En nuestros pueblos todo es igual y todo es nuevo. El fin de semana normalito se compone de una misa vespertina en Gandullas el sábado y las tres dominicales de La Serna, Piñuécar y Braojos. Pero siempre hay algo que sorprende.
Grupo de fin de semana en la casa parroquial de Braojos, de la que hablaré en los próximos días. Problemas para acudir a misa el domingo, tenían algunos universitarios y venía gente de lejos, así que decidieron incorporarse a la misa de víspera de Gandullas. Perfecto. La iglesia llena. Y un ruego: ¿tras la misa nos podría exponer el Santísimo? ¿Y podríamos contar con usted para confesiones? Por supuesto. Una hora de exposición y un servidor que no paró de confesar. Buen comienzo. Buen grupo.
Tranquilidad en La Serna, ahí estaba la señora Juana como siempre y todavía acudieron dos más.
En Braojos, tercer domingo de mes, misa y al acabar, procesión de minerva con el Santísimo por toda la iglesia parroquial. Solemne: insignias, palio, incienso… Y así desde el año 1589.
Leer más... »