Obispo de USA desafía a los matrimonios a abrirse a la vida y ser felices rechazando la anticoncepción
Ayer mi queridísimo Luis I. Amorós en un comentario acertaba en el diagnóstico y las propuestas para la evangelización:
A ver cuando nuestros pastores dejan de atiborrarnos a papilla y empiezan a darnos jamón del bueno. Cuaresma es un momento magnífico para volver a hablar del pecado, el infierno, la libertad del hombre, la Gracia, el Amor (con mayúsculas, o sea, la donación y la renuncia), la Salvación y el camino de la Vida.
Parece que le leyeron. En la línea de J.M. Iraburu, hoy Mons. James Conley, obispo de Lincoln, USA, animaba a todos los matrimonios de su diócesis a la apertura a la vida, a tener hijos, decisión que, aunque conlleva sacrificios, conduce a una alegría profunda y auténtica. «Estamos hechos para el verdadero amor. El Matrimonio es una llamada a la grandeza, a amar como Dios ama: libremente, creativamente, generosamente».
Aprovechando la fiesta de la Anunciación, el obispo Conley publicaba la Carta Pastoral «El Lenguaje del Amor»:
Queridos hombres y mujeres casados: les exhorto a que rechacen el uso de anticonceptivos en su matrimonio. Los desafío a abrirse al plan amoroso de Dios para sus vidas. Los invito a compartir el don del Dios dador de vida. Fervientemente creo que, en el plan de Dios, ustedes redescubrirán el verdadero amor por su cónyuge, por sus hijos, por Dios y por la Iglesia. Sé que en esta apertura a la vida, ustedes hallarán la rica aventura para la cual fueron hechos. […]
Hoy la apertura a los hijos es raramente celebrada, raramente entendida y raramente apoyada. Muchos creen que la Iglesia pide un sacrificio demasiado grande. Pero el sacrificio es el lenguaje del amor. Y en el sacrificio, hablamos el lenguaje de Dios mismo.

El Arzobispo Kurtz, ya ha salido varias veces en este blog. La ocasión más cercana por su elección como 
La Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha elegido Mons. Joseph Kurtz, arzobispo de Louisville (Kentucky) como 
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