Braojos 1946. Las desventuras de D. Domingo
Estamos en proceso de ordenación y catalogación del extraordinario archivo parroquial de Braojos, y, entre otras cosas, ha aparecido un curioso cuadernillo, fechado en 1946, y en el que bajo el título de “Diario costumbrero de la parroquia de San Vicente Mártir de Braojos de la Sierra”, el párroco de entonces realiza una descripción de usos y costumbres religiosas e incluso algunas civiles, de su pueblo.
Cualquier tiempo pasado nunca tuvo por qué ser mejor. Cada hora tiene su afán y las cosas tampoco eran para D. Domingo todo lo fáciles que él hubiera deseado. Apenas 30 páginas manuscritas pero que tienen enjundia para narrar y no acabar.

Me es obligado. En su día mostré mi
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que no permanece en mí no da fruto y va al fuego. Serio esto.
Hay que tener muchas narices para ponerse uno en jarras delante de toda la Iglesia y proclamar que vas a hacer con tu supuesta reflexión teológica exactamente lo que te dé la gana. Hay que tener todo muy bien colocado para sostener que nada hay absoluto, ser muy Pilatos para afirmar que no hay verdades per se y echar más valor que el Guerra (el torero, no Alfonso) para afirmar que yo soy a la vez teólogo, magisterio y auténtico intérprete de la voluntad de Dios y el evangelio en el tiempo de hoy. Y profeta. Sobre todo, profeta.





