Vuelven las presiones

Debe tener un carácter estacional, como el primaveral “temporal de les faves” planiano, pero cuando acontece la caída de la hoja, se reanudan las presiones e intentos de censura contra Germinans. Esta vez se han unido ámbitos cercanos al Abad de Montserrat al tradicional cerco de Sistach. Al Abad Soler no le sentó nada bien que se infiltrara un colaborador de Germinans en la conferencia en El Centre de Gràcia, de la que se hizo eco - raudo y preciso- un Directorio del último 30 de octubre. Igual de raudo se puso a contestar, con cajas destempladas, un efímero ex-Director General de asuntos religiosos de la Generalitat, Jordi López Camps (en la fotografía) que ostenta hoy el chollo de ser Presidente de la Comissió Executiva del Patronat de la Muntanya de Montserrat. El artículo resulta ilegible por sus innumerables faltas de ortografía (ahora se entiende porque al autor le tuvieron que reescribir en su día el programa electoral de Pascual Maragall que perpetró), pero vuelve a amenazar con denuncias y averiguaciones de servidor. Nada nuevo. Sin embargo, en el post panfletario se formula una acusación que no puede pasarse por alto: ” L’atac a l’abat de Montserrat és un atac a Montserrat” (Sic) ("El ataque al abad de Montserrat es un ataque a Montserrat")

No hay nada más falso. Germinans es una web montserratina. Desde que era muy pequeño, yo iba cada año a pasar quince días a Montserrat en las “cel.les de Nostra Senyora". Mi abuela me inculcó el cariño y la devoción a la “Moreneta” y cada año he vuelto al Monasterio y he transmitido esa devoción a mis hijos. Montserrat no es el Abad Soler. Montserrat no es el nacionalismo catalán. ¡Basta de apropiarse de nuestros símbolos! De los símbolos cristianos de una tierra que son muy anteriores a las vicisitudes actuales. ¿Cómo puede decirse que atacamos a Montserrat? ¿Acaso desconocen que el nombre de nuestra página está tomado del introito de la misa de Nuestra Señora de Montserrat que se cantaba los sábados en la misa de la escolanía? Pocas bromas con ello.

Aparte de la novedad del Padre Abad, siguen las presiones desde la sede archidiocesana barcelonesa, como se han efectuado desde que Germinans vio la luz. Con el mismo carácter intimidatorio. Siempre he pensado que este ánimo delator y chantajista es tributario del “Sodalitium Pianum” , que, a pesar de ser abrogado en el año 1921, seguía operativo en el Seminario en el que se formó el Cardenal Martínez Sistach. Al igual que nuestro prelado era un estimable fámulo de sus formadores, el Doctor Cipriano Montserrat y el Doctor Isidro Gomà Civit, cree ahora que los curas y laicos de su archidiócesis pueden despeñarse por las mismas sendas. De ahí la urdimbre que va tejiendo, con la finalidad de qué alguien delate a alguien. Sabe que siempre puede hallar algún interesado al que reportar importantes beneficios de su delación, a pesar de que la misma pueda ser guiada por motivos espurios o, incluso, intereses auto-exculpatorios.

Me resulta francamente descorazonador pensar en cuantos sacerdotes y laicos se han visto inmersos en estas pesquisas de la Stasi sistachiana, sin comerlo ni beberlo. Pero es que la obsesión de nuestro Cardenal y de su camarilla se ha vuelto enfermiza. Nuestros colaboradores han podido poner la oreja en cualquier acto al que concurran los Sistach macouts y escuchar como alguno de ellos habla de Germinans. Y hablan escandalizados. ¿Por no saber quiénes somos? ¡Quiá! Eso es la excusa. Les molesta enormemente nuestro éxito. Que nuestro grupo de lectores (y cada vez más de colaboradores) sea tan nutrido y fiel. Que se esté gestando una corriente de opinión sólida, moderna y estructurada que dinamite la univocidad del establishment eclesial catalán. Saben que el cronómetro está en marcha y no hay vuelta atrás. Son conscientes de que las nuevas generaciones de sacerdotes y laicos (incluso la de los próximos obispos catalanes) no comerán de su mano. Les repele y por eso piensan defenderse a dentelladas. Sin ningún argumento. Solo con el propósito de silenciarnos. Por ahora (¡por ahora!) no lo están consiguiendo.

Oriolt