La única razón para la Navidad

En casa hace ya varios años que dejamos de preocuparnos por darnos regalos en Navidad.

Es cierto, los europeos no lo saben, debo primero aclararlo: en Costa Rica la Navidad la festejamos en familia y es el 25 de diciembre el día en que los niños y adultos damos y recibimos regalos.

Pues bien, como decía, dejamos de preocuparnos por salir de compras como locos de remate como todo el mundo. Este año no será la excepción sobre todo ya que este año no ha sido un buen año por diferentes motivos por lo que todo apunta a que será una Navidad un poco más austera que las anteriores.

Pensando en “estirar el cinco” es que he resuelto regalar a mis ayudantes perolitos de cerámica pintados por mí. Pasaron todo el año viéndome pintarlos y “se les iban los ojos” por lo que les anuncié que ese será mi regalo para ellos. Están re-contentos!.

Eso me hizo pensar que tampoco nunca les he celebrado la Navidad por lo que les daré de sorpresa una merienda uno de estos miércoles ya que ellos, por su cuenta, eligieron ese día para traer cositas ricas de sus casas para compartir. Es un gusto verlos llegar un poco más temprano y preparar los alimentos para sentarse a comérselos conversando. Quién sabe ni de qué hablarán!

En fin, todo esto me hizo pensar también en compartir estas ideas con ustedes –sobre con los europeos- ya que no es secreto para nadie que muchos pasarán, al igual que yo, una Navidad de privaciones.

En este sentido se me ocurre sugerir que indaguen entre sus vecinos, amigos y conocidos que elaboran artículos o preparan algún platillo que acostumbran vender barato para ocasiones especiales con la finalidad de que les compren esos productos para dar de regalo. Así estirarán el cinco y a la vez contribuirán al bienestar de quien necesita ese dinerito.

Esta Navidad no será fácil para mí como no lo será para varios millones de personas. Nos podríamos llegar a sentir un poco solos y muy probablemente algo desamparados, sobre todo ahora que incluso han hecho hasta lo imposible para sacar el nacimiento de Jesús de la celebración.

Que la impotencia ante la situación económica mundial y ante los ataques a nuestra fe no nos desanimen, antes bien, démosle a la Gracia la oportunidad de robustecernos y, si llegásemos al borde de un ataque de nervios, nada más cerremos los ojos y reconozcamos la calidez de Su presencia.

Me parece que esta situación, antes que retraernos, tendría que movernos -como al Hijo de Dios- a salir en pos de los demás.

Y es que, se los aseguro, de no ser porque este año no tengo para gastar de más, no se me hubiera ocurrido el regalar los perolitos o lo de agasajar a mis ayudantes ya que, ni siquiera antes lo había pensado y ha de haber sido porque pensaba más en mi misma que en aquellos que de siempre -en pobreza y humildad- se han visto obligados por Navidad a compartir para poder “estirar el cinco” y así celebrar –como Dios manda- a Quien ha nacido y es la única razón para la Navidad.

3 comentarios

  
Javiergo
Efectivamente, Maricruz, Jesús es la única razón para la Navidad, y esto es algo que nunca debemos olvidar. ¿Te imaginas a la Sagrada Familia en la cueva de Belén? Visualiza conmigo, amiga y hermana, a María y a José que miraban al Niño y no entendían nada. El poeta R. M. Rilke se dirige en un bellísimo poema a la Virgen de Nochebuena y le pregunta: '¿Te lo habías imaginado más grande?' Y el propio poeta responde: 'Pero ¿qué es ser grande? A través de todas las medidas que él recorre, va la magnitud de su destino. La inmensidad de ser Dios. Sí, el Dios que retumba en las nubes, se hace benigno y viene en ti al mundo...' - Pero ellos no lo entendían. Lo adoraban, pero no lo entendían. ¿Aquel bebé era el enviado para salvar al mundo? Dios era todopoderoso, el niño todo desvalido. El Hijo esperado era la Palabra; aquel bebé no sabía hablar. El Mesías sería el camino, pero éste no sabía andar. Esta criatura iba a ser la vida, aunque se moriría si su madre no le alimentase. Era el creador del sol, pero tiritaba de frío. Había cubierto de hierba los campos, pero estaba desnudo. No, no lo entendían. ¿Cómo podían entenderlo? María le miraba y remiraba como si el secreto pudiera estar escondido debajo de la piel o detrás de los ojos. Pero tras la piel sólo había una carne más débil que la piel, y tras los ojos sólo había lágrimas, diminutas lágrimas de recién nacido. Su cabeza de muchacha se llenaba de preguntas para las que entonces no encontraba respuestas: si Dios quería descender al mundo, ¿por qué venir por esta puerta trasera de la pobreza? Si venía a salvar a todos, ¿por qué nacía en esta inmensa soledad? Y sobre todo ¿por qué la habían elegido a ella, la más débil, la más humilde de las mujeres? No entendía nada, pero creía, sí. ¿Cómo iba a saber ella más que Dios? ¿Quién era ella para juzgar sus misteriosos caminos? Además, el niño estaba allí, como un torrente de alegría, infinitamente más verdadero que cualquier otra respuesta. Su no saber hablar era la prueba definitiva de que Dios se había hecho íntegramente hombre, de que había aceptado toda nuestra humanidad, tan pobre y débil como es. Su gran revelación no era una formulación teológica, ni un altísimo silogismo, sino la certeza de que Dios nos ama, de que el hombre no fue abandonado a la deriva tras el pecado. En Nochebuena descubrimos al fin, visiblemente, amiga mía, que ¡no estamos solos! DIOS ES AMOR. Siéndolo, ¿cómo no entender que viniera en forma de bebé? El reino de la locura había comenzado...
07/12/12 6:07 PM
  
Maria Isabel
Muy bonito lo que escrbe Javiergo , y muy preciso lo que tu dices sobre los regalos de la Navidad.

Tomare nota , de momento a mis nietas les he compradounos muñecos con el ajuar hecho por mi ,los pañales , los baberos, los pijamas y las toquillas .
Me he divertido haciendolos y he gastado poco dinero, .

La navidad es un gran misterio para los creyentes y la constatacion de que no estamos solos , .


08/12/12 9:19 AM
  
DIA DE FIESTA
UNA ROSA SIN ESPINAS ENTRE ESPINOS

http://youtu.be/F-prg5D-bJo
08/12/12 2:15 PM

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