No existe nada en esta vida mejor para la salud que hacer la voluntad de Dios

“Señor, en medio de mi cruz creo que tu Corazón me la envía o permite que me venga, para mi bien y, porque me quieres”
P Urrutia SJ


Uno es tan cándido que le dice al Señor cosas como: “Hágase tu voluntad”, “Pongo mi vida en tus manos”, “Moldéame como al barro lo moldea el alfarero”, etc., y, cuando lo dice, lo hace –básicamente- por dos razones:

a. Uno desea de corazón ver cumplida su voluntad.
b. Uno lo dice porque no sabe lo que está diciendo.

De cualquier forma, uno debe tener una gran fe o estar completamente loco para pedir al Señor que se haga su voluntad ya que -en el fondo- ni idea tiene de lo que está pidiendo. ¡Ni idea!

Yo, muy convencida, por ejemplo, se lo dije hace una semana; muy pero muy segura y confiada en la sinceridad de mis palabras, por lo que debe ser que el Señor, que así tanto me quiere, me lo concedió.

Me ha dado un tan gran regalo, tan pero tan grande, tan difícil en este momento de mi vida de aceptar que no me ha quedado más remedio que aceptarlo y, además, con gratitud.

Con una gratitud tan grande, tan pero tan grande, que pienso que jamás pude haberle pedido nada mejor que hacer su voluntad.

Es como lo que dijo mi anciano padre al médico que le intervendría quirúrgicamente luego de que éste le explicara la gravedad de su fractura de pelvis y el procedimiento quirúrgico al que se sometería dentro de unas horas.

Dijo mi padre: - “¿Quiere decir, doctor, que no pude haber hecho nada mejor por mi salud que haberme fracturado?”

¡Exacto!

No existe nada en esta vida mejor para la salud que hacer la voluntad de Dios.

“Aceptar no es resignarse porque no hay otro remedio; ni sentir gusto natural en sufrir -eso sería un absurdo-, ni dejar de pedir que pase el padecimiento. Aceptar es costoso y, a Cristo, le costó sudar sangre al decir: “Hágase tu voluntad", después de haber pedido, sin resultado, que pasase el cáliz”
P Urrutia SJ

6 comentarios

  
Lorca León Cayasso
now we talking!! excelente entrada!
13/06/12 7:30 AM
  
mercedes
Unas palabras maravillosas Mari Cruz. Las comparto contigo al cien por cien. Gracias.

Al principio de una vida de oración pides a Dios esto y lo otro y lo de más allá. Al final, solo pides ¡¡hagase tu voluntad y no la mia!! porque estás convencido de que seguro seguro, es lo mejor.
13/06/12 7:55 AM
  
Maribel
No te lo vas a creer,pero cada mañana, miro tus correos con la esperanza de leer algo que me identifique con esta Fe que compartimos, y hoy ha sido uno de los dias en que me ha llegado mas adentro.

Gracias por molestarte en contarnos esas reflexiones
que para los que compartimos creencias , son tan necesarias, y es verdad que segun nos vamos haciendo mayores, hacer la voluntad de Dios, y que El la haga en nosotros , se convierte en una meta , sin intentar ser nosotros los que dirijamos nuestra vida.
Desde España un abrazo , Maribel
13/06/12 10:09 AM
  
Marìa Norma
Cada mañana, desde que nuestro querido amigo sacerdote, nos ha contactado, leo tus mensajes, ha sido uno de los que màs a calado dentro de mì, el "hàgase tu voluntad" es el vivir de cada dìa aunque abrazarlo y confiar con toda certeza que es por amor a nosotros duela.

Gracias por compartir estos espacios que enriquecen nuestro crecimiento espiritual. Un abrazo en Jesùs, Josè y Marìa
13/06/12 12:13 PM
  
Maricruz Tasies
Cielos! Qué maravilla! Ahora si parece que tengo en común con mis lectores mucho más de lo que sospechaba.
Dios me las bendiga, entrañables mujeres.

13/06/12 12:57 PM
  
Un hombre que...
Magnífico artículo, gracias. En alguna ocasión he intervenido en Infocatólica hablando de mi situación y de la enfermedad en mi familia. Reitero que humanamente resulta durísimo aceptar ciertas realidades, máxime en circunstancias especialmente difíciles (padecimientos incurables y previsiblemente dolorosos, diagnosticados en la juventud, etc...). Pero si no tienes Fe, si no eres capaz de asumir que el dolor y el sufrimiento tienen un sentido divino, entonces es cuando la vida se vuelve insoportable. Creo que debemos pedir el milagro de la curación....si es la voluntad de Dios, y en caso de no llegar, impetrar la fuerza y la luz para soportar lo insoportable, para confiar en el Señor y poder asumir el dolor cumpliendo fielmente nuestras obligaciones como padre, esposo, etc...Un fuerte abrazo.

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Como dice Salvici Doloris, sufre tanto el enfermo como el que cuida de el. Ninguno quedará defraudado. Deo omnis gloria!
Abrazo fuerte también.
13/06/12 1:07 PM

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