Mi corazón humano

No se cómo aproximarme a ellos

No se cómo aproximarme a ellos sin dejar de ser lo que soy.

Hablo de mis antiguos amigos, muchos de ellos ahora ateos y otros homosexuales. Pero, por qué o para qué querría hacerlo?

Les diré qué sucedió para que comprendan por qué se me plantaron entre ceja y ceja estos pensamientos.

Existe uno de estos amigos que cuando me encontró en facebook tras años -quizá décadas- sin saber de mi, en su alegría por encontrarme se soltó en poemas que me retrataban tal cual me había conocido: una Maricruz con un “sentido del humor agridulce terriblón con buen corazón” como él mismo lo llama y del cual no había vuelto a tener noticia hasta que él me lo recordó.

Su presencia gay en mi muro de facebook al principio fue un choque grotesco porque podía leer sus bromas junto al Evangelio de San Juan, a Santa Catalina de Sienna o seguido de alguno de mis contactos que pedía oración por su padre enfermo. Caen en la cuenta? Además, estaba muy atareada defendiendo la vida y –de paso- argumentando contra la unión de personas del mismo sexo. Por todo esto me sentí impelida a recurrir al recurso que ofrece facebook de ocultar su presencia en mi muro, es decir, a ponerlo de nuevo fuera de mi vida.


toldoridculoSin embargo, lo saqué un buen día de su ocultamiento y algo de lo primero que descubrí fue una fotografía simpatiquísima que subió de un toldo rosado con la que él, que es diseñador gráfico, probablemente ilustraría una noticia sobre una boda gay y –palabra- que me desternillé de risa, máxime que él mismo hacia mofa del toldo y de la boda ridícula. De seguido pensé: “¡Eso se vería genial en mi jardín!”. Un momento…“¿Una boda gay?”, me imaginé y , en seguida, me desternillé de risa de nuevo.

En medio de esto, mi corazón dio un vuelco; me di cuenta de una parte de lo que nos había vinculado años atrás, era ese “sentido del humor agridulce terriblón con buen corazón” y, fue entonces que -como una marejada- se me llenó el corazón de cariño que se desbordó por mis ojos en inusitados lagrimones.

Decíamos el otro día en la Escuela de Comunidad que antes que las palabras del testigo lo valioso son sus acciones; pero, entonces, qué dicen mis acciones en relación a mi amigo y en general hacia estas personas? Dicen que les desprecio. No dicen otra cosa; eso, exactamente.

Claro, entonces me pregunto: cómo he sido capaz de considerarme testigo del amor de Dios si les mantengo fuera de mi círculo. ¡Dah! ¡Qué enorme contradicción! ¿Se dan cuenta?

En el fondo, mi corazón me dice que tuve por mi amigo un gran cariño y que además lo conservo, pero mis acciones no expresan el sentir de mi corazón y lo que es peor, no expresan el profundo significado de mis convicciones.

De qué se trata entonces? De volver a relacionarnos como en otro tiempo? No, de eso no se trata, porque además es imposible, ambos hemos cambiado muchísimo; se trata de –como dijo mi amigo Gustavo y el padre JF hace unos días- buscar puntos de encuentro.

Pero… es eso posible? Es posible, claro que si; es decir, qué impedimento existe para invitar a mi amigo a almorzar un domingo a casa? O qué me impide pedirle su dirección para llevarle algunos de mis pimientos o lechugas recién cosechados y de paso darle un fuerte abrazo?

Me doy cuenta que soy perfectamente capaz de seguir pensando como pienso y creyendo en lo que creo pero a la vez ser más humana.

Por supuesto, lo que en seguida me pregunto es: cuándo y cómo fue que dejé de serlo que no me di cuenta? Porque queda claro que así ha sido y fue cuando empecé a dejar de ver a las personas como personas y las clasifiqué: “estos del lobby LGBT”, estos los “infames ateos”, estos los del “Estado laico”, estos los “católicos mediocres”, estos “los así” y aquellos “los asá”.

¡Santo cielo!. Caigo en la cuenta que es por esto, en buena medida, por lo que me he venido sintiendo mal conmigo misma.

