticano, limpie su mesa de papeles, pues dan apariencia de tremendo descuido al ya de por sí lóbrego aspecto de su despacho.

Han sido dos oportunidades tiradas por la borda. Un funeral de estado del que salen hablando mal del oficiante y una beatificación a espaldas del pueblo y de su propio clero. Que no se extrañe luego sí hasta algún periodista, católico y nacionalista como Salvador Sostres, hable de él como de "L’arquebisbe tifeta"

* Para el que no entienda en catalán, traducimos el primer párrafo del escrito de Salvador Sostres:

"Barcelona tiene muy mala suerte con el arzobispo Martínez Sistach, un obispo mediocre y muy justito, muy poquita cosa, repelente y sin grandeza espiritual. Es un obispo miserable, sin coraje, sin valentía, lo contrario de Jesús, Dios estaría costipado el día que él nació"

El Directorio de Mayo Floreal
de Germinans Germinabit