El papa ha escrito un libro
Me temo que la vamos a liar, pero tampoco es que me importe mucho. El libro no es un conjunto de definiciones ex catedra y por tanto no afecta a cuestiones fundamentales de fe. Lo acojo con respeto aunque he de reconocer que con muchas reticencias.
La primera, la de su presentación en la iglesia de san Antón de Madrid de ayer mismo. Evidentemente yo puedo organizar una presentación en Braojos, La Serna o Piñuécar o en la bodega de mi amigo Jacinto, pero me ha sorpendido que la archidiócesis de Madrid no tuviera prevista una presentación oficial en la universidad de san Dámaso, la catedral o la oficina de prensa del arzobispado. Tal vez la archidiócesis pensó que tendría más eco lo de san Antón. El caso es que en la oficina de información de la archidiócesis, en su página web, ni aparece citado ese libro del papa. Simplemente curioso.


La señora Juana, de La Serna, es especial. Cuando llegué a estos pueblos le pregunté por la asistencia a misa:
Hay que estar ciego para no ver la tristísima realidad de la Iglesia católica hoy. Lo de los números es solo la consecuencia de la descomposición interna. Conventos que se cierran cada día, vocaciones en caída libre, práctica sacramental bajo mínimos, audiencias papales con vacíos sangrantes. Estas son las consecuencias. ¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando?
Servidor mismo. Ayer sin ir más lejos.





