Ha fallecido María, la de Guadalix
Una viejecita más que ha dejado este mundo. 92 años. Ley de vida.
Conocí a María siendo yo un curita muy joven. Luego, cosas de la vida, me nombraron párroco de Guadalix y Navalafuente y ahí estaba esta buena mujer, me da igual que le digan sacristana, aunque ella prefería que dijesen que era una colaboradora más.
Una colaboradora más. Je. María era mucha María.
Cuántas veces he dicho que por más que uno sea oficialmente el párroco, de facto estas buenas mujeres de nuestros pueblos son las que de verdad sacan adelante la vida de las parroquias. María era la primera en llegar al templo y la última en salir y dejar todo cerrado. Por sus manos albas, manteles y lo que hiciera falta. Lo mismo marchaba a un campamento con los curas y los chavales que hacia su poco de limpieza en sus ratos.
Una mujer muy trabajadora, que se quedó viuda con sus cinco hijos pequeños y los sacó a base de entrega y coraje. La Iglesia, la parroquia, fue su vida. Para mí fue manos y pies. María era la mujer de confianza, con quien podías hablar de todo y aprender de todo. Nos quisimos mucho. Siempre me llamaba hijo “es que eres de la edad de mi Isidro” y nos entendíamos con la mirada.
Todo lo que diga de ella será poco. El lunes estuve en el tanatorio porque no podía dejar que se fuera su cuerpo sin una lágrima y una oración.
Tengo mil anécdotas que contar. Recuerdo ese día que llegaba yo a toda prisa desde Navalafuente para celebrar la misa de las 13 h. Según entro en la sacristía, María que me estaba esperando:
- Hijo, nos falta un canto para la comunión. ¿Se te ocurre algo?
- Sí, mujer, lo de los cojos.
- ¿Lo de los cojos? Esa no nos la sabemos, pero si quieres algún día la podemos ensayar.
- Sí mujer, la sabéis. Es esa que dice “No podemos caminar…”
- Bobo!
O aquella otra vez, la misma situación, corriendo antes de la misa:
- ¿Qué cantamos hoy?
- Mírame a los ojos…
- Ya te miro… ¿y qué cantamos?
- Sorpréndeme.
- Serás tonto!
Recuerdo en una ocasión que tuve que salir corriendo una tarde por una cuestión de grave urgencia. Se lo avisé. María era ministro extraordinario de la comunión y le encargué lo que decían “el rezo", es decir, rosario, oraciones y distribuir la comunión. Al día siguiente le pregunto:
-¿Qué tal el rezo ayer?
- Bien, pero de casualdad vino Fulanito que quería que le hubieras aplicado la misa por su mujer.
- Vaya por Dios.
- Le dije que misa no, pero que podíamos aplicar el rezo. Le pareció bien y me ha dado esto de limosna.
- Mujer, lo del rezo está bien, pero ya aceptar intenciones es mucho. Aplicaremos hoy la misa por su mujer.
Qué bien nos entendíamos los dos. Cuánto hizo por la parroquia y por un servidor. Siempre generosa. Siempre al quite, siempre defendiendo a sus curas. Siempre cuidando de nosotros. Santas mujeres anónimas para el gran mundo, pero con sus nombres escritos con letras de oro en el libro de los justos.
Un beso, María, y mi oración ante el Padre de todos para que te colme de esa Vida con mayúsculas que tantas veces celebramos y anticipamos en nuestra iglesia.
36 comentarios
D E.P.
Su Ave María, padre. Dios vaya suscitando "nuevas Marías" para sus parroquias.
Que el Señor la tenga en su Gloria. María Descanse en Paz.
Sí, la mujer en la Iglesia tiene a la Virgen María como modelo, lo cual es auténticamente maravilloso. Sí, nuestro Señor Jesucristo es el único camino al Padre, pero imitando a María y siguiéndola es como mejor y con más seguridad seguimos a su Hijo, porque ¿Quién le ha seguido mejor que ella?, al pie de la Cruz cuando los hombres habían huido. Ella, su discípulo más querido, María de Cleofás, María Magdalena... ¡Ahí las mujeres son mayoría!.
Nuestra Iglesia reposa en las manos de tantas buenas mujeres, con fe, que ayudan en las sacristías y en los templos. Para que luego hablen de falsos feminismos y falsas igualdades.
Con lo que NO estoy de acuerdo padre es con el tema ese de las "ministras extraordinarias". NO. Personalmente he recibido un aviso fortísimo de mi conciencia de que no debemos tocar con las manos el Santísimo Sacramento, y el aviso fue muy intenso. Menos aún comulgar de las manos de otro, incluso menos de una mujer (María, no me toques que no he subido al Padre). Las mujeres ni siquiera debían entrar en el presbiterio. Hay una razón teológica y espiritual invisible para ello. La mismísima Virgen María no compartía el cenáculo en la última Cena. La Tradición es por algo, y nuestro Señor Jesucristo no hacía acepción de personas ni de costumbres de la época, tenía un motivo. San Pablo incluso dice que las mujeres no deben hablar en el templo, mucho menos leer.
Que una mujer me lleve la Comunión en un contexto de guerra, persecución, grave enfermedad ó peligro de muerte, si verdaderamente hay un motivo de extrema importancia y no hay otra opción, es una excepción buena y recomendable. Que la "Ministra" reparta la comunión como sacerdotisa porque el cura esté ese día de viaje me parece muy incorrecto. Es un tema que conozco de otras parroquias rurales y sencillamente me escandaliza.
Why not??
