InfoCatólica / Deo Omnis Gloria / Categoría: Una, santa, católica y apostólica

3.07.19

Whatsapp, mi párroco y yo (I)

El whatsapp puede ser un recurso para un respetuoso intercambio con el párroco. 
Yo lo he convertido en el medio para compartir con el mis preocupaciones e inquietudes.
Es mi intención ofrecer algunos de dichos intercambios que puedan servir como modelo para que otros se animen a utilizar la aplicación de la misma forma.  
Sin embargo, que no se piense que existe garantía de obtener respuesta. 

Yo nunca la espero

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Hola, padre:

“Digame usted: Si “con el pecado mortal el hombre pierde la gracia santificante y no hay realidad natural que pueda devolvérsela” [1] cómo es que los curas nos piden que nos “esforcemos” por ser discípulos sin pedirnos a la vez que vivamos en estado de gracia y que para eso es necesario evitar el pecado?

Nada sobrenatural, tal como el discipulado, será posible si estamos en pecado ya que solo la gracia puede mover al pecador a ser discípulo, nunca lo podrá lograr por su propio esfuerzo. 

A mi, en lo personal, me resulta un sin sentido por eso, cuando usted habla de esa forma en las homilías, prefiero salir a tomar agua para aliviar mi tos.

Por supuesto, no siempre saldré a tomar agua por cosas que me parecen sin sentido. Usted habla como pocos. Sabe que doy gracias a Dios por eso.

[1]  Alonso Gracián

28.05.19

Costa Rica implora la intercesión de María Santísima

Mediante lo que la Comisión Nacional de Liturgia ha llamado un acto de entrega, la Conferencia Episcopal de Costa Rica ha invitado a un acto de piedad para el 31 de mayo del 2019 mediante el cual exhortan a los fieles a entregarse personalmente a Nuestra Señora implorando su protección y auxilio en esta hora aciaga en la que, en menos de un año, el gobierno electo ha venido introduciendo las discusiones sobre el aborto, la eutanasia, el matrimonio y adopción de los matrimonios igualitarios; año durante el que también han estallado algunos casos de abuso sexual a menores con las naturales consecuencias para la credibilidad de la Iglesia.

Siendo que lo más reciente es la discusión en el plenario legislativo de un proyecto con el que se espera castigar a los sacerdotes que no revelen secretos de confesión relacionados con el abuso sexual, lo más sensato ante semejante embestida, resulta implorar el auxilio de la Madre de Dios.

Con ese propósito, la Conferencia Episcopal ha puesto a la disposición de los presbíteros y fieles un subsidio en el que se nos invita a invocar

 “[…] la intercesión gloriosa de María, a la cual [la Iglesia entera] se confía totalmente, para guardar con fidelidad los compromisos bautismales y vivir en una actitud filial con respecto a ella” (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 204).  Al hacer esta convocatoria, queremos manifestar que nuestra misión de pastores la desarrollamos siempre en comunión con el Magisterio universal. De ahí que estemos asumiendo la indicación de que “se reserve el término consagración a la ofrenda de uno mismo que tiene como término a Dios, como características la totalidad y la perpetuidad, como garantía la intervención de la Iglesia, como fundamento los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación” (Idem). Además, como una expresión más de ese espíritu eclesial, queremos exhortar para que nuestro llamado no se asuma a la ligera. Que sea “[…] fruto no de una emoción pasajera, sino una decisión personal, libre, madurada en el ámbito de una visión precisa del dinamismo de la gracia” (Idem). Que todos los fieles que acojan nuestra invitación lo hagan en plena conciencia de la responsabilidad que implica y poniendo toda su confianza en el Señor.”

Cada parroquia y obispo elegirán el momento y lugar para el que los fieles, con gran alegría y esperanza, se están preparando agradecidos ya que es una consagración largamente esperada.

Hágase cumplir la voluntad del Rey de Reyes en el pueblo costarricense.  

Sea por siempre, María Santísima, nuestra Reina y Señora. 

Amén 


Adjuntamos la preciosa oración que será utilizada en el acto:

Oración para el Acto de entrega a la santísima Virgen María

Madre santa, hemos venido a tus pies para cumplir la profecía que el mismo Señor pronunció por tus labios.

Queremos unirnos a todas las generaciones que te han proclamado dichosa, a ti, la humilde sierva nazarena, en quien Dios quiso manifestar la inmensidad de su gloria.

