El sínodo de la yenka
Sí, sí, ya saben cómo era aquello: izquerda, izquierda, derecha, derecha, delante y atrás, y un, dos, tres. Es que me andan preguntando por el Sínodo de la familia, y que qué me parece.
Pues de momento me parece la yenka, qué quieren que les diga. Muy diver, muy ja,ja,ja pero la primera parte fue un poco así como izquierda, izquierda… suavecito, eso sí, pero parecía que la cosa se escoraba hacia ese lado, entendiendo por “izquierda” un pelín tirando a progre y un regulín -je- sonando a manejo.

Es que uno ya no sabe cómo hacer las cosas. Reunión de catequistas hace unos días. Siempre escasos como en toda parroquia que se precie. Una catequista: claro, como no se dice que se necesitan catequistas…
Una familia acaba de despedirse de la parroquia. No volverán más, y me dicen que no son los únicos. La razón es que han descubierto que somos una parroquia que no da facilidades.
No sé en otras diócesis, pero en Madrid, lo más común, es que los niños reciban su primera comunión en cuarto curso de primaria, es decir, entre los nueve y los diez años, y después de cursar tres años de catequesis, tras los cuales la inmensa mayoría desaparecen hasta vaya usted a saber cuándo.





