Necesito un cura - Y postdata muy importante
Suena el teléfono y aparece en la pantalla un número desconocido.
- Dígame.
- ¿Es usted D. Jorge?
- Sí, dígame.
- No sé si se acordará de nosotros, soy Pepita Garcifernández, de la parroquia de X. La verdad es que nosotros nos acordamos mucho de usted, no se crea.
- Huy, sí, cuantísimo sin saber de vosotros. ¿Qué es de vuestra vida?
- Pues nada, todo bien. Le llamo porque la niña se casa el mes que viene y siempre hemos dicho que nos gustaría que esa boda la oficiase usted, porque, a pesar de tanto tiempo, seguimos teniendo un recuerdo estupendo de cuando fue nuestro párroco.