Nos unimos a nuestros primeros padres, que oyeron hablar de la madre bendita cuyo retoño vendría para aplastar la cabeza del mal.

Nos unimos a los profetas, que supieron animar la fe del pueblo recordando la fidelidad y cercanía de Dios, que tantas veces se anunció y manifestó sirviéndose de la figura de una mujer.

Nos unimos a Isabel, tu pariente, que te reconoció como la creyente auténtica,cuya fe profunda ve cumplidas todas las promesas.

Nos unimos al apóstol de los gentiles, que supo reconocerte como signo inequívoco de que había llegado la plenitud de los tiempos, cuando Cristo nos libra de todas nuestras esclavitudes.

Queremos hacernos eco de esa multitud de creyentes que por toda latitud y a lo largo de los siglos te han reconocido como bienaventurada; a ti, la esclava que supo humillarse para ser levantada por la mano de su Señor.

Pero de manera particular, queremos hacer nuestras las palabras de tu Hijo, que nos pidió acogerte como Madre,a ti, que al pie de la cruz nos recibiste como hijos.

Unidos —entonces— al Verbo que por obra del Espíritu se encarnó en tu seno virginal, te reconocemos como la discípula primera y ejemplar; la que puso por obra esa Palabra que desde siempre guardaba en su corazón; la mujer que cuida con maternal afecto a los hermanos de Jesucristo, mientras en ellos se va realizando la victoria de su Señor.

Reconocemos, Madre santa, todas las maravillas que el Señor ha realizado en ti.

Recordamos, al mismo tiempo, que tú eres una de nuestra raza; pues aunque fuiste librada singularmente del pecado, eres hija de Adán, como nosotros.

Por eso venimos a entregarnos a ti, a confiarte nuestra vida, para que nos enseñes a recorrer el sendero que tú misma recorriste,y nos ayudes a ser tan generosos como tú en nuestra respuesta al Señor.

A ti, que enseñaste a dar sus primeros pasos a quien es Camino para llegar al Padre, te encomendamos los pasos, muchas veces dudosos y torpes, que damos en el seguimiento de tu Hijo.

Te entregamos nuestros temores, para que nos animes con tu discreta compañía, así como animaste a los discípulos que esperaban el Espíritu.

Te confiamos nuestras carencias, para que repitas el gesto oportuno realizado en Caná de Galilea, y nos recuerdes que estando presente tu Hijo no hay nada que temer. Tú que te mantuviste en pie junto a la cruz, como la nueva Eva que testificaba la renovación del mundo provocada por la entrega pascual de tu Hijo, enséñanos a tener tu misma confianza.

Enséñanos a ser fieles como tú lo fuiste, para que así demos paso a la acción del Cordero inmolado, que no es vencido por oscuridad alguna.

Entonces, con tu maternal ayuda y con tu oportuna intercesión, caminaremos serenos —aun en medio del desierto— hacia la plena consumación del Reino de Cristo; nos mantendremos esperanzados, luchando en todo momento, y, finalmente, podremos decir contigo que el Poderoso ha hecho obras grandes por nosotros.

Amén.

26.05.19

¿Hacia dónde vas Costa Rica?" Por Mons. José Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada, CR

Este blog sirvió por muchos años para comunicar el gozo de la fe y no es que haya cambiado sino que, si antes la fuente del gozo eran acontecimientos positivos, ahora son negativos de los que también se sirve el Señor para derramar su gracia sobre aquellos que le aman. 

De hoy en adelante tengan en cuenta que, en todo momento y lugar, me regocijo en el  Señor sin importar las circunstancias por lo que dejaré aquí constancia de ello. 

Deo omnis gloria! 

                                                                 -  O -

Sirva lo anterior como introducción al documento de Monseñor José Manuel Garita, obispo de la diócesis de Ciudad Quesada, refiriéndose a la embestida que en Costar Rica viene sufriendo la ciudadanía con decretos y proyectos de ley que violentan las libertades fundamentales.