Dios nos lo dijo claro y explícito en su momento a través del Vicecristo en la Tierra, Francisco Papa: quiero que feminiceis la Iglesia. Debemos feminizar la Iglesia. María, la de Guadix, y D. Jorge nos piden a gritos que feminicemos la Iglesia.
Ojo, curesas no, eso es tema cerrado. Pero diaconisas, papá, tenemos que hablar. Y muy seriamente. En sinodalidad y escuchando el Espíritu. Y ojo, sin que nadie mencione curesas, eso es tema cerrado y no está en la orden del día.
P.D. En mi parroquia también tenemos alguna María que se llama María José, Dolores, Amparo… me dejo muchas pero estas son las de siempre. Me nace más decir “ruega por nosotros” que descanse en Paz, pero por si las moscas, “descansa en Paz, hermana. Más pronto que tarde nos conoceremos y espero que hayas intercedido por mí ante Jesús, al que amaste más que yo”. Un abrazo, padre.
Un Ave María
Ya no cuela, ni diaconisas, ni curesas, ni debates de feminizaciones. No no nos deis la tura, Maite Torra.
Rezo por Maria, a la vez que la pido que interceda por mi.
A Ud. le acompaño en el sentimiento.
Y doy fe de la consideración y afecto que, a lo largo de su visa sacerdotal, ha tenido con estas mujeres tan entregadas a la parroquia. Podrán ser diaconisas o ministras de la comunion o nada, pero valiosas lo son a tope. En algun momento creo que las llamaba sus "cardenalas" por el apoyo que eran para el cura.
"Que nos veamos en el cielo" decian en mi pueblo y lo digo.
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Algunos comentarios a este escrito me parecen graves como el que compara peores a "los sinodales que a los testigos de Jehová" por favor un poco de moderación
O quien defiende que no se debe comulgar en la mano, y que las mujeres no deberían ni pisar el presbítero justificando en que la Virgen Maria no participó en la mesa de la Última Cena.
¿Podría esta razon hacernos pensar que las mujeres no deberian comulgar?
Jesucristo dijo tomad y comed, son dos verbos que mandan dos hacciones diferentes y consecutivas.
Mas bien parece que re realizan mejor comulgando en la mano.
Por supuesto no se me ocurre decir que no se pueda tambien comulgar en la lengua. Lo importante es la Fe y el amor con que se hace. Y creo que no les falta a quienes comulgan en la lengua y de rodillas.
Rezamos el Credo y el Padre Nuestro y esto es un vínculo fraternal sobrehumano.
Pero yo estoy de acuerdo con Fernando Cavanillas: Sólo los sacerdotes deben distribuir la comunión. Es algo que va con el sacramento del Orden. Y llevar la comunión a enfermos, en mi humilde opinión y en la tradición de la Iglesia, sólo debe hacerlo quien pueda absolver los pecados. A priori no se sabe si una persona tiene algún pecado grave, y sólo el sacerdote puede absolverlo. De otro modo, se pone al pobre enfermo en ocasión de comulgar sacrílegamente.
Quede claro que es muy de agradecer el trabajo de María y otros como ella en el funcionamiento parroquial. Mi comentario no apunta a estas personas. Pero el Santísimo Sacramento exige manos consagradas.
Rezo por usted y por su parroquía.
Un saludo y muchas gracias por su labor, no me pierdo su programa para estar informada de lo que pasa en esta nuestra amada Iglesia.
"La mismísima Virgen María no compartía el cenáculo en la última Cena". ¿Cómo lo sabes?. La vocación de servicio de la mujer en aquella cultura pide que habría mujeres "sirviendo" en la Última Cena. ¿Quizá las mismas que estaban al pie de la Cruz, María su Madre, María Magdalena y María la de Cleofás?. ¿Quizá fue allí -en la Cena- cuando a La Virgen María, oyendo las palabras de su Hijo, se le abrió el entendimiento de aquellas otras del anciano Simeón sobre que una espada traspasaría su alma, que ella guardaba en su corazón -sin saber su alcance ni tiempo-?. ¿Quizá ambos tuvieron su noche de agonía premonitoria?. Quizá...
Y eso no tiene nada que ver con el puesto de la mujer en la Iglesia, que es más de carácter político que religioso.
D.E.P la María de Guadalix que usted tanto apreciaba, y que Dios le pague sus buenos servicios.
Descanse en paz.
Extraordinario, es extraordinario, en una situación ultra extrema, como dice el comentario. Sino es una comparsa. Sustitución de sacerdocio.
¡Ave María!
Mis condolencias a la familia.
Descanse en paz.
Y entrando al ruedo de los comentarios (Feligrés de S. José de la Sierra.pido disculpas), creo que el gran problema aquí es el famoso Nominalismo que entre otras cosas ha dominado al "mardito" Modernismo.Y ha estropeado hasta el pensamiento de los hombres (N:B: Hombres se usa y se usó siempre en español para varón y varona. No digo personas porque no me da la gana. El que se quiera confundir o aprovechar allá él).
En los viejos buenos tiempos (son los míos; sí, soy vieja), había siempre (o casi siempre) buenísimas mujeres (de edad provecta, eso sí, y vestidas decentemente también -como me la imagino a María-) ayudando a los buenos curas, en lo que podían, y les correspondía...
En fin, no sigo.
La Virgen María, y Marta y María, las santas amigas de Nuestro Señor Jesucristo reciban pronto a María, y pueda gozar de la LUZ QUE NO TIENE FIN.
“Santas mujeres anónimas para el gran mundo, pero con sus nombres escritos con letras de oro en el libro de los justos." La frase sintetiza todo.
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