Me he venido sintiendo miserable porque he alejado a muchas personas que me quieren, que han estado dispuestas –a diferencia de mí- de ver más allá de lo que pienso y creo e ir hasta el fondo de lo que soy y quererme por eso mismo.

Y encima, como para rematar, son las personas a las que “se supone” estoy llamada a amar con mi mejor amor, con el amor de Dios con el que tan generosa e inmerecidamente me ha regalado.

Padre querido, ¿qué es lo que he venido haciendo?¡Qué vergüenza! Sobre todo por tan a mano que siempre de mi he tenido mi corazón humano.

¿Mi corazón humano?

Si, mi corazón humano.

17 comentarios

  
karlos
Gracias por este escrito tan humano, y tan cristiano. A todos nos pasa un poco lo mismo. Y a ellos también.

Pero precisamente por conocer el Amor, nosotros no deberíamos olvidarlo. Pero olvidarlo y encontrar tu escrito, es como una bocanada de aire fresco.

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Aire fresco, karlos, es lo que he recibido yo de mi amigo, eso mismo.
Uno, porque cree en Dios se piensa que puede dar lecciones, pero en este caso ha sido Dios -desde mi conciencia y por medio de mi amigo- quien me ha dado una gran lección.
Gracias,
17/08/10 11:03 AM
  
Nicodemo
¿Cuáto tiempo le permitirán seguir en Infocatólica escribiendo estas cosas? Son realmente cristianas, esto aquí no se suele consentir sin represalias.
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Anda, Nicodemo, no digas esas cosas porque me lastimas ya que no he venido siendo muy cristiana que digamos y lastimas a quienes nos estamos jugando la vida por serlo.
Quisiera que -a favor nuestro, no en nuestra contra- andes este camino que no es fácil.
Lo harías, por amor a Dios?
17/08/10 12:09 PM
  
Nicodemo
Por amor de Dios, y por amor a tí, lo haria, vale.
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Nicodemo, también hoy tu, me hiciste llorar.
Tendré la dicha de verte más seguido? Espero que si.
Vente aunque sea a decir cualquier bobería, que la vida también es juego y ganas de quererse y de reír.
17/08/10 3:30 PM
  
luis
Un poco demagógico el post. Queda muy bien eso de relacionarse con todo el mundo. Sin embargo, claramente la enseñanza apostòlica (bastar leer las cartas de los apóstoles: "al hombre hereje, luego de la reprensión, evítalo") es evitar la compañía de quienes perseveran en su protervidad. Eso no es fariseísmo, es sencillamente no querer tener nada que ver con quienes se obstinan en rechazar el Evangelio.

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Luis,

Sabes una cosa? Creo que la culpa de todo esto que se mueve dentro de mi recientemente es de la Escuela de Comunidad, porque ahí se nos enseña a estar atentos de nosotros mismos para reaccionar como cristianos ante las circunstancias, de tal manera que si me observé y determiné desde mi conciencia que debía hacer algo en relación a mi amigo, tenía que hacerlo y fue -precisamente- decirle que quería llevarle los pimientos y darle un abrazo.

Mira, yo he criticado hasta la saciedad ante sus narices y en forma pública el ateísmo y la homosexualidad, no dudo que habré dicho muchísimas cosas que debieron haberle caído como una pedrada, sin embargo, él ha tenido la sensibilidad para no rechazarme y hasta me ha dicho que le gusta en lo que estoy.

Así que dime? Tendría que rechazar al que me acoge? Qué corazón ingrato haría cosa semejante? No el mío, no ahora después de haberme visto como he sido todo este tiempo.

Además, Luis, las circunstancias nos están obligando a todos a relacionarnos de forma diferente. Nadie dice que ni que debemos ceder en nuestras convicciones, pero el anuncio del Evangelio se hizo en tierra de paganos y te aseguro que si algún apóstol se hubiese echado para atrás ninguno de nosotros estaría aquí en este momento hablando de estas cosas.
17/08/10 6:47 PM
  
luis
Sí.
Una cosa es una cosa y otra cosa es otra.
17/08/10 10:20 PM
  
luis
lo concreto es que con la estrategia de la compasión, del Sida, de Philadelphia y de las bromitas gay nos han cargado nuestra cultura y han logrado sacar carta de ciudadanía a la cultura gay, al punto que ya es un delito decir que es una aberración. Así que cuidado con el corazoncito humano, el cristianismo tolstoiano y los sentimientos sin cabeza. Lo bien que hiciste en ocultar del Facebook un tipo con promoción rampante de la homosexualidad.
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Vamos, Luis, no te pongas pesado; obsérvate y trata de dilucidar por qué te pones así por lo que dice una mujer insignificante en su blog.
17/08/10 10:37 PM
  