“Qué grande y bueno el pastor que anhela sufrir por Cristo vergüenza y deshonor, tortura y oprobio. Dios le concede pastorear y salvar y engrandecer su rebaño a base de sangre y verdad, y gracia y tormento, para gloria de Dios y bien de las almas. Es luz portadora de Cristo y verdadero rostro de la Iglesia. Te damos gracias, Señor, por él, por todos ellos. Porque los buenos pastores son luz de Dios en sus diócesis.
Y disipan tinieblas, con el poder del Paráclito". 
Alonso Gracián


Ante todo como ciudadano, y también como obispo, me pregunto y digo ¿Hacia dónde va la Costa Rica democrática, de mayorías, consensos y diálogos que han forjado ante todo y sobre todo su bien común? ¿Hacia dónde va el país que se ha caracterizado por cultivar y conservar los valores del más alto y genuino humanismo, valores humanos, morales y espirituales que han hecho de ella -con mucho esfuerzo y sacrificio- una nación de verdadero respeto y tolerancia como esencia de su más pura idiosincrasia?

¿Hacia dónde nos llevan algunas corrientes que nos quieren imponer a ultranza modelos ideológicos externos que van manifiestamente en contra de la vida, la familia, la libertad religiosa, de culto y de conciencia, y lo que es más grave, en contra del verdadero ser costarricense, imponiendo todo esto desde la más tierna infancia y desde los centros educativos a nuestros niños y jóvenes? El fenómeno que estamos presenciando es la imposición de unos pocos en contra de la inmensa mayoría e incluso contra la razón, la ciencia, el derecho natural y hasta el sentido común.

Cuidado porque, en nombre de la «democracia, la igualdad, la participación, la inclusión» y no sé cuántos «discursos» más, están convirtiéndose algunos pocos en los más férreos intolerantes e impositivos, en los más dogmáticos y cerrados, que quieren poner de cabeza, y hasta en contra y con odio, a la inmensa mayoría de quienes nos confesamos cristianos, humanistas, pacíficos, democráticos, abiertos y tolerantes.

Bien dice el sabio y antiguo refrán «la voz del pueblo es la voz de Dios» ¡Costa Rica, piensa en los valores y en las verdades que te hicieron una noble patria, una nación democrática y un país humanista, cristiano, solidario, respetuoso y tolerante con todo aquello que históricamente te ha hecho grande y mejor! Piensa sabiamente y actúa en consecuencia.

Mons. José Manuel Garita Herrera - Obispo de Ciudad Quesada
Publicado en elmundo.cr el 23 de mayo del 2019

 

11.05.19

"De por si, aquí, todo es igual que allá"

El otro día me hicieron saber sobre un caso de un hombre perteneciente a una secta auto-denominada católica que, por error, fue invitado como sacerdote a celebrar misa en una parroquia.

El hombre “celebró” misa y según él, consagró. Los fieles “comulgaron” y se fueron tranquilos para su casa.

Una vez enterada, la curia de la diócesis sacó un comunicado advirtiendo sobre la falsedad de los “sacerdotes” y dando un par de indicaciones para que no vuelva a suceder.

El hombre en cuestión, tan irracional como es –porque nadie en su cinco sentidos suplanta a un sacerdote católico en la misa- arremetió en su FB contra el redactor del comunicado y contra una mujer que asistió a misa a través de la que sospecha se enteraron sobre su engaño.

Nunca la pareció mal lo que hizo, la culpa de todo la tenían los demás.  

Es patético por donde quiera que se le mire. Patético y triste porque tal nivel de enfermedad es poco común de ver y, definitivamente, es triste conocer que existan personas tan enfermas y que, de paso, hagan daño ya que, luego me enteré que existen católicos que van a misa con ellos sabiendo que no son católicos. La razón que ofrecen es “de por sí, aquí, todo es igual que allá”.

Por fortuna, la dichosa secta tiene pocos seguidores aunque, a decir verdad, ninguno debería tener si fuera que aquí, las cosas fueran como deberían ser. Si la Gran Impostura no hubiese venido gestándose de largo tiempo atrás ganando adeptos.

“Nefastas fueron las consecuencias de esta substitución: el eclipse de la doctrina de la primacía de la gracia y el silenciamiento de la Predestinación gratuita. La salvación se hizo negocio sin gratuidad entre el hombre y Dios. Mucho disparate de este tiempo procede de este desenfreno antropocéntrico que comenzó a propagarse en el Renacimiento” Alonso Gracián

Adeptos ganados por la Gran Impostura los hay por todas partes, en los lugares menos esperados, celebrando misa y ofreciendo sacramentos; inventándose un dios y una iglesia como mejor les parece, tan tranquilos como aquellos de la secta, conduciendo a las gentes a la nada.

30.04.19

¿Para cuándo, Señor, veremos a tu ejército formado en batalla?

