De cuando rezo el Rosario (X) / Imitadores de Cristo
Mucho antes de que la conferencia episcopal de mi país prohibiera la misa según la forma extraordinaria venía diciéndome que el final de mis días estaba cerca pero, que va!, vivo y sigo viviendo y nada que parece llegar el final.
Un poco de esa espera ha salido el día tras día postergar escribir en el blog pero, dado que sigo esperando, o sea, viviendo, tal vez mejor sigo escribiendo.
Para empezar, recordarles que a partir de la cirugía de marzo pasado he quedado rara.
Ahora mis cavilaciones suenan un poco disparatadas, quizá un poco más que antes tal como, por ejemplo: el otro día me figuraba que, como en Dios no hay tiempo ni espacio que -entonces- la oración, vivida en gracia, viene a ser como una conexión con la eternidad de Dios; tal como nos explica Sacrosanctum concilium la teología de la liturgia.