Nicodemo
Maricruz, este señor, Luís, ¿es tu director espiritual?, digo yo, por la libertad como se conduce profiriendo maximas morales y advertencias a tu conciencia.
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No lo es, Nicodemo, solo es alguien que está en el mismo camino que yo. Ya llegará.
18/08/10 12:34 AM
  
luis
Tienes razón, ya llegué. Adiós.
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Bien, Luis, te dejaré aquí un fragmento de los Ejercicios Espirituales de CyL titulados De la Fe nace el Método, para que te des cuenta por donde va la cosa y que no es ni una cosa ni otra, ni cosa mía:

«La vida no es tragedia: la tragedia es lo que hace que todo termine en la nada. La vida es drama: es dramática porque es relación entre el Tú de Dios y nuestro yo; un yo que debe seguir los pasos que Dios señala» L. Giussani

Esta Presencia, este Tú, es el que permite que cambie la circunstancia, porque sin este Tú todo sería nada, todo sería un paso hacia una tragedia cada vez más oscura.

Pero, justamente, porque existe este Tú, la circunstancia nos llama a Él, es Él quien nos llama a través de ella, es Él el que nos llama [ ]a través de todo lo que sucede...
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Si quieres leerlos completos te dejo el enlace:

http://www.clonline.org/articoli/esp/LibEseSpa.pdf
18/08/10 1:34 AM
  
Ignacio
Muchas gracias María por tu post. Ojalá todos pudieramos seguir siendo fieles a lo que creemos y al mismo tiempo no abandonar a los que nos quieren ni a los que queremos.
18/08/10 1:56 AM
  
Javier
Querida Maricruz, amiga y hermana en Cristo. Me ha encantado tu post. Cada latido de tu corazón humano sigue con humildad y amor los latidos del Sagrado Corazón de Jesús. Comprendo muy bien cuando dices que Luis es alguien que está en el mismo camino que tú. Porque, en efecto, todos estamos recorriendo el mismo camino, y, por tanto, él llegará -si Dios quiere- en su momento. Y es precisamente a Luis a quien quiero dirigirme, sin salirme para nada del tema de este post. Observa y contempla con los ojos del espíritu esa gran calma que rodeaba al Tabor (hace poco celebramos la Transfiguración en nuestra Santa Madre Iglesia), y déjate invadir por la Luz que sale de Cristo. Le pertenece como algo de su propia sustancia: no es un rayo que viene de lo alto; sale de Él, emana de Él, radica en Él. Fue como si hubiera desatado al Dios que era y lo tenía velado en su humanidad. Su alma de hombre, unida a la divinidad, desborda en este momento e ilumina su cuerpo. Jesús levanta el velo que cubría su rostro y su fuerza interior desborda en su mirada, en su gesto, en sus vestidos… ¿No te sientes, Luis, deslumbrado como le sucedió a los tres apóstoles que fueron testigos del acontecimiento? En las ocasiones que te encuentras frente al Santísimo, ¿no te has visto a veces deslumbrado por esta Luz de Amor…? Si te dejas deslumbrar por la Luz de Cristo, también se transfigurará tu destino, Luis, y entonces sentirás una enorme e indescriptible compasión por todos los seres humanos, y especialmente por los pecadores. Por esto, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, nos habla de la bienaventuranza de los limpios de corazón, que la Iglesia ha aplicado siempre a que son dichosos el corazón y los ojos limpios que saben ver la verdad y la autenticidad que existen en los demás y en uno mismo. Para Jesús el problema no está en la vista, ni en la boca que expresa lo que ven los ojos; ¡para Jesús el problema está en el corazón! Para Jesús lo realmente importante es el buen sentir, el buen amar. Es el corazón el que hay que cambiar. Como decía Henri Bergson “lo que se necesita es un ‘plus de corazón’”. Ahí está el verdadero problema y el auténtico reto que se nos plantea todos los días, en nuestras vidas. “Sed buenos del todo, como es bueno del todo vuestro Padre del cielo”, así dice Jesús en el sermón de la montaña; “Sed generosos como vuestro Padre es generoso”, dice el Señor en el sermón del llano. ¡Ahí está el camino, Luis! La CLAVE está pues, amigo, en que hay que imitar a un Dios que ama al hombre siempre, por encima y más allá de sus méritos y sus deméritos. Hay que cambiar nuestro corazón tan marcado por el mundo por un corazón limpio y bueno del todo, como es bueno del todo el corazón del Padre Dios. Voy a pedir al Señor que vaya cambiando nuestro corazón, el tuyo, el mío, el de todos los hermanos/as, para que nos lo vaya haciendo bueno del todo, como es el corazón de Dios. Y para que no olvidemos nunca, nunca, nunca, que el Amor es lo único importante.
18/08/10 2:23 AM
  