Si no fuéramos seres espirituales no habría monjes y ascetas en otras religiones, no habría sacerdotes ni obispos ni tantos líderes cristianos o en otras religiones y creencias; por lo que, como somos seres espirituales, andamos sedientos de trascendencia. Sedientos de respuestas para haber nacido y para morir, saber quiénes somos y para qué estamos aquí.  

Sin fidelidad a nuestra naturaleza humana espiritual, sin deseo de búsqueda de aquello que la satisfaga y sin compromiso con lo que va siendo hallado, estaríamos reduciendo nuestra humanidad al nivel de las bestias.

Porque bestias somos en cuanto actuamos movidos, no por razones sino por sentimientos o emociones que son, al fin y al cabo, el equivalente al instinto en los animales.

Les decía el otro día que, a manera de experimento, me atreví a llamar idiotas a muchos que se dieron por aludidos. No debí haberlo hecho.

No debí hacerlo porque, si bien la evidencia le dice a mi razón que son idiotas que han perdido capacidad para razonar, por ser yo una criatura cuyo entendimiento es iluminado por el Espíritu de Dios, no debí haber pasado del pensamiento al acto; es decir, pensar que son irracionales no es pecado sino haber actuado al respecto llamándoles idiotas.

Después que lo hice pase unos días convulsos no solo en relación a lo que mi conciencia me decía sino porque tanto en lo físico como a mi alrededor lo estaba siendo.

No conseguía entender cuál había sido mi error. Para dejármelo muy claro y no volver a hacerlo me lo presenté de la siguiente manera: “Dios Padre debe tener clarísimo que soy idiota pero no actúa de acuerdo a lo que piensa. Muy al contrario".

Cuando lo entendí, fue una noche en la que estaba con un fuerte dolor físico que no me dejaba descansar por lo que dolor físico y moral se fundieron solo para arrojarme arrepentida en los brazos del Padre.

Se los narro porque esta misma experiencia me llevó a entender las razones por las que, por ejemplo, un presbítero u obispo no se atreven a decir lo que debe ser dicho. 

Obviamente, no propongo que llamen idiota a ninguno pero si que, sabiendo que son idiotas, actúen corrigiendo a la sociedad tal como lo hicieron grandes papas el siglo pasado.

“La Iglesia no hace política, pero cuando la política toca su altar, la Iglesia defiende su altar” Pío XI

Es que me digo, si yo –que no tengo ni la décima parte de la formación de un obispo- me atrevo, incluso a equivocarme, con tal de guardar fidelidad a lo que del Reino de Dios me ha sido dado, cómo es que no lo hace o lo hace apenitas uno que, supuestamente, tiene mucho mayor responsabilidad que yo?

Cielos! Uno ve que año tras año triunfan los socialistas en tantos países como lo hacen, roban, mienten, manipulan, desordenan, expulsan la ley natural y a Dios de todo lo que tocan y los obispos, con excepciones, siguen hablando como poco o nada estuviese pasando.

Con tanto temor, con tanta reserva y cálculo, al que supongo llamarán prudencia (pero que no es más que corrección política) que llegan a exasperar a gente simple como yo que termina pecando por llamar idiotas a unos por la mera impotencia.

Yo me digo, cuándo es que los católicos les hemos sido agradables a los políticos sino cuando nos hemos vuelto políticos antes que católicos?

Nunca le hemos sido agradables al mundo desde antes de morir Cristo en la cruz. Entonces? Es que, realmente, están convencidos que es posible “dialogar” con el mundo, que es posible ayudar al Señor a salvar almas sin decir lo que debe ser dicho sin faltar al modelo de Cristo?

En fin, he aquí –no a una persona desesperada- sino exasperada que, probablemente, volverá a pecar hasta que entienda cómo deben ser dichas las cosas y, sin duda, las habré de decir aunque más adelante, como a Mons. Páez, me llamen a Roma.

Somos seres espirituales a quienes se les ha revelado mucha mayor información sobre las exigencias del Reinado de Cristo que a cualquier religión o creencia por lo que es obsceno que la reduzcamos a lo que nos sirva solo para pasarla bien en este mundo el que, de cualquier manera, siempre nos ha rechazado ya que, de primero, rechazaron a Cristo y siempre lo harán.  

¿Para cuándo, Señor, veremos a tu ejército formado en batalla?

 Por cierto, con “ejército” me refiero a una Iglesia actuando concorde con al legado de Nuestro Señor Jesucristo. .