Una parroquia "evangélica" y, sobre todo, comodísima
Seguro que habrá gente malpensada convencida de que una parroquia, si se quiere que sea de verdad evangelizadora, dará muchísimo trabajo. No se lo crean. Uno puede jactarse de tener la parroquia más evangélica del mundo, la más comprometida e insertada en la sociedad, la más madura y responsable, adulta en la fe, abierta a los marginados y solidaria con todos y no dar un palo al agua. No es tan complicado.
MISAS. Las parroquias tradicionales celebran varias misas al día y no digamos los domingos y festivos. Puro ritualismo y convertir la eucaristía en una devoción más. Tiene mucho más sentido una sola misa al día, y especialmente el domingo, donde toda la comunidad debe compartir la celebración. Y si un día no hay misa no pasa nada. La comunidad debe comprender que su párroco ha de tener algún día libre.

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Yo creía que estas cosas solo pasaban ya en las películas de Berlanga y que, desde luego, eran impensables a cincuenta años del concilio Vaticano II.
No me digan por qué, pero en las reuniones parroquiales y pastorales demasiadas veces la gente sale con la sensación de que han servido de poco. Si ya es un problema la cantidad de reuniones y convocatorias a las que queremos dar respuesta, la cosa se complica cuando no acabamos de salir satisfechos con los resultados obtenidos.