luis
Así es Javier, siento una enorme compasión por todos los extraviados por la cultura del homosexualismo, por los que van a dar en las cárceles por "discriminadores" y "homófobos", por el pastor luterano que fue condenado a prisión por leer la Biblia en el púlpito condenando a los sodimitas, por mis hijos que escuchan todos los días que hay que ser comprensivo y contemplar la homosexualidad como una opción de género más, por el hijo de una amiga que le preguntó a su madre a los cinco años cuándo sabes si eres hombre o mujer, luego de un curso de "género"...

Pídele al Señor que destruya las logias homosexualistas, y que ayude a entender a los pobres homosexuales que deben tratarse y curarse, porque la homosexualidad o es un vicio o es una enfermedad.

Y recuerda que los sodomitas no entrarán en el Reino de los Cielos, como dice san Pablo...
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Luis,
La respuesta que estás dando a tu circunstancia es de impotencia, resentimiento y odio. Consideras posible hallar alguna otra?
18/08/10 2:53 AM
  
luis
Ni impotencia, ni resentimiento ni odio, al contrario, basta con leer bien para no encontrar nada de eso. Pero es imposible argumentar con quienes pretenden tenerla clara (incluso con el interior de las personas) y nadan en un mar de confusiones. Cuando se tiene mala formación, cualquier cosa se interpreta mal.
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Luis,
Lamento que hayas tomado las cosas de esta manera y que -sin buscarlo- nos hayamos merecido que te dirijas a nosotros como a personas confundidas y sin buena formación.
Lo lamento en serio. Si pudiera desandar lo andado, lo haría, pero no se cómo. Tienes alguna sugerencia?
18/08/10 1:59 PM
  
luis
Es maravilloso: agredes, supones intenciones y pecados gravísimos (odio, resentimiento, impotencia), y después te dueles de que te digan confundida y falta de formación, lo mínimo ante tal desmán.

Increíble, cero introspección, y vas por la vida exigiéndola a los demás. Te creo que es sin buscarlo, evidentemente es un caso de inconsciencia.
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Luis, no continuaré en el hilo de las recriminaciones. Si tienes alguna sugerencia para retomar esta conversación partiendo de cero, házmela saber.
18/08/10 2:26 PM
  
