Otra profesión del cura: esperador
No sé si existe la palabra, pero creo que se me entiende todo. Servidor, como cura párroco, desempeña de manera especial y abundantemente la profesión de esperador.
Esta profesión consiste en que uno, por ser quien es, por oficio, atracción de fieles, testimonio evangélico, buena educación y sentido de la responsabilidad, tiene que ser no solo puntual, sino pre puntual, es decir, que si hemos quedado a las siete, uno a menos diez abre la puerta y prepara todo para recibir al que llega. Dios te libre del más mínimo retraso y de manera especial si de bautizo o misa se tratare. Lo contrario siempre es posible, admisible y disculpable.

Que hay otro escándalo es evidente. Económico, por más señas. Hace días se denunciaba una entrada fraudulenta en ordenadores con contenidos digamos “delicados” y tras esta noticia la detención de Francesca Chaouqui, ya en libertad, y Lucio Ángel Vallejo Balda, que parece que sigue detenido.
A ver si de una vez nos caemos del guindo y comenzamos a reconocer que existe una violencia más o menos explícita contra los católicos. ¿Cómo denominar si no el asalto a una capilla en la universidad, pintadas en templos católicos, burla permanente contra sentimientos religiosos, retirada de símbolos religiosos de espacios comunes, agresiones verbales, y no solo verbales, a sacerdotes? Hechos probados.
La que se hubiera liado en Rincón de la Victoria, en Málaga, si el señor cura párroco hubiera sacado una lista de aranceles marcando el precio que deben abonar las familias por primera comunión o matrimonio. Por supuesto la televisión, y a continuación el linchamiento en la Sexta, la Cuatro y sitios similares.
A ver si nos aclaramos, que una cosa es que haya que obligar a todo el mundo a ser católico como sea, y otra que católico venga a ser sinónimo de nuevo leproso a quien hay que apartar de la sociedad.