Javier
Tengamos paz, por favor. Mira, Luis, con este ejemplo que te voy a poner ahora considero que nos entenderemos mejor. Es sabido actualmente que el escritor irlandés Oscar Wilde, el cual se significó por su homosexualidad militante, se convirtió definitivamente al catolicismo antes de morir, lo que ha sido demostrado por Joseph Pearce, en su libro “Oscar Wilde. La verdad sin máscaras”, que además muestra un retrato profundo del genial escritor, sin esas máscaras propias de su personalidad excéntrica y polémica, y sin las que otros le han ido poniendo después con intereses reivindicativos de todo tipo. Esa conversión, amigo Luis, como se ve profundizando en su vida y obra, tuvo su corolario definitivo en el momento en que se le acercaba la muerte, sí, pero se fue madurando durante largo tiempo, en una búsqueda intensa de la fe; una búsqueda estética a través de la belleza, pero no por ello superficial. Pues bien, cuando se acercaba su muerte, lo que se llama el ‘momento de la verdad’, Wilde acabó por arrepentirse de sus pecados y confesar claramente su fe, quitándose para siempre todas sus máscaras. Y aquí es donde quiero llegar, tras este ejemplo elucidador, Luis. Hemos de tener en cuenta siempre esto que nos dice claramente la constitución apostólica Gaudium et Spes: “Quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo. Esta caridad y esta benignidad en modo alguno deben convertirse en indiferencia ante la verdad y el bien. Más aún, la propia caridad exige el anuncio a todos los hombres de la verdad saludable. Pero es necesario distinguir entre el error, que siempre debe ser rechazado, y el hombre que yerra, el cual conserva la dignidad de la persona incluso cuando está desviado por ideas falsas o insuficientes en materia religiosa. Dios es el único juez y escrutador del corazón humano. Por ello, nos prohíbe juzgar la culpabilidad interna de los demás…” –Como católico que soy, Luis, no apruebo en absoluto la práctica homosexual, y abomino de la sodomía y el lesbianismo, y por descontado desapruebo la “cultura gay” y sus lobbies que intentan destruir a toda costa a la familia y a la civilización cristiana en general. Son gente depravada y enferma, degenerados e invertidos. ¿Ves? No condesciendo con el mal, como tampoco lo hace Maricruz. Ahora bien, sentado lo anterior, esto no obsta para que los consideremos seres humanos que necesitan de ayuda, seres humanos queridos y amados por Dios, que quiere que todos los hombres y mujeres se salven, sin excepción. Entonces, Luis, si sientes compasión por estos enfermos, te darás cuenta de que la única manera en la que es posible que se conviertan a Dios y abandonen el pecado nefando de la homosexualidad, es a través del amor, ni más ni menos. Como le sucedió a Oscar Wilde. Nunca debemos abandonar la esperanza de que los pecadores se conviertan. Pero te aseguro que nunca lo hará si quienes se llaman cristianos lo rechazan y lo desprecian.


18/08/10 3:02 PM
  
luis
Nadie habló de despreciar ni de rechazar a las personas. No inventen. Relean lo que he dicho. Distingan. Piensen, no se limiten a sentir o a prejuzgar.
18/08/10 3:43 PM
  
luis
Maricruz, la sugerencia para no cometer disparates con los comentarios sería la siguiente: hay que leer bien antes de escribir. Y no leer más de lo que está escrito.
Pax tibi.
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De acuerdo.
18/08/10 4:44 PM
  
Alberto
Sra. Maricruz:
recién leo su post, veo su conflicto interno... sabe qué? No hay medias tintas en el Evangelio, "Que vuestro Si sea Si que vuestro No sea No, todo lo demás es obra del demonio". Ese "buscar lo que nos une y no lo que nos separa" no le ha traído nada bueno a nuestra Madre la Iglesia esa no hubiera sido la posición de los santos martires de los primeros siglos, la Sagrada Escritura es clara con respecto a la homosexualidad, el Magisterio Infalible de la Iglesia es también claro, y sobre todo, está en juego la salvación eterna de su amigo, Y usted por respetos humanos esta cediendo en algo que puede traer confusión a muchos. En vez de ofrecerle sus pimientos, lechugas y su abrazo porqué mejor no reza el Santo Rosario por la Conversión de esta persona. creame que le va a hacer mejor que quedarse con la "conciencia tranquila" de que es buena persona por permitir sus anuncios en el facebook. Cuantas personas habrán rezado por Oscar wilde?
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Don Alberto,
Comprendo su preocupación, pero el dilema que se me ha planteado con esta persona homosexual ni pone en riesgo su salvación ni la mía. Lamento si lo ha interpretado usted así y supongo que -como usted- algunos otros que no han dicho nada.
Solo le sugiero que no me juzgue por una entrada que ha leído, lea el conjunto de lo que he dicho en este portal y a lo largo de mi vida como bloger y podrá darse una más amplia idea del tipo de católica que soy.
Gracias por su comentario.
19/08/10 12:25 AM

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